Golpe bajo

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Un hombre que iba por un camino 

que quizá a su casa le conducía 

llevaba consigo una pala

y a mitad del camino, un hoyo abrió.

Orquesta Zodiac. Panteón de amor


Vio en la pantalla del celular el número de Sara. Rodrigo de una vez le contestó. Sara sabía que le había jugado sucio, pero ella lo amaba tanto o más que Ana Julieta y, ahora si se decidía podrían construir la casa y vivir felices el resto de sus vidas en la parcela de La Azulita que su abuela le había dejado de herencia.

Rodrigo empalideció al reconstruir la historia, jamás se imaginó que ese cacho iba a conocerse. No sabía qué hacer, si llamar a Ana Julieta y pedirle perdón por lo que sucedía; si escribirle un   e-mail desde la misma computadora donde estaba sentado o enviarle una postal de reconciliación.

De esa relación se podía sacar una fotografía como el peor momento. Más que la vez cuando se fue a beber con sus compadres aquel 24 de diciembre que la dejó con la mesa servida y los familiares esperándolo; más que cuando se quedó sola aquella tarde durante el 3er aniversario en el parque de los Chorros de Milla mirando la tristeza del encarcelamiento del oso frontino; más que cuando le prometió que ya venía, que le iba a comprar una bicicleta y llegó al apartamento con una bolsa de pan canilla entre sus brazos.

Le reprochó a Sara su oportunismo, porque nunca fue tan efusiva la euforia de amor como para llegar a ese extremo. Le gustaba cómo se movía cuando se acostaban, pero hasta ahí, hasta los límites que él había cercado para ella. Debe ser un error y estoy soñando, se dijo mil veces. Empalideció, y se agarró la cabeza porque sentía que perdía el equilibrio. Le daba pena mezclada con dolor llamar a Ana Julieta al saber que pasaba por una fuerte crisis de nervios, la conocía mejor que nadie.

Rodrigo, con la llamada de Sara, se distrajo de lo que escribía en el centro de comunicaciones del centro comercial La Hechicera. Era un e-mail donde contaba algo de historia contemporánea venezolana a unos amigos que recién se fueron con una beca de la Fundación Carolina para España. Lo que logró enviarles fue:

"El país está en una lucha de clases. La división está llevándonos al fondo, pero es un fondo lleno de petróleo y capaz de reivindicar el camino de las personas humildes, que ha sido el gran legado del presidente de la izquierda. Ustedes saben de dónde vengo y no voy a ponerme apoyar a la gente que destruye, y más aún, cuando parece que lo que predican es la muerte de todos, tanto en el izquierda como en la oposición. Peor aún la muerte del país. Siempre he creído en la igualdad. Hoy la cuestión está en el maltrato que puedan seguir teniendo los más desprotegidos, los pobres, que cada vez son más y parece que no hay vuelta atrás. 

Otra cosa que me resulta rara es que algunos políticos que dicen ser oficialistas, le pueden voltear la tortilla al actual presidente. Pueden ser los títeres ocultos de los intereses del Imperio Norteamericano o Chino.  ¿Hasta cuándo el Imperio? La sabio sería la unión de todos los pueblo, de todos los barrios, de todas las conciencias. En estos tiempos de globalización y mediatismo se ve algo difícil tal hazaña, veo mucho egoísmo, ventajismo, corporativas que juegan con la vida del ser humano, muchas guerras paralelas. Mientras tanto habrá que cuidarse  y estar atento porque la violencia en la calle cada vez está más peligrosa y no sabemos que pueda pasar con el futuro de uno cuando sale a la bodega, al trabajo, que bastante mal pagado está. Temo que algo malo estén cocinando algunos políticos entre ambos bandos, que quieran tumbar al gobierno y, con el tiempo sabremos que todo ha ido para peor"

Triángulos AlteradosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora