¿Que está pasando contigo?

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Emilio 

Después de varias horas de vuelo llegamos a nuestro querido país, nos dirigimos a nuestra casa y me dediqué a dormir todo el día, en realidad estaba cansado, llegamos bastante tarde a casa ya que por el tráfico tuvimos que pasar más de cuatro horas en el auto. 

Mañana iniciaban las clases y tendría que volver a ser el de siempre, el chico que cree ser mejor en todo y a veces se burla de otros solo para encajar en el grupo de los populares, el que se inscribe en todas las actividades de la escuela para destacar y no dejar que otros lo hagan y el que sale con una chica tras otra para demostrar que tan irresistible es, mientras me abrumaba pensando en eso me dediqué a jugar con el anillo que adornaba mi dedo y sonreí despejando mi mente de esas cosas que solo me dañan y me concentre en pensar en ese chico lindo que conocí, aquel que me conoció como Emilio sin fachada, que vio a través de la barrera que coloqué sobre mí mostrando a la gente lo que querían y esperaban ver en mí y no lo que soy. 


Joaquín y yo bailábamos al son de los violines que tocaba solo para nosotros, todo a nuestro alrededor era brillantes, como si miles luces estuvieran ahí listas para iluminarnos, él tenía ambas manos rodeando mi cuello, mientras yo lo acercaba más a mí con mis manos colocadas en su hermosa y pequeña cintura, coloqué mi frente sobre la suya y él cerró los ojos acercando su rostro al mío, estaba por besarlo hasta que....

-¡EMILIO! levántate- sentí como un balde de agua fría caía sobre mi rostro y el grito de mi madre enojada me levanto de un brinco de la cama. 

-¡Mamá! ¿que te pasa, porque me despiertas así?- tomé una playera que tenía cerca de mi cama para secarme la cara. 

-Ay Emilio, ¡muévete ya! Vas a llegar tarde y ya no te van a dejar pasar- miré mi celular confundido porque mi alarma no había sonado y me di cuenta que eran las seis cuarenta y nueve, así que no me daría tiempo de bañarme y desayunar antes de ir a la escuela, reaccione torpemente tropezando con las cosas tiradas por mi habitación, tome lo primero que encontré, agarre las llaves de mi coche y salí corriendo en dirección a la escuela. 

Maneje tan rápido que logre llegar antes de que el profesor de historia me cerrara la puerta en la cara, salude a mis amigos con la mano y me senté donde siempre lo hacía, mis amigos comenzaron a hablar en voz baja sobre lo bien que la pasaron en las vacaciones y me preguntaban porque no había salido con ellos ni un solo día, cuando estaba por responder el director hizo acto de presencia en el salón por lo que todos nos callamos de inmediato. 

Llevábamos casi media clase o eso me pareció a mi, cuando la puerta sonó y al abrirse el director entro con una enorme sonrisa provocando que todos, incluso el profesor lo viéramos confundidos. 

-Buenos días jóvenes, profesor, quiero presentarles a un nuevo alumno, viene desde Los Ángeles, es un honor para esta escuela que el chico se integre aquí, tiene un promedio perfecto y es el mejor en teatro musical, ha ganado múltiples concursos de diferentes materias, ha participado en grandes producciones teatrales y espero que le den la bienvenida que merece- mis amigos comenzaron a burlarse de todo lo que dijo el director y decían que ya tenía competencia y que no debía dejarme ganar. 

El director asomó la cabeza por la puerta hacia el pasillo y llamó al chico, en realidad no estaba interesado en ver quién era el chico que tendría que aprender a respetarnos a mi y a mis amigos, así que baje la vista a mi cuaderno.

-Él es Joaquín Bondoni Gress- en cuanto escuche el nombre levante la cabeza rápidamente y lo vi, entonces deje de escuchar a las personas a mi al rededor, un cúmulo de emociones inexplicable me invadió por completo, no puedo creer que esté aquí, creí que no volvería a verlo, mi corazón se aceleró y no pude evitar sonreír. 

Enamorado por primera vezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora