Hada de Fuego

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En una zona escondida dentro de uno de los bosques de Lung se encontraban un grupo de hadas de fuego, sentadas y aburridas; mirando el templo de los monjes ermitaños de fuego que alguna vez fue su hogar. Ahora, un montón de escombros y cenizas con corrupción en su esencia. Pudieron haber ayudado, pero no lo hicieron ¿Por qué deberían de ayudar a criaturas inferiores de este plano?

El día anterior, en el atardecer, una manada de capibaras gigantes corrompidos ataco el templo, las feroces y hambrientas criaturas, totalmente opuestas a sus contrapartes de tamaño pequeño son de las más temidas en la zona sur de Lung. Además, al haberse contaminado, estos mamíferos se encontraban envueltos en un miasma negro y pútrido, con tentáculos formándose a su alrededor. El toxico miasma desprendía un olor nauseabundo que marchitaba la flora a su alrededor, provocaba regurgitación en seres vivos y con exposición constante corrompía hasta las rocas.

Tomados por sorpresa los poderosos monjes ermitaños no pudieron reaccionar a tiempo, de haberse preparado por lo menos una hora habrían modificado la formación mágica en el templo para que resistiera y purificara la corrupción.

Con la gran desventaja que les dio el ataque sorpresa los monjes ermitaños fueron capaces de combatir ferozmente eliminando una gran cantidad de los capibaras gigantes corrompidos, pero no fue suficiente, ninguno siquiera fue capaz de huir (por culpa de los tentáculos formados por corrupción). Para el amanecer del siguiente día todos se encontraban muertos, sin dejar rastro pues hasta sus huesos fueron devorados por las criaturas corrompidas.

De entre todas las hadas de fuego, una de ellas sintió una emoción que no supo reconocer, se encontraba triste. Mirando a los enormes mamíferos cubiertos de miasma negro burbujeante que se encontraban tomando una siesta en lo que alguna vez fue su hogar un pensamiento paso por su cabeza "Podíamos ayudarlos, no debíamos de ayudarlos así no pudiéramos"

La introspección de la pequeña hada duro los siguientes dos días, tiempo en el que los capibaras gigantes abandonaron el lugar, continuando su desenfrenada ola de contaminación.

La pequeña hada abrió los ojos y se movió hacia donde alguna vez estuvo un hermoso templo dedicado al elemento del fuego ―Debimos ayudarlos― dijo a una de sus hermanas que se encontraba concentrada quemando una roca contaminada, riéndose de la reacción de los tentáculos formados por el miasma.

― ¿Qué? ― Volteo la cabeza la otra hada, su cabeza en forma de flor se expandió.

― ¿Contra esta cosa tan débil? ― volvió a decir con desconcierto sin dejar de lanzar llamas por sus manos contra la roca. De los tentáculos chamuscados salían chillidos como de infantes.

La pequeña hada detuvo su vuelo, el comentario de su hermana tenía mucho sentido. Pero por esa misma razón debieron de haber ayudado.

― Pero nos dedicaban oraciones, alimentos y objetos chistosos ― respondió la pequeña hada intentando expresar sus pensamientos en palabras.

― ¿Y de que nos sirven esas cosas? ― respondió el hada con cabeza de flor ― esas cosas son tan útiles como el excremento de los capibaras, de hecho se me hacen más tiernos los capibaras― de pronto, dejo de lanzar fuego y se llevó la mano derecha al mentón ― debería de mirar que pasa si quemo a esos capibaras corrompidos mientras están vivos―

La pequeña hada se sorprendió ¿Por qué valían tan poco esas vidas? ¿Sentirían lo mismo sus hermanas si ella muriera? ¿A nadie le importaría?

Al igual que todas sus hermanas sentía que su raza era superior a todas las demás en existencia pero ¿de dónde venía esta idea? ¿Qué conllevaba este título? O ¿acaso sus vidas no tenían más que el propósito de divertirse para ser olvidadas en el tiempo?

La pequeña hada movió su cabecita con fuerza y apretó sus manos formando simpáticos puños ―No! , debimos de ayudarles. Todo lo que hacían por nosotras era con buenas intenciones―

El hada con cabeza de flor cambio de forma a la de un hombre calvo de proporciones pequeñas.

― ¿Y de que sirven esas buenas intenciones de las que hablas? ― pregunto el hada con forma de monje a su hermana ― ¿No ves que hasta tus buenas intenciones son inútiles? ― volvió a cambiar de forma, ahora a la de un capibara ―Todos ahora están en las pancitas de esas ratas gigantes―

La pequeña hada quedó muda, el razonamiento de su hermana tenía mucho sentido, pero algo se sentía mal, por dentro ella se sentía mal. En ese momento mientras buscaba alguna forma de responderle a su hermana empezaron a alborotarse y a gritar sus demás hermanas.

―Un elfo que produce esencia de fuego lo está regalando, nunca vamos a tener la oportunidad de encontrarnos con un elfo así de estúpido, apúrense todas antes de que se acabe― gritaban las hadas unas a otras apurándose todas en una misma dirección.

―Eso si es algo que vale la pena― dijo el hada con forma de capibara apuntando a sus hermanas que no paraban de gritar ― si los monjecitos me hubieran regalado esencia de fuego a lo mejor les habría ayudado― después de decir eso salió apurada a donde se encontraba el misterioso elfo.

La pequeña hada se emocionó también, por un momento olvidándose de sus pensamientos anteriores y emprendiendo el vuelo; sin embargo, una palpitación en su corazón la hizo mirar atrás. Cientos de imágenes empezaron a aparecer por su mente, todos los momentos que compartió en el que alguna vez fue un espléndido templo de fuego, terminando en una pequeña elfa. Esta niña podía hablar con las hadas pero ninguna de ellas le prestaba atención, incluso le jugaban bromas que llegaban a ser bien pesadas. Hasta que un brujo elementalista ataco el templo con el propósito de secuestrar al mayor número de hadas para refinarlas en uno de sus hechizos.

Todos los monjes ermitaños habían sido engañados por la estratagema del brujo, todos menos una pequeña elfa de 18 años de edad, pues momentos antes había sido encerrada en un baúl en una de las bromas de las hadas de fuego. Esta hermosa niña de orejas largas, al escapar del baúl y ver la situación arriesgo su vida para rescatar a las hadas.

Las traviesas criaturas de fuego nunca habían pensado que un ser de este plano fuera tan molesto como las pixies, con la capacidad mágica y tecnológica de privarlas de su libertad. De no ser por la intervención de esta joven elfa la gran mayoría de las hadas habrían sido atrapadas por el brujo. Sin contar el destino que les esperaría pues en ese entonces no sabían que los seres inferiores contaban ahora con la capacidad de refinarlas para aumentar sus poderes mágicos.

Al final de una fiera batalla la joven elfa logro dañar el plan del brujo, avisar a sus compañeros y salvar a las hadas. La gran hazaña que provoco admiración hasta en las hadas le costó su hermosura a la elfa, que recibió un ataque de ácido sin dudarlo para salvar a las hadas.

La desfigurada elfa fue tratada por sus familiares y demás monjes ermitaños, pero al cabo de unas semanas falleció con una gran sonrisa. Las hadas podían haberla curado, pero no lo hicieron, la niña les caía mal y ni siquiera lo que hizo les hizo cambiar de parecer.

El valeroso acto de esta niña no provoco un gran cambio en las hadas pero sembró una semilla en una de ellas, que al cabo de unos cientos de años por fin germinaba. La pequeña hada de fuego tomo la hermosa apariencia de la elfa que la había salvado a ella y a sus hermanas prometiéndose ayudar de alguna forma a los seres inferiores.

Llegando al lugar en donde regalaban esencia de fuego puedo escuchar las palabras del elfo que todas creyeron estúpido en ese momento.

― Mi nombre es Val-Conn y estoy pensando en fundar una academia. Si me acompañan hasta el lugar donde la pienso construir podrán tener toda la esencia de fuego que quieran, no les miento―

Y de hecho no les mintió, pero las dejo vinculadas contra su voluntad a las cavernas debajo del lugar que les mostró con tanta fascinación. Y no solo a ellas, lleno el lugar con las hadas de los cuatro elementos, naciendo así el primer lugar en donde convivían los cuatro tipos de hadas al mismo tiempo, en el mismo plano.

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Hola!!!!

La próxima semana subiré el capítulo especial de Zattos, cuando termine los 10 capítulos especiales comenzare a publicar la segunda parte de Leyendas de Héroes.

Memorias de TellurusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora