CAPITULO 34 - PEQUEÑAS OBSESIONES

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CAPITULO 34

Lee MinHo

Otra vez no hubo respuesta, así que abrí la puerta.

Los canceles del baño son de cristal templado, estaban un poco empeñados. Pero podía ver que AhRi estaba hincada en el suelo bajo la regadera.

Al princio dudé en acercarme más, estaba obviamente desnuda y no sabía si estaba cruzando mis límites. Pero caminé hasta la puerta de la regadera y me paré a un lado con la vista clavada en la pared de enfrente.

MinHo – Mi amor estás bien? Necesitas algo?

No contestó nada y siguió llorando. Así que abrí la puerta y de plano me asomé a verla.

MinHo – Mi amor que tienes? – Fue cuando la vi mejor, sentí que el corazón se me partía. AhRi lloraba mientras se tallaba fuertemente con una esponja, la piel enrojecida por todos lados. El cuello, los hombros, el pecho, la cintura, las piernas.

Levantó la cara al fin para verme, y aún sollozando me dijo desesperada.

AhRi – No se quita!

MinHo – Que cosa mi amor? Que no se quita?

AhRi – Sus manos! Y su boca y su lengua asquerosa! No se quitan!! – Tomó el bote de jabón líquido y dejó caer una cantidad desmedida sobre su torso. Empezó a tallarlo fuertemente otra vez.

Me quité el sweater que traía, los jeans y los calcetines, los aventé a un lado y me metí a la regadera. AhRi ni siquiera puso atención a esto, estaba concentrada en seguirse lavando. Me puse en cunclillas frente a ella e intenté quitarle la esponja de la mano. Ella la jaló fuertemente y entonces se me quedó viendo el cuerpo semidesnudo. Volteó su cara hacia un lado y clavó los ojos en el piso. Volví a intentar quitarle la esponja, me volteó a ver enojada.

MinHo – Déjame ayudarte mi amor – AhRi aflojó la mano viéndome a los ojos y pude por fin tomar la esponja. Me estiré para cerrar la llave de flujo de agua que estaba detrás de ella y puse una cantidad considerable de jabón en la esponja – Necesitas apagar el agua, si no todo el jabón que te pones se enjuaga – Empecé a tallarla suavemente, primero los hombros, tratando de hacer bastante espuma – Vez? Por eso no se lavaba bien.

Podía sentir su mirada sobre mí, pero procuré no verla a la cara, actuar cómo si estuviera muy concentrado en limpiarla bien.

MinHo – A ver, levanta el brazo – AhRi levantó el brazo derecho y empecé a enbajonarle bien el brazo y la axila, luego el otro brazo, y de ahí seguí naturalmente la acción hacia sus pechos.

Me concentraba constantemente en que lo que estaba haciendo no era un acto erótico, no podía permitirme de ninguna manera tener una erección en ese momento. Así que cuando enjaboné sus senos y la parte inferior de su cuerpo empecé a concentrarme en voltearla a ver a la cara y sonreírle para calmarla. AhRi se mantenía en silencio, tranquila. Me veía a la cara, de vez en cuando observaba la esponja limpiando su cuerpo.

Yo de vez en cuando abría un poco el agua para humedecer la esponja y poner más jabón en ella. Después de unos 15 minutos enjabonando varias veces su cuerpo pregunté.

MinHo – Que piensas? Te sientes ya mas limpia? – asintió tranquila – Y el pelo? Quieres que te lave el pelo?

AhRi – Si – dijo muy bajito.

Así que abrí la regadera para mojar su cabellera, y me pasé de espaldas a ella. Puse especial atención en masajearle bien el cuero cabelludo, suavemente, con muchísimo cariño. Volví a prender la regadera para enjuagar su shampoo y ponerle acondicionador.

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