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- ¡Señorita Tn!, su madre dejó dicho que venía a cenar con su tío - avisó la empleada de la casa

- ¡Gracias Dália!, ¡ya bajo!

¿Vendrá esta vez con el misterioso primo? Como sea , nunca lo hace , ¿Qué está mal con él? ¿Acaso se da aires, de importante? Ni que muriera por conocerlo.

Dejé de jugar con mi cabello y fuí a cambiar mi vestimenta para resibir a la visita que llegaría a la casa en poco tiempo. Me dirigí a mi enorme ropero y seleccioné cinco vestidos de distintos colores pero el mismo diseño.

¿Cuál debería ponerme? ¿Azul fuerte, claro, rojo, rosa o morado? Bueno, supongo que como es una cena familiar el mejor sería el rosa claro.

Tomé el elejido y retiré la ropa que traía puesta.

Coloqué en mí aquél vestido rosa claro, de una tela lisa y brillante, simple como yo, pero bonito, elegante y fino, justo como me habían enseñado que debía ser mi comportamiento.

" - ¿No te gustan las princesas? - acentí emocionada como cualquier niña de cinco años - pues deberás comportarte como una a partir de ahora. Tus elecciones deben ser pensando en la buena aceptación de los demás, nada de risas extravagantes, tu formación, modales, pensamientos, todo será como  de una princesa"

Esas palabras de mi madre nunca han salido de mi cabeza. Además de que ella se encarga de que así sea, por supuesto. Desde ese momento mi comportamiento y decisiones han sido como ella predijo que me educaría. No hay lugar para errores o comportamientos que el resto de las personas desapruebe. Oh no, por Dios. Eso sería todo un escándalo, y la verdad no quisiera matar a mi madre de un disgusto.

-Señorita Tn, su madre y la visita ya están aquí -avisó nuevamente desde el otro lado de la puerta.

-Gracias Dália, ya casi bajo -tomé unos tacones del color del vestido, cepillé mi rubio cabello, y rosié un poco de perfume en mí para bajar.

Mientras bajaba con la mirada en alto y con mucho cuidado pude ver a mi madre y a mi tío sentados en la sala de estar.

-¡Holi tío!-saludé emocionada una vez llegué abajo y caminé lo más rápido que pude hacia él, quién se levantó del asiento para recibirme con el mismo entusiasmo que yo.

-Hola Tn, pero que alta estás. -respondió de la misma forma mientras nos dimos un abrazo de personas que no se ven hace ocho años.

-Tn... -mi madre interrumpió aquel momento tan afectuoso con su tono tan formal y educado, pero que no me engaña, se lo que viene detrás - ¿Qué es eso de holi?, solo dí hola, buenas noches, nada de esas informalidades. Hasta parece mentira que yo te he criado y educado con lo mejor durante tantos años.

-Hermana no seas tan dura con ella.-trató de ayudar mi tío, pero en cambio se ganó una mirada de furia por parte de mi madre.

-Solo la educo Sebastián, no te interpongas en eso. Deberías hacer lo mismo con ese hijo tuyo -hizo una mueca de disgusto -Tal vez si lo educaras mejor, no sería como es.

-¿Y cómo es Namjoon, hermana? -preguntó mi tío yo diría que casi, indignado.

-Es rebelde, egocéntrico, algo flojo, carece de elegancia, estilo…

-Querrás decir que no es tu réplica, o una de tus perfectas creaciones. Namjoon es un buen hijo tal y como es. Si el es feliz así, yo también lo soy. Pero hermana, no es algo que tú logres entender, después de todo siempre amaste el poder, el control, ¿no es cierto?

Mi madre quedó como a quien le mojan el piso acabado de limpiar.

-No Sebastián. No sé lo que es la falta de control en las cosas que  me preocupa. Vivir de las sorpresas de la vida no es mi estilo, eso es tu asunto.

𝕷 𝖆  𝕻 𝖗 𝖎 𝖓 𝖈 𝖊 𝖘 𝖆  𝖄  é𝖑  𝕾 ú𝖇 𝖉 𝖎 𝖙 𝖔 . {Tn & RM}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora