Capitulo IX. Confrontaciones

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Regina's POV

Habían pasado un par de días desde que había llegado a Puerto Rico, hoy mi madre había entrado a cirugía de emergencia por un pre infarto que tuvo horas antes y me encontraba en la sala de espera mientras vi llegar un torbellino naranja acercándose en mi dirección y suspiré frustrada sabiendo lo que me espera

Z: ¿Cómo está mamá? Ya no me dejaron pasar a verla porque dicen que ya ocuparon los turnos papá y tú -Llegó conmigo corriendo con una falsa preocupación- ¿Vas a pasar?

R: Todavía no paso a verla pero aún no podemos cantar victoria Zel, tendremos Cora Mills para más tiempo -Alcé los hombros con simpleza-

Z: No digas eso y gracias al cielo está bien pero ¿Qué fue lo que pasó?

R: Nada realmente, nos encontrábamos cenando y no pudimos terminar porqué mamá se desmayó y cayó al suelo, la van a operar pero estará bien. No hay de que preocuparse

Z: Por cierto ¿Qué hacías en casa de nuestros padres? Tú no vienes nunca -Se cruza de brazos mientras me ve inquisitiva-

R: Quería verlos Zelena ¿Acaso es un delito visitar a mis propios padres? -Mi expresión era fría y alcé una ceja-

Z: Nunca dije eso hermanita, solo que desde que te fuiste a estudiar a Boston, no habías vuelto a pisar Puerto Rico por eso siempre iban nuestros padres a visitarte

R: -Mostré mi mano en señal de que parara- Cállate, por todos los cielos ¿Acaso crees que vine para hacerle daño a mi propia madre? Eres increíble Zelena, puede que ella y yo tengamos diferencias pero no le haría daño intencionalmente ¿Por qué no dejas de fastidiarme la vida y buscas a mi esposo para revolcarte con él? Que al parecer es para lo único que eres buena, porque hace días mamá está aquí y tu ni te inmutas -Sonreí triunfante-

Z: Regina ¿Cómo puedes siquiera insinuar eso? Yo no podría meterme con tu marido -La vi palidecer mientras se sentaba junto a mi-

R: Por favor, no me hagas reír Zelena. Mejor dime ¿Desde cuando se acuestan? Yo me enteré hace varios años, de hecho fue antes de que naciera Henry

Z: ¿Por qué nunca habías dicho nada?

R: Bueno sobre mi esposo y tú son de esos secretos familiares que todos saben pero nadie se atreve a mencionar, me convertiste en la alcaldesa frígida y cornuda, además si me preguntas prefiero que se la meta a mi hermana que a una puta desconocida

Z: Juro que intenté dejarlo en varias ocasiones Gin pero me enamoré y no puedo, me es imposible

R: ¿No crees que es irónico? Me parece tan pero tan irónico, que divertido es el karma cuando ves como pagan los demás

Z: ¿A que te refieres? -Me vio confundida-

R: No es nada, solo digo que puedes ser la amante de mi marido y no tengo ningún problema con eso, pero nunca será tuyo porque al final del día regresa a mis brazos y es conmigo con quién pasa las noches, festividades, a mi me juró estar en todo momento y a pesar de que es un vividor nunca me ha dejado sola en las situaciones difíciles, ¡Oh! Además es a mi a quién presume en sociedad, la esposa modelo, la esposa perfecta. Y tú pudiste ser la señora Locksley, todo por envidia no es tuyo. Tenías que meter tu cuchara donde no te llamaban, pero qué esperaba si desde que eramos niñas lo hacías ni siquiera sé porque me sigo desgastando contigo

Z: ¿De qué hablas Regina? Porqué dices que pude ser la señora Locksley, sabes que fue a ti a quién mamá eligió para que fuera su esposa

R: Todavía tienes el descaro de preguntar y me gustaría darte la respuesta, pero te dejo eso de tarea, habla con papá yo mejor iré a ver a mamá

Nunca dejé de amarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora