2. Más estúpido que divertido

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| 2. Más estúpido que divertido |

Louis

- Inténtalo de nuevo - me animó Harry

Me concentré una vez más, era el tercer intento que hacía. Harry sacó otra bolita de queso de la bolsa de botana y la aventó hacia mí. Puse toda mi atención en la pequeña bolita de queso que se acercaba a toda velocidad, esperando que esta vez me saliera el hechizo. Practicar la transmutación de un objeto es mucho más complicado de lo que me había imaginado, ahora veo por qué lo consideran como magia avanzada. Esperé a que la bolita de queso se acercara un poco más, cerré los ojos e imaginé como la fritura tomaba una forma más sólida. Al abrir los ojos, la bolita de queso se había convertido en una canica anaranjada.

Me aplaudo a mí mismo y alzo los brazos victorioso, después de varias semanas de práctica, finalmente había conseguido transmutar algo, me sentía realizado y orgulloso de mí mismo.

- ¡Bien! - exclamó Harry acercándose rápidamente

- La tercera es la vencida - digo lanzando la canica al aire para atraparla

- En realidad, fue el intento número 225 - comenta Harry. Volteo a verlo seriamente, Harry sonríe y hace una cara graciosa provocando que ría con él -. ¿Lo quieres intentar de nuevo?

Asentí con la cabeza, soy capaz de querer transformar todas las bolitas de queso de la bolsa en canicas solo por presumir que al fin pude realizar el maldito hechizo. Harry volvió rápidamente hasta el otro extremo del jardín, tomó otra bolita de queso y la aventó. Me concentré de nuevo esperando que el hechizo volviera a salirme. Un ruido llamó mi atención, fijé mi mirada en el farol que alumbraba el jardín pues por ahí había percibido el ruido, en un abrir y cerrar de ojos, el farol terminó en el suelo por arte de magia. Literalmente.

- ¡Louis! - me reprendió Harry -. ¡Concéntrate!

- Sabes, no es tan fácil como parece - dije revolviendo un poco mi cabello

Esto de tener magia no es nada sencillo. Debo canalizar mis emociones ya que cualquier emoción no controlada puede provocar que haga magia involuntaria y eso nos lleva a resultados un poco catastróficos. Tirar faroles o sacar volando a mi amigo por la ventana es un buen ejemplo de ello.

Mis poderes van creciendo cada vez más y deb controlarlos por lo mismo. Mamá diría que estoy en la etapa en la que tengo que practicar más que nunca para no dejar que mi magia se salga de control, y digo diría ya que está muerta por culpa de los demonios. Practico lo más que puedo y Harry, mi mejor amigo, se ofreció a ayudarme, no ha sido sencillo ya que a veces los hechizos salen mal y Harry se lleva la peor parte, sufriendo las consecuencias, como aquella vez que practicaba con mi telequinesis, hacía levitar una maceta, me distraje y Harry terminó con un bonito sombrero de tierra y barro, menos mal que se cura rápido.

Todas esas historias y mitos sobre seres sobrenaturales son mucho más que historias, todas y cada una de ellas son ciertas, salvo por algunos detalles. Por ejemplo, los magos y brujas. No somos como nos pintan en la literatura y el cine, empezando porque no tenemos sombreros puntiagudos, verrugas, largas barbas blancas, ni narices enormes, tampoco nos derretimos con el contacto del agua, ni somos de color verde. Me pregunto a qué clase de estúpido se le ocurrió eso y pensó que era una buena idea. Así como hay puntos que te hacen perder la fe en la humanidad, hay varios que sí son ciertos, podemos volar en escobas, hacemos pociones en calderos con ingredientes extraños, encantamos cosas y muchos tenemos gatos, una razón por la que a Harry le gustaría ser mago.

Harry es un vampiro, y también hay teorías sobre ellos impuestas por los estereotipos del cine que son completamente estúpidas. No son vulnerables al ajo ni a los crucifijos, no tienen ojos rojos, no mueren con una estaca en el corazón y mucho menos brillan en el sol ¿A quién demonios se le ocurrió eso? Si un vampiro es alcanzado por la luz del sol termina reducido a cenizas. De ahí en fuera, las teorías de la sociedad son ciertas, beben sangre, no se reflejan en espejos, se curan rápidamente, son increíblemente veloces y fuertes, pueden hipnotizar a los mortales, se convierten en murciélagos y le tienen un infinito desprecio a los licántropos.

Irrealidad (Louis Tomlinson)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora