Capítulo 1

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Nuestro trabajo nos daba la suerte de vernos casi a diario pero la desgracia de nunca estar juntos.

Sephiroth, el súper soldado, el héroe, aquel sujeto extraño de procedencia extraña, se encontraba vagando por los pasillos de las instalaciones, con un café en mano y su teléfono en la otra.
Tenía que hacer un informe de la guerra en Wutai y seguramente le quitaría horas de sueño

Bebió del café y se sentó en una banca, se encontraba completamente solo en aquel lugar, ningún alma estaría despierta a las 4:57 de la madrugada.
Sólo se encontraba él junto con su café y esas ganas de clavarse a sí mismo su espada.

No debía preocuparse tanto en aquel informe, la guerra en Wutai había finalizado hace más de un mes, quizá por que callaron las voces o por que llegaron a un acuerdo, no estaba tan seguro de lo que había ocurrido, su mente se encontraba en otro lugar.
Más bien, con otra persona

— ¿Necesitas ayuda con eso? —reconocía aquella voz, era su mejor amiga, tal vez su amante, no se sabía muy bien
Tal vez solo eran conocidos, que disfrutaban lo prohibido

— No, prefiero no agobiarte —contestó de una manera suave, aún que su tono de voz demostraba su cansancio

— Entonces, ¿te dejo solo? — aquellas palabras nunca le habían gustado, mucho menos por parte de ella
Sentía que si decía que sí, la perdería para siempre y nunca se lo perdonaría

— Por favor quédate — sin prestarle mucha atención a la chica, comenzó su informe sobre la guerra. __ ya se encontraba sentada a su lado sin decir nada, simplemente observando las facciones del mayor— ¿tengo algo en la cara? Señorita ___ —él continuaba escribiendo sin apartar la vista de sus papeles, entendía muy bien lo que ella estaba pensando y no planeaba negarlo

Él también lo tenía en mente.

— Posiblmente... —él sin siquiera mirarla, colocó su mano libre sobre su muslo y acarició lentamente hacia arriba, sintiendo como su compañera se estremecía cada vez que se encontraba tan cerca de su intimidad— me gusta cuando me llamas así —decía en un susurro casi inaudible

Apartó la mirada de sus papeles y la admiro, sus ojos demostraban su deseo por él.

— Te extrañe —ella murmuró para después darle un beso.
Ambos se necesitaban más que nada, pero, no era el momento indicado.
Se apartaron lentamente y volvieron a mirase a los ojos, no había recibido respuesta alguna ante su confesión anterior, sentía que realmente Sephiroth la usaba como su juguete, pero no había problema para ella, le gustaba serlo— Debería dejarte trabajar —decía mientras se apartaba de él

— Podría hacerlo en otro momento —comenzó a guardar lo papeles pero ella lo detuvo

— Lazard se molestará si te retrasas —sonrió mientras se levantaba de la banca— si necesitas ayuda con algo... estaré en la sala de simulación.

Y sin decir nada más, se fue de las dependencias

Él no era una persona romántica, mucho menos cariñosa, él solo satisfacía sus necesidades. Haber crecido en las instalaciones le había afectado mucho, no podía sentir realmente, no podía darle el afecto que ___ buscaba.

-

Una vez que el reloj marco las 8:30
Se dispuso a levantarse, el lugar ya estaba lleno de luz y los soldados pasaban de vez en cuando, ya sea para comer o para convivir

El informe ya estaba listo y Sephiroth también

— ¡Eh! ¡Kunsel! ¡Frénate! —lo único que pudo pensar Sephiroth al ver a los de segunda clase fue -son unos completos inmaduros- pero recordó la época en la que conoció a sus dos mejores amigos

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