-CAPÍTULO SEIS-

201 26 42
                                    

Por LAW:

-¡WAA QUÉ RICOO!!

Ni siquiera me había sentado y Luffy ya se había acabado todo lo de su plato.

-¡QUIERO MÁS! -me lanzó el plato que logré coger en el aire antes de que me diera en la cara.

-¡No lances los platos!

Le estaba sirviendo más, cuando una chica entró por la ventana.

-Alooo--

Luffy estaba igual de perplejo que yo, pero yo la conocía. Aquella chica trabaja conmigo.

-¿¡Baby 5!?

Entró en el salón, cogió unos informes médicos de encima de la mesa, y se volvió a encaramar a la ventana.

-¡EH! ¡Espera un momento! -le grité antes de que saltara. -¡¿Qué narices estás haciendo?!

-Pues -sacudió la mano con los informes- Pengüin los necesita y me dijo que viniera a tu casa a por ellos.

-¿¡Y no puedes llamar a la puerta como una persona normal!?

Infló los mofletes.

-¿Para qué? Así no tendrías que molestarte.

Luffy se estaba partiendo de risa en el suelo.

-Bueno, aunque no necesitaría que me abrieses...

Rebuscó en su bolsillo y sacó unas llaves... Idénticas a las mías.

-P-Pero q-qué...

Miré a la encimera, y ahí estaban mis llaves...

-¿¡Por qué tienes una copia de las llaves de mi casa!?

Sonrió con malicia.

-No solo eso...

Sacó de su chaqueta una especie de cartera con una copia de mi carnet de identidad, mi peso y estatura, mi huella dactilar; entre muchas otras cosas.

Me quedé de piedra.

-¡¡DÁME ESO AHORA MISMO!! -le grité muy enfadado, a saber lo que habría hecho con todo eso...

-Ni hablar. -me dijo.

Luffy nos observaba callado.

-Vale... -me intenté calmar- Vale... Dime Baby 5, ¿¡Por qué narices tienes todos mis datos personales!?

-Porque me gustas.

Ni se lo pensó un segundo.

Se acercó a mí y me intentó besar, pero me aparté corriendo.

Me quedé de piedra, y Luffy también. Él parecía a punto de echarse encima de Baby 5.

-¿Acosas a Torao? -le preguntó.

-Humm... Tal vez.

-Ya es suficiente, Baby 5. -la miré con autoridad- Dame esa cartera ahora mismo.

-¿O qué?

Saqué mi móvil del maletín.

-O llamo ahora mismo a la policía por acoso y allanamiento de morada.

Ella hizo un ruido de fastidio y me tiró la cartera de mala gana.

-Esto no se acaba aquí... -dijo, y saltó por la ventana.

Yo ni me molesté en asomarme a ver si había caído bien. Ya ni me podía sentir tranquilo en mi propia casa.

Estaba muy cansado de todos, hasta de mí mismo...

No hay amor con normas //LAW X LUFFY//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora