Lincoln [2]

XI

Un suave movimiento en su cabello hizo a Elena suspirar, con los ojos cerrados y unas grandes ganas de seguir durmiendo, se volvió a acurrucar en la cama. Con el lento y constante movimiento en su cabello cayó nuevamente en un profundo sueño.

Algo había sucedido que su alarma no había sonado, por lo tanto Elena no despertó hasta que su cuerpo se lo indico. Escondiendo su mano debajo de la almohada tomó su teléfono, lo había pedido unas semanas atrás, era increíble el sistema que las Nuevas Especies tenían cuando de "comprar" cosas se trataba, no permitían el pago con dinero, usaban el "código de residencia".

Achinando un poco los ojos observo la hora, nueve y cuarenta de la mañana, suspiró.
No estaba mal descansar un poco más. Levantándose lentamente  volvió a agradecer mentalmente a Breezer por haberle dado un código de residencia, por alguna razón su habitación no disponía de uno.

Sin mal gastar el tiempo busco la ropa que iba a utilizar. No se sentía lo suficiente animada como para combinar la ropa que iba a usar. Tomando la primera camisa y el primer pantalón se los llevo al baño.

Elena salió del baño después de una refrescante ducha, con el cabello aún envuelto en la toalla observo su escritorio. Los libros de Japonés que había pedido habían llegado antes del mes, cosa que agradeció, las clases estaban yendo extremadamente bien,
Las chicas estaban increíblemente felices y entusiasmadas por aprender. Elena sonrió mientras frotaba un poco la toalla en su cabello, secándolo. Estaba demasiado largo, algún día se lo cortaría. Dejando la toalla en la silla, comenzó a ordenar un poco el escritorio, cerrando su cuaderno y los libros de textos ordeno los pocos lápices y bolígrafos que había conseguido. Su estomago rugió. Dejando estirada la toalla en la silla, camino hacia la puerta de la habitación, al abrirla un pequeño pedazo de papel cayó al suelo. Agachándose, lo tomó.

"Bienvenida a la Gincana de la aventura, hoy tu misión es encontrar el tesoro escondido, para eso, necesitarás la ayuda de un mapa del tesoro, deberás buscar las partes del mapa, luego unirlas y seguir las indicaciones. Pero antes de comenzar, un poco de azúcar y harina necesitarás"

Elena observo la nota con confusión, su espíritu aventurero comenzó emerger de las profundidades de su ser, no sabía quien había dejado aquel papel, la escritura era un poco tosca, pero se lograba entender a la perfección, no conocía la caligrafía. De pronto su mente hizo click. Sonriendo observo de nuevo aquel pedazo de papel. Rezando con que fuera quien creía, decidió seguir la primera pista. Saliendo del cuarto con la nota en mano se dirigió a la cocina común, abriendo las estanterías buscó el Azúcar y la harina.

"El desayuno es el alimento más importante, te ayuda a comenzar el día con una sonrisa."

Elena sonrió, quitando el papel siguió con su búsqueda de la harina. Al encontrarla leyó la siguiente nota.

"Panqueques con nata y fresas suenan a una excelente opción para comenzar un gran día.

Dirígete al comedor"

Ocultando una gran sonrisa tomó el pedazo de papel. Confirmando la sospecha de quien estaba detrás de las notas comenzó a caminar hacia el comedor.

En uno de sus tantos almuerzos le había comentado a Lincoln que los panqueques con nata y fresas eran sus favoritos. Lo había recordado.
Vaya que si.

Acercándose a la mesa observo el único plato que estaba sobre esta. Tres esponjosos panqueques con muchas fresas, al lado, el bote característico de la nata. Los panqueque no estaban perfectamente redondos, pero eso de verdad no le importaba, porque, el sabor era lo que siempre ganaba. Sentándose tomó el tenedor, cortando un pedazo lo junto con la mitad de una fresa, con la otra mano disparó un poco de nata sobre la pequeña porción y sin más esperar comenzó a comer. Los panqueques estaban calientes... como si recién los hubiesen sacado del sartén. Girando su cabeza por toda la sala intentó buscar a alguien. Extrañamente estaba sola. Sin darle muchas importancia continuó comiendo, al finalizar observo una nota en el plato.