CAPITULO 17 - PEQUEÑAS OBSESIONES

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CAPITULO 17

Shin AhRi

La cena estuvo deliciosa, la platica fue muy agradable y el ambiente en general era bueno. Ellos estaban emocionados con la nueva perspectiva que había tomado su campaña, y nosotros estábamos aliviados de no tener que preocuparnos por alcanzar las proyecciones del año.

Platicamos un poco de todo, en general con risas. Fue un poco incómodo sentir a Patric prestándome mas atención de la necesaria. Por un lado por que MinHo estaba ahí, y por el otro lado, por que el señor Patric era casado. No era que estuviera haciendo nada particularmente incorrecto, pero el exceso de atención era notorio.

No se cuantas veces mis ojos se encontraron con esos ojos negros que me traían vuelta loca, pero cada vez que lo hacían yo me desconcentraba un poco. No podía dejar de pensar en ese beso, no podía dejar de pensar en esa sonrisa. Y definitivamente no podía dejar de pensar en su invitación de hace un rato... había sido una invitación o mas bien una amenaza? No quería pecar de mal pensada... pero no estaba segura de si de verdad quería que fuéramos a comer algún postre, o si se refería a la conotación sexual que yo no podía borrar de mi mente.

Salimos del restaurante, la camioneta nos esperaba. No sabía bien que hacer, si preguntarle algo al señor MinHo o hacer como si nada. Veníamos en grupo, y todo parecía indicar que ya nos regresábamos al hotel. Eso me preocupaba, si íbamos al hotel sería que se refería a lo segundo? De ser así tenía que rechazarlo, no era que no me hubiera imaginado ya mil veces a mi misma en sus brazos, pero de verdad era pronto, incluso había sido muy pronto para ese beso. No, el no parecía listo aún para la clase de relación que yo esperaba, esa invitación me hacía pensar que tal vez solo estaba jugando.

Llegamos hasta el hotel sin recibir pista alguna de su parte, subimos por el elevador hasta nuestro piso, y nos despedimos todos para ir a nuestras habitaciones. Ok, supongo entonces que había estado nerviosa por nada, tal vez había sido solo una broma, una de esas insinuaciones con las que juega todo el tiempo.

Entré a mi habitación un tanto decepcionada, me quité los zapatos, solté mi cabello y me dispuse a acomodar mis cosas para el regreso de mañana. Fue entonces cuando recibí el mensaje.

MinHo – No se ha olvidado de nuestro compromiso, verdad? La veo en el lobby en 5 minutos.

Se me aceleró enseguida el pulso. En 5 minutos? De que me daba tiempo? No, de nada. Me lavé los dientes, me volví a amarrar el cabello, esta vez solo una coleta, no había tiempo para rehacerme el chongo y me fui para el lobby con el corazón apunto de reventarme. Este hombre tenía la capacidad de quitarme todo lo cool que soy con un solo mensaje.

Llegué al lobby y ahí estaba, sentado en uno de los sillones. Traía unos jeans de color claro, zapatos caquis y un sweater blanco con bordes azul marino y cuello amplio. Se veía guapísimo, tan relajado y aún así con tanta clase.

AhRi – Perdón, no creí que fuéramos a vernos, y para cuando me mando el mensaje ya no me daba tiempo de cambiarme. Estoy muy formal, no?

Se levantó de su asiento y me miró de arriba abajo.

MinHo – Esta preciosa señorita AhRi. Me da gusto que no le haya dado tiempo de cambiarse, esa era mi intención – dijo mientras se acercaba a mi, pasó su mano por detrás de mi cabeza y yo estúpidamente cerre los ojos, eché la cabeza para atrás y apreté los labios temiendo un beso ahí, delante de todo mundo. Entonces sentí cómo jalaba la liga de mi cabello y deshacía mi coleta – jajaja, la asusté? – se puso a acomodarme el cabello – Me encanta su cuello y cómo lucen sus hombros con este atuendo... pero por ahora procuremos evitar que sienta celos de cada parisino con el que nos topemos, de acuerdo? Ya tuve suficiente con Patrick en la cena.

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