31. La verdad está ahí y duele

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| 31. La verdad está ahí y duele |

Louis

Mis expectativas respecto a este rescate eran muy diferentes a la realidad. En realidad había pensado en algún rescate estilo película de Hollywood pero esto empezaba a ponerse feo, y mucho. Habíamos logrado escapar de Sabas y Alastair gracias a un par de bombas de humo, nunca pensé que fueran tan útiles. Pero era cuestión de tiempo que nos alcanzaran.

Derribo al demonio con el que luchaba y lo dejo inconsciente con un buen golpe en la cara. Esto de patear traseros demoníacos empezaba a ser agotador, claro que cualquiera pensaría eso si hubiera derribado a al menos 20 demonios en los últimos 60 minutos. Lo único que nos daba ventaja era que todos los demonios eran de bajo o medio nivel.

Cada vez salían más demonios de la nada, eran demasiados incluso para nosotros.

— ¿Listo para la décima ronda? — preguntó Harry preparándose para atacar

Sonrío. Esto sería un poco más sencillo si no nos hubiéramos separado de Liam cuando encontramos el almacén en donde tenían al hermano de Kat y él se encargó de los demonios que hacían guardia. Espero que se haya topado con los demás y que Niall me haya hecho caso de sacar a todos de aquí aunque yo no me presentara en el lugar que habíamos acordado.

Aparecieron cinco demonios más e instantáneamente nos lanzaron varias bolas de fuego. Maldición, más demonios estúpidos.

Lancé a dos haciendo que se estrellarán con las máquinas. Harry luchó contra los otros 3 como sólo él sabe: dislocando huesos, esquivando y derribando demonios con estilo.

Los dos que lancé me empezaron a atacar con bolas de fuego, eludí la mayoría pero una me tomó por sorpresa y me dio justo en el hombro, me quejé un poco y lancé al demonio de nuevo. Luché mano a mano con el que quedaba de pie, di una patada hacia su cara pero se cubrió con el brazo y sujetó mi pierna, salté y lo pateé con mi pierna libre consiguiendo que me soltara, el demonio dirigió un puñetazo a mi cara, conseguí esquivarlo y regresarle el golpe en las costillas. El otro demonio se unió a la fiesta con un athame. Atacó con la daga, me hice hacia atrás evitando el corte por los pelos y asesto una patada a su mano en la que tenía el athame consiguiendo que lo soltara. Golpeé al otro en la cara, eso lo aturdió un poco y aproveché para atacarlo de nuevo derribándolo. Harry tiene razón, estos demonios son malos en el combate cuerpo a cuerpo. El demonio volvió a tomar el athame y asestó una puñalada, me cubrí con mi magnífico campo de fuerza y lo pateo en los costados varias veces. Toma distancia y me ataca con la daga provocando una cortada que espero que no sea profunda. Torcí su brazo y lo golpeo con mi rodilla. De pronto, otra bola de fuego me impacta en el pecho haciéndome perder el equilibrio. Halifax había llegado a la fiesta.

Intenté levantarme pero me atacó con otra abrasadora bola de fuego azul. Me quejé por eso, dolía y mucho. Era mucho peor que si alguien le echara limón a un raspón que te hiciste volando en tu escoba mágica, en el caso de los mortales, en la bicicleta.

— No tan rápido, chico — sonrió

Harry ya había derribado dos demonios e iba por el tercero. Tomó la cadena que colgaba en su cabeza y la enrolló en el brazo del demonio que estaba por atacarlo, rápidamente, hizo una maniobra estilo ninja y ya había enrollado los pies del demonio también, en un abrir y cerrar de ojos se encontraba en el otro lado para activar la grúa, jaló la cadena y el demonio se quedó colgando de cabeza. Lo alzó a unos 5 metros del suelo y soltó la cadena probando que la cabeza del demonio se estrellara contra el suelo. Provocó un fuerte ruido de algo rompiéndose. Eso hasta a mí me dolió.

Irrealidad (Louis Tomlinson)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora