Mientras Shenai iba caminando por el túnel, trataba de darse prisa y se daba cuenta que no le gustaba para nada estar allí. Recordó lo que la llevó a internarse a esos pasadizos y repasó mentalmente las consecuencias de sus últimos actos. Ir fuera de la ciudad con no un macho si no dos, con los cuales no tenía parentezco de ningún tipo, sin el conocimiento ni autorización de su familia ni líder, comprar golosinas ilegales y derivados de azucar... contó las semanas de trabajo forzado que le tocarían... y encima el tipo de trabajo...puaj, sintió asco. Ojalá que si la castigaban no le tocara nada relacionado a las crías. No se le daba nada bien nada relacionado a las crías. Esa era la razón por la que nunca decidió inscribirse como hembra casadera. Eso y que la única persona por la que había sentido alguna vez atracción estaba fuera del lo que la iglesia llamaba Rango sagrado de casamiento aprobado. No había forma de que su unión fuera aprobada por la iglesia. Ni siquiera pidiendo una excepción al sacerdote Shtaman. No por que no las concediera, si no por falta de fondos suficientes para que lo aprobara. La única otra forma en la que podría ser aprobada su unión sería en caso que uno o ambos fueran estériles. Pero solamente había una forma de averiguarlo y no estaba dispuesta a intentarlo. Por que si uno de los dos resultaba fértil debía casarse con "la prueba de fertilidad", y la misma era asignada por el sacerdote. Sabía que no tendría ni en sus mejores sueños la oportunidad de ser emparejado con... De repente un terrible grito, un grito de una voz ronca y extraña, angustiante y seca la sacó de sus pensamientos. Vio hacia arriba y observó la trampilla para salir del túnel. Dudó si salir o no del túnel. El grito sonó demasiado cerca. Lo que fuera que había arrancado ese grito podría verla si salía. Shenai se sentía nerviosa y frustrada al mismo tiempo. Quería salir aún con el miedo que sentía, pero sabía que si el dueño de ese grito era uno de sus amigos no podría ayudarlos en nada. Inclusive podría ser una desventaja para sus amigos que la vieran allí, cerca del peligro.
Shenai estuvo a punto de darse la vuelta y regresar por otro de los túneles para ganar tiempo. Pensaba que el atacante podría intentar escapar por el mismo túnel que ella. No tenía nada con bloquearle el acceso a la trampilla. Empezó a sentirse indefensa. De pronto su espalda se erizó, sus músculos cerca de sus receptores se tensaron, estaba tan nerviosa que no sintió cuando la transmisión empezó a ser recibida por su cuerpo. Palideció. Su organismo acababa de terminar de interpretarla. Estando a kilómetros de esa señal podría haber reconocido a su emisor, no había duda alguna de quién la había transmitido. Una única palabra, "Auxilio". La única persona por quién estaría dispuesta a dar la vida. Tensó sus extremidades inferiores, colocó sus alas en posición de batalla. y cuándo estaba dispuesta a salir por la trampilla dudó. ¿Y si la transmisión se originó antes que el grito que había escuchado? y si el emisor no había podido transmitir más a causa de... se sacudió las alas y las ideas. No importaba quién fuera el que se encontrara allá afuera , ella iba a ayudar a su amigo... o a vengarlo. se buscó algo en el bolsillo superior, sacó su arma corta para emergencias, era la única que tenía en ese momento pero era mejor que nada. Nada iba a detenerla, se preparó para salir.
El gemelo restante había recorrido casi en la mitad de tiempo el camino de regreso y en mucho menos tiempo el recorrido en el nuevo túnel... ya podía ver la trampilla y la suerte le empezaba a sonreír nuevamente... estaba abierta,casi podía sentir a su víctima; era cuestión de segundos hasta que pudiera sentir el corazón de su víctima en sus manos... escapándosele la vida ante sus ojos. Cómo disfrutaría esta muerte. No era el mismo que le había causado problemas en el otro túnel, para ir a lo seguro había tomado el pasadízo del otro macho y lo había alcanzado relativamente rápido. Sospechaba que ya lo habían visto y que conocían sus intenciones o que al menos las intuían... en el túnel había visto otra trampilla y el sujeto había simulado su salida dejandola mal cerrada... pero no habían contado con su delicado olfato... claro que el macho había salido por allí, pero había vuelto a entrar... y el olor era mucho más intenso en ese otro pasillo que en la primera salida... se preparó para salir y trató de recordar si su hermano había seguido a la hembra o al otro macho... no importaba... podrían disfrutar de la misma víctima... no sería la prime... un grito... un olor que conocía demasiado bien; los reconoció al instante, al que gritó y al dueño del pestilente olor. No había duda, los habían alcanzado los Ambliófonos...

YOU ARE READING
Los ciudadanos
Aktuelle LiteraturMurivak y Dorovich, ciudadanos de cuarta clase de una sociedad pacífica y trabajadora. Viven en dónde siempre ha vivido su especie. La ciudad se encuentra casi al centro de la extensión de tierra que parece no acabarse jamás, mires hacia dónde mires...