La despedida...
-Gracias linda.- dijo y me beso.- no quiero que vengas conmigo
-Porque?
-No quiero que me veas sufrir.- dijo y lo volví a besar
-Voy a ir quieras o no Nathan James Sykes, me escuchaste.- dije y el sonrió
-No quiero, porque me veras todo miedoso y como niño chiquito.- dijo y sonreí
-Nath, cuando llevábamos horas de novios, te hice una promesa, y la voy a cumplir.- dije y nos volvimos a besar
-Pero no quiero que me veas en ese estado, voy a estar feo, pálido, con ojeras, no voy a poder hablar, ni decirte lo linda que te vez, no, no quiero.- dijo mirándome
-Nath.- dije y le acaricie la mejilla.- no me importa si estas pálido, con ojeras, que no hables, yo te quiero como sos, no por como estas, quiero ir con vos, porque me preocupo por vos y quiero lo mejor sí? Y para mí lo mejor es que después de la operación tu mami y yo te cuidemos si?- dije y el sonrió
-Sos perfecta.- dijo y nos besamos.
Estábamos en el Aeropuerto, todos y cada uno, yo no podría ir con Nathan, ya que, a mi abuela le queda poco de vida, volveré a Argentina, por tiempo indefinido, estoy mal por Nathan y por todos los demás, conmigo vendrían los chicos de The Vamps y los demás de The Wanted se quedarían en las Bahamas por unos días más, estaba abrazada a mis 4 nuevos amigos, y todos teníamos los ojos cristalizados, me separe de ellos y corrí a las chicas, quienes me abrazaron y me dijeron todo lo que me iban a extrañar, cuando me separe de ellas, me fije y ahí, abrazado a sus mejores amigos estaba Nathan, la persona que me hizo más feliz en este tiempo, no sé cómo haría para estar sin él, lo amaba, demasiado y lo extrañaría, su vuelo salía antes que el mío, exactamente 20 minutos, vi como Nathan se separaba de los chicos y se giraba mirándome.
Estábamos mirándonos, nos decíamos todo con una sola mirada, era algo, inexplicable…
-Pasajeros con destino a Estados Unidos por favor, abordar por pasillo 5, gracias.- era su llamado, me miro y lagrimas empezaron a caer por sus ojos, nos acercamos, y al estar a centímetros de diferencia nos abrazamos, como nunca lo habíamos echo
-No sabes lo que…- empezó a decir y sollozo.- te voy a extrañar nena.- dijo
-Yo también mi niño, más que a nada en el mundo.- dije y nos abrazamos mas fuerte
-Última llamada para los pasajeros con destino a Estados Unidos.- otra vez, esa voz, nos separamos, y nos besamos, iba a extrañar sus besos, se alejo de mi lado, pasando por las puertas que lo conducían al interior del avión, mientras lagrimas caían de mis ojos, sin parar, estaba en shock, esto no podía estar pasando, sentí unos brazos atraparme entre ellos por mi espalda, y por un minuto pensé que era Nathan, y que mi mente me estaba jugando una mala pasada, pero no, no lo era, solo era Brad, quien me giro y me abrazo, un abrazo que hace tiempo necesitaba, después sentí mas brazos agarrándome, sabía que eran, James, Tristan y Connor, como amaba estos abrazos, siempre que estaba mal ellos me abrazaban, tapando todo mi diminuto cuerpo, uno de cada lado, enfrente y por atrás, no mal piensen, yo solo me quedaba dura en mi lugar.
-Pasajeros con destino a Argentina, Entre Ríos, abordar por pasillo numero 7, gracias.- dijeron por el parlante, y todos se separaron, y James me alzo como los recién casados y yo escondí mi cara en su pecho y seguí llorando, como nunca lo había hecho. Sentada en mi asiento de avión a mi lado Connor, en otro asientos James, Brad y Tristan, estaba destruida, no hacía más que mirar por la ventaba y llorar, llorar como nunca lo había hecho, me iba a secar de todo lo que estaba llorando, Connor, no dejaba de acariciarme el brazo y apretar fuerte mi mano, que estaba agarrada de la suya. Sabía que me había quedado dormida, pero, poco iba a durar, a las 3 horas me desperté y mis ojos, estaban rojos, y lagrimas volvían a caer por mis ojos, nunca pensé que algo podía doler tanto como esto, lo extrañaba, me costaba respirar, y me dolía la cabeza, estaba, estaba partida en dos, y él, no lo sé, solo sé que lo extraño como a mi vida misma, no me importaba mi abuela, ni mi hermana, ni mis padres, solo él, él me necesitaba más que nunca en este momento, y yo, no estaba a su lado para tranquilizarlo y decirle que todo iba a estar bien, que nada malo pasaría, que lo apoyaría aunque no sepa cantar, que era su novia, y por siempre lo seria, y nunca iba a cambiar.
Narra Nathan
Entrar al avión fue lo más difícil, que nunca en mi vida haya hecho, estaba desecho, arruinado, nada iba a ser lo mismo, y lo sabía, mi bebe, mi niña, la pequeña, mi pequeña, en este momento debe de estar subiendo al avión, con rumbo a entre ríos, destruida, como yo la vi, antes de entrar al avión, y, me siento peor al no decirle, que la amaba y nada iba a pasar, estaba partido en dos y mi vida no daba para más.
Ya estábamos aterrizando, después de bajarnos íbamos a ir a mi casa, después a hablar con el médico, después a llamas a mi mama, ir a esperarla al aeropuerto, y dentro de dos días maso menos me operarían.
