STELLA: Una historia de lazos

Comienzo.

Capitulo 1

"Comienzo"

     Toda mi vida he sentido que pertenezco a algo más grande, que algo espera por mí. Cada que caminaba por el centro de la ciudad y veía pasar a toda la gente en cada cruce, me detenía y solo podía fijarme en una sola cosa; La inmensidad de la "Torre link" aquella torre que simbolizaba el nacimiento de esta ciudad, "Stella" como es conocida, la ciudad del futuro, la gran Nueva York y la inmensa Tokyo juntas, era una ciudad simplemente hermosa. Todas las noches iba a la azotea de mi edificio para contemplar el brillo de las luces de la ciudad, y aun mas, el atractivo de su símbolo, la Torre Link, apodada como "El pilar de un nuevo mañana" era inmensa, 100 pisos, y luces adornaban su fachada con un brillo blanco que enamoraba con su pureza, la llamaron Link en honor al fundador de esta ciudad, Light Link, un nombre bastante llamativo así se le conocía al hombre que hace cuarenta años dedico toda su vida al crecimiento de esta ciudad y su puesta en escena como el nuevo núcleo de la humanidad, sin duda planes muy ambiciosos e ideas descabelladas.

     Soy Zeit, solo Zeit, un joven de dieciocho años que estudia el último año de secundaria, vivo solo, no tengo hermanos no conozco a mis padres y a penas tengo algún amigo; llegue a este departamento a los diez años, y desde entonces he aprendido a cuidarme solo ¿Qué si me afecta? No, es un lugar tranquilo, el dinero llega cada mes, suficiente para costear mis estudios y comida. Desde entonces he vivido de manera normal por así decirlo, leyendo algunos libros, jugando videojuegos, viendo la hermosa ciudad cada noche antes de dormir, vivía bien, me gustaba y no hacía en falta nada, nunca me supe explicar porque no podía sentir algo de soledad o sencillamente preguntarme de donde vengo, siempre que lo intentaban llegaban recuerdos súper borrosos que me generaban dolores de cabeza infernales, así que opte por no pensar más en ello convenciéndome de que el tiempo me daría las respuestas que quiero algún día.

Jueves, 12 de febrero de 2060, 7:40am.

     Me levante aquel día con un dolor de cabeza producto de un sueño totalmente descontrolado, del cual no recordaba nada mas allá de las imágenes borrosas, no le di importancia, se había convertido en un sueño recurrente desde poco antes de cumplir los dieciocho; me dirigí a la cocina para tomar mi desayuno, un sándwich de huevo, acompañado de un café era el desayuno ideal para mí, comí, me bañe, me cambie y salí directo de mi departamento rumbo al lugar donde pasaría las siguientes siete horas.

Mi departamento era parte de un edificio pequeño de cinco pisos, ubicado al sur en las colinas, desde la azotea tenia vista a todo rincón de la ciudad. Durante el camino escuche los gritos de Marie, era vecina mía, vivía a solo dos pisos del mío y frecuentemente iba a mi departamento a pasar el rato o hacer de madre regañona todo el día, a veces era muy pesada pero pasaba un rato agradable siempre. Es una chica de mediana estatura con un cabello muy largo que arreglaba a forma de dos coletas muy grandes.

-Hey ¿por qué no avisaste que ibas saliendo? Te dije que tenía que hablar algo importante camino a la escuela.

-Perdón, se me olvido por completo, además vivimos a dos pisos de distancia, pudiste haber ido a mi departamento en cualquier momento para contarme.

-Te dije que estaría muy ocupada con los trabajos que tengo pendientes por entregar, idiota, no prestas nada de atención a lo que te digo- sonaba algo picada, pero era normal.

     Durante nuestro trayecto me hablo de todos los planes que tenia para el festival escolar que se realizaría en tres meses para el final de clases y nuestra graduación, fue elegida para la organización, podía parecer tonta pero era la alumna más inteligente de toda la escuela, yo a duras penas lograba un siete cuando ella ya tenía un largo historial de puro diez; Siempre que iba a mi departamento me ayudaba un poco con los trabajos, a veces se quedaba durmiendo ahí, podría confundirse con que somos pareja, pero sabía que le daba algo de tristeza que estuviera solo todo el tiempo, ella era mi única amiga.