Enamorado por primera vez

El inicio de algo nuevo

Emilio 

Las vacaciones de invierno habían empezado y yo estaba saliendo del aeropuerto junto a mi madre, decidimos ir a Canadá ya que por ser época decembrina decidimos que era una buena oportunidad disfrutarla en un ambiente nevado. 

El viaje fue un poco cansado por la escala que tuvimos que hacer, pero al pisar la nieve cuando llegamos a la entrada del hotel todo el cansancio desapareció, sintiéndome ahora completamente emocionado, entrando al lobby vi a lo lejos a un chico que llamó mi atención, se veía un poco más bajo que yo, complexión delgada, cabello castaño y buen gusto para vestir, en verdad se veía muy bien, pero eso no era nada comparado con lo que pude ver cuando volteó en mi dirección y chocamos miradas, me perdí por completo, sus hermosos ojos miel me atraparon, su mirada me erizo la piel, tiene los ojos y las pestañas más hermosas que había visto en mi vida, no creí que podría ver algo mejor, hasta que me dedico una sonrisa y vi lo equivocado que estaba, con esa sonrisa ilumino todo el lugar, estaba tan perdido en el chico que sin darme cuenta en qué momento, mis pies iniciaron el camino para acortar la distancia que había entre ese ángel y yo. 

-Hola- a penas pude hablar tratando de sonar tranquilo, ví como su sonrisa se hizo más amplia, lo que hizo que mis nervios desaparecieran por completo y fueran reemplazados por una sensación cálida en el pecho.

-Hola- su voz tenía que ser igual de hermosa que todo él obviamente, llevando esa calidez que comencé a sentir en el pecho al resto de mi cuerpo. 

-¿Te habían dicho que tienes la sonrisa más bonita del mundo?- mi boca hablaba más rápido que mis pensamientos, noté como sus mejillas se sonrojaron y eso me hizo sonreír.

-Gracias- nuestras miradas no se separaron ni por un momento.

-Soy Emilio por cierto- me sentí un tonto, no me había presentado y llegué a hablarle como si lo conociera de toda la vida.

-Yo Joaquín- dijo mientras extendía su mano estirada hacía mí, la tomé de inmediato y sentí como si una corriente me recorriera desde la palma hasta mi corazón. 

Comenzamos a platicar como si estuviéramos solos y no hubiera nadie rodeándonos, fue como si de pronto todos desaparecieran y solo estuviéramos él y yo, no estoy seguro de cuanto tiempo pasamos hablando, hasta que su papá lo llamó y se alejo, no sin antes regalarme una sonrisa más que despertó las mariposas en mi estómago. 

Ya era tarde y después de pasar el resto del día con mi madre conociendo el lugar y comprando cosas, regresamos al hotel y vi que en uno de los restaurantes que había dentro del mismo anunciaban noche de karaoke, esto es algo que solo mi mamá sabe, amo cantar, es mi pasión más grande pero no puedo hacerlo ya que para mi papá solo es perder el tiempo, él prefiere que me enfoque en el fútbol americano, tiene contactos que me permitirán ingresar en algún club cuando termine mis estudios, me gusta jugar, si lo disfruto bastante, pero cantar me llena el alma, no sé cómo explicarlo solo sé que es lo que me hace feliz, por lo que sin pensarlo dos veces saco mi teléfono de mi bolsillo y le escribo a mi nuevo amigo Joaco para que vayamos juntos más tarde. 

Así que aquí estamos, sentados en una de las mesas más cercanas al escenario, esperando a que empiece el evento, Joaco se ve increíble, se decidió por un pantalón negro y una sudadera amarillo mostaza, la manera en que las mangas llegan a la mitad de sus manos me parece tierno, en verdad luce bastante bien, yo opté por un pantalón blanco y una camisa rayada de manga corta, como era dentro del hotel en realidad no hacía frío ya que aclimatan el lugar con aire caliente así que no me preocupe por llevar algo más. 

-Es un lugar muy lindo- dice Joaco viendo todo a nuestro alrededor y está en lo cierto, hay varias periqueras al rededor de una tarima de madera que está iluminada con luces de colores, en frente se encuentra una gran pantalla donde pondrán la letra de las canciones y hay dos micrófonos colocados para quienes quieran cantar.