Dos.

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Era como la una de la madrugada, y Perrie se dignaba en llegar en la casa donde se encontraba con su mejor amiga. La rubia tenía el maquillaje corrido, el pelo despeinado y salido de lugar al igual que sus pies estaban muy hinchados de tanto caminar con esos malditos tacos en el trabajo más luego caminando en el caliente asfalto de la ciudad de Londres. Su mejor amiga, la recibió con suma preocupación por su tardía, casi nunca llega a altas horas de la noche pero esta vez, se paso.

—¿A qué se debe tu tardía? —le cuestiono, demandando un tono muy enojado.

Perrie soltó un bufido, ella pensaba que estar casada con un chico recibiría estos tipos de quejas, pero al parecer con 36 años y con su mejor amiga es casi lo mismo. La rubia solo quería acostarse en la incómoda cama que tenia, al menos unos minutos de paz necesitaba luego de haber estado como unas 5 horas levantada en ese estúpido bar que da un sueldo mínimo que apenas consigue pagar sus impuestos con comida. En este caso, hubo mucho movimiento y como su mejor amiga en el bar, llamada Rosemary estaba por dar a luz a su hijo, así que iba a ir al hospital pero necesitaba una reemplazante, así que opto por quedarse hasta más de lo debido.

—Rosemary estaba en pleno parto en el bar ¿Cómo quieres que la deje asi? Agarre su puesto, ya que Jonas no le dejaría salir así de fácil. Lo siento, Jadey. Pero creo que con este trabajo extra podremos al menos, investigar mas sobre… Ya sabes.

Jade suspiro y bajo la mirada. No quería tomar el tema. No ahora. Se dedico a ir hacia la cocina del pobre departamento que rentaba. El departamento contaba con dos habitaciones, una cocina, una sala y un pequeño baño para ella únicamente. El lugar era pequeño, perfecto para ellas dos. No podían quejarse, luego de quedar técnicamente en la calle no tenían otra más que trabajar. Volver a América estaba muy lejos de su alcance luego de lo que sucedió. De este modo, se quedaron en Londres. Trabajando de la manera más dura posible.

La chica, al llegar a la cocina le preparo un vaso con café, cargado como le gustaba. Jade era excelente en la cocina, nunca pudo ingresar en una academia que se dedicase a eso por sus escasos recursos, pero gracias a un celular que encontró, una vez, pudo activar su chip y así poder tener acceso a internet, donde encontró miles de recetas. Para conseguir los condimentos no tenía problemas, simplemente se iba a la verdulería de la esquina, donde a veces hacia unos cargos extras para ganar algo, a veces, le daban las verduras que necesitaba y con eso se contentaba. Amaba cocinar ya que su amiga Perrie era de comer mucho, lo suficiente para ser clara. Se acerco a su amiga, y le sirvió su café, la rubia le agradeció y se dedico por lo menos a acomodarse en su viejo sillón, al cual se le salía unos que otros resortes.

—Pezz… Si quieres busco algún trabajo… Creo que tengo la edad suficiente, no soy un-.

Pero Perrie le miro con desaprobación. No quería que su única mejor amiga vuelva a trabajar, lo intento una vez y a penas como una semana, su jefe ya casi abuso de ella. A penas se entero de eso fue a donde trabajaba Jade e hizo una escena, donde le dejo en claro que su amiga ya nunca volvería donde se encontraba y que sea pobre no signifique que debe de hacerle faltar el respeto. Desde aquella vez, Jade no se comprometió en un trabajo duro, a excepción de trabajar en aquella verdulería.

—No, Jade. No iras a trabajar en cualquier lado. Sé que tienes 35 años como para ser independiente pero… Tengo miedo, amiga. Eres la única familia que me queda, y tú más que nadie lo sabes.

—Pero Perrie… Yo… Yo quiero que salgamos de esto y así poder encontrar lo que tanto buscamos, y tú sabes que buscamos. —Perrie aparto la mirada—Vamos Perrie, solo déjame demostrarte que si puedo y que no volverá a pasar.

Perrie no hablo. Solo le dio un sorbo a su café barato y cerró los ojos, tratándose de imaginar una vida que paso como 15 años atrás. Donde ella y su mejor amiga recorrían en los centros comerciales, reían, comían y no se quejaban de su buena vida. Donde tenían unas mejores amigas, una vida social, chicos y todo lo que un adolescente busca. No se podían quejar de nada, lo tenían todo. Pero desde aquel día trágico, donde sus padres fueron asesinados por el simple hecho de ser socios y tener una empresa muy poderosa en América todo fue a la borda. Un grupo de delincuentes las secuestraron y con ellas, decidieron ganar dinero. Las prostituyeron en cada burdel que había en ese país. Eran las más proclamadas, luego empezaron a salir del país hasta llegar en el lugar donde se encontraban, donde su vida fue peor en un cierto caso. Allí se dieron cuenta de que las cosas que uno vive, debe ser aprovechada, porque nunca se sabe si podrás volver a aquel querido pasado.

Objective! Find Ours Moms! >jarry/zerrie.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora