THE ANGELOUS
2ª Parte
Yo pensaba que mi hermana era mucho de hablar, de echar el órdago y ya está, quiero decir, cuando éramos pequeñas e inconscientes y yo hacía algo malo, ella era la primera en montar en cólera delante de mi madre, en resumidas cuentas, Elena era muy exagerada.
Y aquella vez no se quedó atrás, es más, cuando las tías acabaron de hacer la cena y se sentaron con el resto en el salón, Elena volvió a exponer otra vez la historia sobre Troy Nove. Ellas se quedaron pensativas durante varios minutos, moviendo al sopa de caldo de pollo que con tanto amor nos habían hecho. Fue entonces cuando la tía Clara habló del tema:
-Cierto es que cuando tu madre estaba embarazada ella tuvo algún escarceo.
-Lo sabía todo el pueblo- le interrumpió su hermana tapándose la boca con la copa.
-¡Calla! En realidad lo sabía todo el pueblo, la veían por allí y por aquí, de chico en chico, de bar en bar. Nunca nadie se atrevió a decírselo al abuelo, ya que se tomaba las cosas como los vaqueros que ve por la tele. Hasta que un verano, las tornas cambiaron. - La tía dejó su cuchara en un lateral del plato; juntó sus arrugadas manos y apoyó su cabeza en ellas.
"Rita empezó a encontrarse mal, a no querer comprase ropa nueva y comenzó a llevar ropas cada vez más ancha. Nadie entendía ese cambio de costumbre, parecía que en pocos meses se hacía cansado de ser joven. A las pocas semanas decidió marcharse del pueblo para irse a la gran ciudad dónde se suponía que tenía un trabajo limpiando casas, no volvió hasta pasados varios meses, dijo que la habían despedido del trabajo, pero jamás la creímos"
-O sea ¿Puede ser real que tengamos un primo en América y que nadie nos haya dicho nada, ni siquiera nuestra madre? – Pregunté yo mirando incrédula a ambas
-Ella nunca tuvo relación con aquella parte de la familia, tal era su animadversión que cuando conoció a vuestro padre se largó del pueblo buscó trabajo en una empresa de ropa, ella que quería seguir el ejemplo de nuestro padre y montar un verdadero imperio- Respondió Amparo.
Aquella conversación se quedó allí estancada. Nadie entendía por qué una familia como la nuestra había dado la espalda a uno de sus miembros a sabiendas de lo que estaba pasando o por qué nadie había hecho el esfuerzo de buscar a aquel niño que estaba, seguro, en manos de alguna familia de extraños.
Nadie excepto mi hermana, quién por supuesto, al día siguiente se llevó el agradecimiento de mis tías por tomarse "molestia" de buscar al miembro perdido de la familia Valentín.
La pregunta que me viene ahora, querido lectores:
¿Por qué mi hermana fue a buscar a Troy? ¿Por qué se puso en contacto con la agencia sin avisarme antes?