Vall-Conn

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Una tenue luz iluminaba por completo la sala privada del restaurante más exclusivo de Zoak. Ya era casi media noche, hacia frio y por la ventana se veía la oscuridad del cielo nublado. Los invitados, los seres más influyentes y poderosos de todo Tellurus, se empezaban a impacientar.

― ¿Dónde está Val-Conn?, llevamos tres horas esperando. Si no fuera por su padre acabaría con ese irrespetuoso niño mimado ― golpeo la mesa un pharon de avanzada edad, regando todos los platos y bebidas que hasta hace unos momentos se encontraban perfectamente servidos.

― Estoy de acuerdo, ninguno de los presentes contamos con el lujo de perder el tiempo en sus juegos― añadió un humano de edad avanzada, con la piel tan arrugada que daría la impresión de no tener líquidos en su cuerpo.

―Sí, es verdad― añadió un enano.

―Mi tiempo es dinero, no creo que Val-Conn pague todo lo que he perdido en este momento― dijo levantándose un Unumentu.

Cuando los reclamos subieron de tono y los participantes de esta peculiar reunión se empezaban a levantar una joven, melódica y varonil voz los interrumpió.

― Calma, calma, ya estoy aquí. Me encontré con una pequeña organización llamada Bimalen y me divertí tanto que se me paso el tiempo.

En ese momento cuando el viejo pharon se disponía a reprenderlo fue interrumpido por un sutil movimiento del ser más poderoso de los presentes. Una Drathon de color blanco, con rasgos fuertes pero delicados, y un aura con la que era capaz de congelar a todos a su alrededor ya sea por miedo o por asombro.

―Esa organización también llego a mis oídos hace unos días, pero no estamos aquí para discutir eso ¿verdad?

Val-Conn asintió, era hora de compartir su visión para el mundo.

―Todos aquí sabemos porque existen los elegidos, las funciones y tareas que requieren de su intervención, así como el propósito que tienen.

El joven elfo pauso y empezó a caminar alrededor de los presentes.

―No obstante, las cualidades y habilidades que demuestran están muy por debajo a nivel general.

Un orco de ojos afilados lo interrumpió con un tinte de malicia en su mirada.

― ¿Estás diciendo que los seres que sobresalen por encima de todos son deficientes ante el príncipe elfo? ― en ese momento la nube que estaba pasando por el cielo dejo de tapar la luna y el cuarto se ilumino mostrando el tatuaje estrellado en el cuello del orco.

Val-Conn sonrió ante la pregunta ― ¿Son los mejores en todo o en una sola cosa? ― El orco se molestó con la contra pregunta, pero entendió de inmediato el significado. Cualquier otra persona habría sido partida en dos por usar ese tono condescendiente contra él, pero la revelación de lo que el escuálido elfo planteo le ilumino la mente.

― ¿Cómo sabemos que no es un plan para robarte a nuestros talentos?

Sin embargo, antes de que Val-Conn pudiera responder lo interrumpió un Quinoid elefante.

―Sabes muy bien lo que significa el tatuaje del elegido, no es necesario que hagas ese tipo de preguntas para generar discordia.

El orco sonrió como cuando a un niño lo encuentran realizando una travesura y prefirió guardar silencio. Al notar que todos volvieron la mirada hacia él, Val-Conn se irguió, carraspeo su garganta y dijo:

―Voy a fundar una institución llamada Luminiscencia. Recogerá a todos los elegidos del mundo, a los más grandes expertos de Tellurus y a quienes nos protegen en las sombras; para instruir a las nuevas generaciones de elegidos de la forma más completa y de una vez por todas tornar la balanza hacia el orden.

Apenas termino de hablar dejo que sus palabras fueran procesadas por los presentes. No les pidió ni permiso, ni ayuda para iniciar la academia. Fue una invitación y por la forma e entonación de lo que dijo su padre debería de estar al tanto de esta loca idea. Fue después de unos minutos que un Enano de pelo liso y dorado, con un monóculo de plata en su ojo izquierdo rompió el silencio.

― ¿Piensas que dejaremos que tu familia tome el control de Tellurus?

―No, y, de hecho: estará ubicada en Zoak.

La Drathon blanca sonrió con el comentario.

― ¿Piensas que te dejaremos realizar este experimento en nuestro país?

Cuando termino de hablar la habitación se empezó a llenar de una neblina helada.

― Deja de actuar, te reuniste con mi padre antes de esta reunión por lo que estoy seguro que estas adentro― sonrió el joven elfo tomando asiento en el aire, como si estuviera volando. Cruzo sus piernas y se materializo una taza de té en su mano, tomó un sorbo y dejo que el show comenzara.

― ¿Cómo sabemos que no priorizaran la tecnología? La magia es más complicada y tarda mucho más tiempo en desarrollarse.

―Falacias, solo porque sea acogida por las masas no significa que sea fácil.

― ¡Es una disciplina del vulgo ¡

Y de un momento a otro, las mentes más brillantes de Tellurus se empezaron a comportar exactamente como aquellos, a quienes gobernaban, aquellos, a quienes siempre han visto con miradas despectivas...

Memorias de TellurusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora