Cuatro.

3.4K 301 57
                                    

Allyson, dio unas cuantas vueltas tras el árbol del colegio, tratando de encontrar a su mejor amiga, la cual llevaba desaparecida como desde el comienzo del receso. Se sintió preocupada al instante ¿Y si en realidad le estaba cambiando por otra chica? ¿Si ya no le aguantaba? ¿O simplemente tenía un lugar lleno de seres mágicos a cuales visita en el recreo? Negó con la cabeza, eso era imposible.

 Decidió ir a la cafetería, pero nada. Ella no aparecía por ningún costado. Se pregunto si estaba en el gimnasio del colegio ¿Pero qué haría allí? Melody no era una fanática de los deportes, a penas tocaba una pelota cuando jugaban quemados. Y tampoco opto por ir el jardín del lugar, ya había ido allí como cien veces y tampoco había algo. Se sugirió ir a la clase de artes, pero allí no dejan entrar a nadie, al menos que sea hora de clases. Allyson, algo resignada, opto por sentarse en unos de los asientos de la cafetería, donde observaba como todo comía y reían con sus amistades.

Las porristas de noveno grado las miraron, de pie a cabeza. Desde que Allyson piso la secundaria, las chicas de noveno quisieron hacerla ingresar al equipo de porristas, era rubia y bella, era la candidata perfecta. Pero Allyson, prefería cantar, tocar su guitarra y pintar varios lienzos antes de ir a las porristas. O hacer sus hobbies más divertidos, comer, dormir y andar de floja. Además, no dejaría a Melody sola cuando eran los juegos del equipo del colegio y son obligatorios. Melody es su hermana, aunque no sea de sangre, se criaron juntas.

Pero cuando Allyson decidió meter una manzana en su boca, como para el segundo bocado, apareció Steven, un chico, el cual amaba molestar a Allyson. Era su mejor pasantía en el colegio. El cursaba el noveno grado, claro que era como dos años mayor que ella. Pero, no le interesaba. Era divertido molestarla y punto. El se acerco a ella, quitándole su manzana. Allyson protesto, pero el solo rio.

—Oh, ¿Cómo anda mi pequeña Ally? —él le dio un mordisco a su manzana.

Allyson gruño.

—¡Dame mi maldita manzana! —Steven, por su parte, se limito a reír.

—Nop, no te lo daré. ¡Ahora es mía!

Allyson bufo, en esto momentos no tenia paciencia para lidiar con el estúpido chico, que solo se limitaba a molestarla. Le inquietaba que cada vez que la viera él, siempre hacia algo para molestarla. Era como un juego, el cual, el era un pequeño niño y ella su preciado juguete, con el cual podía romper, arañar, o hasta quemar.

—¿Sabes qué? Me comprare una nueva y ya.

Steven sonrió.

—No, es solo broma, pequeña Ally—le guiño un ojo—Me comprare una, si aceptas mi lata de gaseosa.

A Allyson, se le hizo agua en la boca. Tenía bastante sed, obviamente, buscar por todos lados a Melody le dio sed, y el diablo (quien era Steven) le entregaba como una especie de malévola tentación, la cual, ella está dispuesta a caer. Trago saliva, al ver como el preciado envase de coca-cola fría, la estaba esperando. 

Pensó dos veces, pero, al fin y al cabo, ella era un ser humano y caería como Eva, quien acepto la manzana de la serpiente en el jardín del edén.

—Vale, acepto tu lata de gaseosa.

Steven, el chico de ojos marrones, cabello negro y plan blanco como la leche, sonrió con mucha diversión. El no era un chico de tanto fiar, vivía solo con su madre soltera que solo trabajaba y era único hijo. Era un chico problemas, y no dudarías en un futuro verlo encima de una motocicleta con una chaqueta de cuero. Pero como todo chico con aire de malo, no es del todo malo, a escondida de sus amigos, el escribe poesías y historias. Y secretamente admira las clásicas novelas. En lo más profundo de su personalidad, el es débil. Como todo ser humano.

Objective! Find Ours Moms! >jarry/zerrie.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora