IX

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Parte II

"Muchas gracias por traer las cosas hasta acá" Elena le agradeció mientras abría la puerta de su habitación. "Oye" Lincoln llamo. Elena sin pensarlo dos veces volteó, pero al parecer lo había hecho demasiado rápido, ya que un mareo repentino le pego, haciendo que se tambaleara. Lincoln velozmente se acerco a ella  "Hey, Hey" Sus brazos se enredaron en su alrededor, manteniendo los firmes, sí ella llegaba a desmayarse el definitivamente no la iba a dejar caer. Por ninguna circunstancia. "¿Qué sucede?" Pregunto con una preocupación palpable. Debía asegurarse que estaba bien antes de irse, no la podía dejar enferma y sola. "Estoy Bien" Su voz no le logro tranquilizar, pero su tacto si. Sus dedos acariciaron su cuello. Todos sus sentidos se pusieron alerta, los pequeños y delgados dedos de su nena comenzaron a formar un delicado circulo sobre su piel, derritiéndose soltó un suspiro de placer, cerrando los ojos, pego su frente con la de ella. "Me gustaría que un médico te viera" Susurro aun con sus ojos cerrados, inhalando todo su aroma, tal vez su semilla ya había plantado raíces y un hermoso cachorro ya se encontraba creciendo en sus entrañas. Se maldijo en su interior por no tener un buen olfato, si su olfato fuera como el de los canes, lograría distinguir a su cachorro dentro de ella. Sin haberse dado cuenta Elena había detenido sus caricias en su cuello, abrió sus ojos, encontrándose a centímetros de su cara. "Estoy bien" Le aseguró ella. "De verdad" Lincoln suspiró, no la iba a obligar a ir al doctor si ella no quería. "Te creó" le aseguró. Los gemelos Mental y Metal eran caninos, y le debían un favor. Lincoln sonrió por sus adentros, les pediría que la olfatearán un poco, claro, con su supervisión. No iba a permitir que se sobre pasaran con ella. "Te quiero" Elena soltó de repente. Su corazón se estrujo por décima vez, con una gigantesca sonrisa observo sus mejillas tornarse en un leve color rojizo. "Yo te quiero mas" jugó tomando su barbilla con sus manos, sin permitir que continuara con la frase, unió sus labios en un suave y muy esperado beso. Al separarse observo su hermosa sonrisa. De verdad la quería demasiado.

Elena suspiro al ver a Lincoln dejar su habitación, su sonrisa no había desaparecido  y como si de una adolescente hormonal  se tratase, su corazón seguía bombeando a mil por hora. Con sus dedos en sus labios, recordó los labios de Lincoln moverse sobre los suyos. Era increíble como aquel hombre... macho la ponía.

Negando con la cabeza y con una tonta sonrisa hurgo en las bolsas de papel, busco la caja de toallas femeninas. Sus días felices habían comenzado.


[...]

"¿Y que es eso que tienes con Lincoln?" Salmon pregunto de repente tomando imprevista a Elena, quien se salvó de ahogarse con la coca-cola por segundos. La película no había comenzado porque aun faltaban algunas chicas por llegar.

"¡Si!" Las demás chicas alentaron. Elena se encogió un poco más en el puf, la verdad es que ni ella sabía que
tenía con Lincoln, pero si conocía sus sentimientos. Creía.

"¡Oh! ¡Vamos!" Le animaron "Queremos saber" impacientes la observaron "¿Que tal besa?" Otra pregunto de repente, asciendo que sus orejas se calentaran. Lincoln besaba... increíble. Sin poder aún responder otra chica comenzó a hablar.

"Amo los primates" lloriqueo "Son tan atentos y a cada rato quieren tener contacto" Fantaseo otra. Vale. Esto se estaba comenzando a ir fuera de sus manos. ¡Y ni siquiera había dicho nada!, de pronto su mente se imaginó a las chicas que dijeron eso coqueteando con Lincoln. No le gusto para nada.

"Paren con sus cosas que la están agobiando" Breeze llego al rescate, Elena con un suspiro de alivio le agradeció silenciosamente. Sin tener que esperar un poco más la película comenzó.

-Lincoln- pensó -¿de verdad sientes algo por mi?- se preguntó -¿por la hija de tu captor?-

[...]

"Siempre he amado las búsquedas de tesoros" Elena habló antes de meter un puñado de palomitas en la boca. La película ya había terminado, pero las chicas decidieron quedarse un rato más, conversando.

"En Japón en los *Matsuri, existe un juego que es casi parecido a las búsquedas de tesoros. El ganador se lleva *mil yenes para gastar en el centro comercial"  Todas las chicas se quedaron estáticas viéndola con mucho interés, ninguna nunca había salido del país, y tampoco les había llamo la atención, pero ahora que tenían a Elena quedándose con ellas y gracias a todas sus anécdotas de Japón, el interés comenzaba a aparecer por cada una de ellas. Sobre todo cuando Elena se distrajo y comenzó a hablar Japones enfrente de ellas, el idioma sorprendió a cada una, pero a la misma vez les fascinó.

"Oye Elena" Flacie le llamo. "¿Y si nos enseñas Japonés?" Preguntó ilusionada, de inmediato las demás comenzaron a presionar. Todas ilusionadas por aprender, les encantaba aprender cosas nuevas.

"Es complicado..." comenzó hablando Elena pero fue interrumpida antes de seguir.

"Por favorrr" Suplicó una

"No tengo mis cuadernos ni apuntes. No se como les explicaré algo que ni yo domino bien" Soltó, era verdad. A pesar de haberse esforzado durante los últimos años su Japonés tenía que mejorar. Ya había pasado un mes fuera de aquel país asiático, y sin haber practicado nada, literalmente, esperaba que su Japonés no estuviera tan oxidado.

"Puedes buscar información en internet" propuso "¡Si!" Le siguió otra voz entusiasmada "¡Internet tiene de todo! Apuesto que conseguirás algo"

Elena se mantuvo callada por unos minutos. No confiaba mucho en la información que internet daba, pero tal vez no era necesario tanto contenido. Podía comenzar con lo más básico, así ella aprovechaba en practicar también. Antes de poder responder a las peticiones, otras voz se escuchó.

"Si necesitas algo que no esté en internet, puedes hacer un pedido especial" Informó Flor tocándose el cabello "El pedido tarda un mes, porque viene de otros lugares" explicó "pero siempre llega"

Elena se mantuvo callada. Un mes.

No planeaba quedarse más de un mes en America. Pero desde que llegó sus planes se fueron a la basura, ahora estaba rodeada de estas maravillosas personas... y había encontrado a Lincoln, su actual ligue o quién sabría que eran.

Debía volver a Japón a terminar sus estudios, pero ahora, con todo esto.
No sabía que iba a hacer.

"Esta bien" asintió sonriéndoles "Les daré clases de Japonés"

*Matsuri, Festival Japones.
*Mil yenes son aproximadamente 10 Dólares Americanos

Lincoln [2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora