El Viejo Indio después de lamer la sangre me dijo: Corre, nosotros estamos preparados, a ti a un te queda preparación, toma esto y vete. El Viejo Indio me dio una bolsa pequeña y me sacó de la tienda. Al salir vi que me ofreció un caballo con todas mis cosas encima. Antes de ponerme a cabalgar, el Viejo Indio me dijo: No te fíes de nadie si su cuerpo esta muy frío y no abras la bolsa hasta que no sea el momento oportuno. Después de que me dijera eso me fui cabalgando hacía mi pueblo, a ver como iban las cosas y advertir de el mal de aquella serpiente extraña.
El viaje de ida al pueblo fue bastante tranquilo, no sabía cuantos días había pasado fuera, pero seguramente no eran pocos. Después de un rato pase de el bosque a completo desierto, mi terreno.
Mientras iba cabalgando por el desierto, vi una pequeña casa en mitad de la nada y de ella salía un poco de humo. Lo primero que pensé es que a lo mejor era un incendio o algo parecido, algo poco grave, pero cuando más me acercaba peor olía. Escuche un grito de un niño diciendo: Mama? Pensé que a lo mejor había un agresor o algo, así que me baje del caballo y me puse rumbo a la casa sigilosamente. Cuando llegué me asome por la ventana de la cocina y vi bastantes manchas de sangre habían por toda la cocina, detrás de la mesa no podía ver mucho, pero pude ver los pies de alguien ensangrentados. Al ver todo eso, fui a la puerta, le di una patada y la abrí. Desenfunde el revolver y lo cogí con fuerza. Lo primero que vi al entrar fue el cuerpo de una mujer en el suelo, con el pecho agujereado y sin dedos. Que brutalidad fue lo primero que pensé, me arrodille y le cerré los ojos a la mujer mientras pequeñas lágrimas caían de mis ojos. Escuché lagrimas de un niño en las habitaciones así que rápidamente me fui hacía allí. Entre en la habitación y había un niño sentado en la esquina de la habitación llorando, cuando me vio dijo: Por favor, no me hagas nada. Para tranquilizar al niño le dije que yo no era el agresor, que venía a ayudarle pero él no me creía y dentro de poco entendería el porque. Escuche pasos que venían de la cocina, me giré y apunte el revolver hacia la puerta. De repente, escuche una voz, una voz familiar, la voz decía: Por fin nos vemos, Ghost, llevaba mucho tiempo queriéndote conocer, no en la mejor ocasión, por desgracia. Yo me fui dirigiendo hacia el salón y al salir de la habitación allí estaba el sospechoso, el cabrón que estaba haciendo sufrir a esta familia. Llevaba un sombrero y un turbante que le tapaba media cara. Su pelo era parecido al mio, igual que su sombrero. Cuando se quitó el turbante que le tapaba me quedé impactado, el hombre que tenía delante mía era yo mismo. Mismo físico, la cara y todo igual y incluso la misma pistola con la misma inscripción de mi padre. Quería hablar pero empecé a tartamudear, no podía asumir lo que estaba pasando. El otro Ghost empezó a hablar mientras se acercaba a mi lentamente: Si si, estarás anonadado y puede que asustado, me encantaría hablar contigo, pero solo puede haber un Ghost y voy a ser yo. Se sacó el cuchillo de bota y me iba a cuchillar en la barriga pero le cogí el brazo y solté: Habrá que comprobarlo. Le pegué una patada lanzando le contra un armario con cristales aunque no le cortaron mucho. El otro Ghost disparó y me rozó la oreja haciendo que un fuerte pitido fuera lo único que pudiera escuchar. Se acercó mientras yo estaba arrodillado en el suelo, sordo por el disparo. Me cogió el hombro y empezó a darme patadas en la barriga pero en una de ellas le pude parar y alejar de mi, saqué mi pistola y le disparé en el pecho, pero como no, aquella masa extraña de la otra vez tapo la herida enseguida. No le hizo nada el disparó, pero me dio tiempo a levantarme. Empezamos otra vez a pelear, golpe tras golpe, un yo contra yo mismo. Hacíamos los mismos movimientos, con la misma fuerza y el mismo patrón. Parecía una pelea infinita, a mí me quedaba una bala y el otro Ghost no tenía y sabía que ponerse a recargar significaba perder la pelea. Lo único diferente es que yo ya estaba cansado y el otro Ghost parecía que estaba como nuevo.
Cada vez mis golpes eran más y más flojos, ya poca esperanza veía mientras el otro Ghost me golpeaba la cara una y otra vez, siempre igual de fuerte. De repente el otro Ghost dejó de pegarme, aunque ya no podía defenderme, y empezó a hablar: Bueno, Ghost, tu historia es bastante interesante (pega una patada a Ghost), un padre fugitivo (pega una patada) una madre que seguro que era una gran hija de puta (pega otra patada) y un niño gilipollas (pega otra patada más fuertes que las anteriores). Y se lo de tu cicatriz de tu cara, vamos a ver que tienes aquí (se acerca a Ghost y le coge de la cara, seguidamente hace fuerza en la cicatriz para abrirla).
Ya poca esperanza tenía pero algo despertó en mi al escuchar un caballo que paraba de cabalgar justo fuera de la casa, entró una mujer de unos 20 años, llevaba un vestido amarillo, parecía un rayo de sol, un rayo de esperanza. Nada más entrar dijo: Mama? Eduard? Que ha pasado?
Mientras el otro Ghost me abría la cicatriz utilicé mis últimas fuerzas en lanzarle la pistola a esa mujer. Cuando vi que la cogió grite con mi último suspiro: Él ha hecho todo esto!! Ha matado a tu madre! Entonces la mujer ni se lo pensó y disparó al otro Ghost en la cabeza. Eso hizo que se volviera a convertir en serpiente como la última vez, aunque un poco de aquella masa extraña entrara en la cicatriz. La serpiente se fue reptando a la velocidad de una bala. La mujer se acercó a mi y me tocó la cara con su suave mano y me dijo: Estas bien?
Continuará...
Si pensaréis: Que débil el personaje. Tranquilos, esta preparándose.
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Gatillo Fácil
RandomClay vivía en la época de los vaqueros, con su padre, uno de los mejores pistoleros de la historia, últimamente rondaba mucho miedo por la modernización, todo poco a poco se iba modernizando mas y mas, pero un hecho extraño hace que esa modernizació...