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Nunca pensé que me vería limpiando, lavando y acomodando las cosas de la casa como lo hace Dalia a diario.

Y más aún porque recuerdo exactamente el momento en que dije que no lo haría porque no nací para esto.

Pero el mundo para que sea mundo tiene que haber de todo, como dice la propia Dalia.

Así que aquí estoy, con ropa de trabajo —aunque no sea de por sí para ello—, los molestos mechones de cabello que me empeñé en dejarme sueltos por el solo hecho de no dejar de lucir atractiva ni para la limpieza, de lo cual no me arrepiento, pero ellos son una verdadera molestia.

Después de mi desastrosa sorpresa, Namjoon y yo decidimos dedicar el día de hoy a hacer una limpieza general a toda la casa ya que no es menos cierto que lo necesita, y de que manera.

Ha sido un conjunto de decesperación—porque no veo la hora de terminar— agotador—para Namjoon lo es el doble ya que ni un paño seco sé pasar bien y ha estado enseñándome lo poco que sabe de limpieza, que comparado conmigo es un experto—, divertido—de vez en cuando Nam me roba uno que otro beso y me dice cosas lindas pero que me resulta muy nuevo.—, y constructivo por supuesto.

Namjoon también hizo algunas reparaciones que según él llevaba mucho tiempo postergando, como las goteras de la casa, el chirrido de las puertas y asegurar las ventas que no cerraban bien.

Terminamos a mitad de la tarde, y aunque fué agotador, fué divertido y siento que nos unió un poco más. Durante ese tiempo no pude evitar sentir como si viviera aquí, casada con Namjoon, me sentía así realmente, y me gustó bastante porque no hay momentos de angustia ilimitada como en mi casa, ni tengo que esperar un regaño por cada cosa que no me quede perfecta, solo tengo que esperar por una explicación amable, cariñosa y sin demasiadas exigencias.

Después de todo, mi estadía en la casa de mi primo misterioso es más cómoda que estar en mi propio hogar, aunque caresca de aquellos lujos, esta paz no se encuentra ni en el baño de mi cuarto.

Será muy triste el día en que me tenga que ir de aquí, y aunque faltan unos días, o semanas, el momento llegará.

-¡Sí!, ¡Por fin! Hemos terminado, ven aquí. -dijo Namjoon mientras que yo navegaba en mis pensamientos llenos de tristeza a la vez que terminaba de ubicar los acientos de la sala en la nueva posición que había pensado para ellos. -Nena, ¿estás bien? -preguntó otra vez preocupado.

-¿Eh?, ah sí -volví a la tierra unos segundos más tarde. -¿Qué decías? -dejé lo que hacía y volví a pasar un dedo por mis mechones rebeldes tratándolos de ubicar.

Los hoyuelos de Nam hicieron acto de presencia en una simple pero encantadora sonrisa, e hicieron que mi corazón se acelerara increíblemente.

-¿En qué pensabas? -dijo acercándose a mí mientras me tomaba de la cintura y me pegaba hacia él.

-Solo cosas...ya sabes...emh, nada importante.

-Ah no, te aseguro que es importante. Dime que pasa por esa cabezita. -su mirada me brindaba mucha confianza y seguridad, así que decidí decirle lo que pensaba, aunque es algo aguafiestas.

-No puedo dejar de pensar en que algún día me iré de aquí, de tu casa. Sé que llevo pocos días pero sin duda me he sentido muy cómoda y relajada sin todas las órdenes de mi madre y sus caprichos.

-Sabía que era eso. -sonrió ladino -No pienses demasiado en ello, ya pensaré en algo para entonces. Mientras tanto tu estadía aquí solo irá mejorando cada vez más con el paso de los días....

-Será tu culpa si después no me quiero ir. -dije cortando la oración de Namjoon y dejándolo a medio decir.

Tanto él como yo sonreímos cual dos niños pequeños.

-De eso también me encargaré. Me hago totalmente responsable de que no se quiera ir princesa Min. -aunque aún sonreía, su tono cambió a uno más grave y serio, además de sexy, lo cual tuvo un raro efecto en mi zona íntima, haciéndola palpitar y transformar completamente mis sentidos.

-Entonces súbdito Kim...-pasé mis brazos detrás de su cuello acorralándolo entre mis brazos y acerqué nuestros labios sin dejarlos de tocar aún. -¿Qué hará para convencerme del todo? Sepa usted que aún no lo logra. -de verdad que no reconozco esta faseta mía, pero dado el hecho de que me siento en confianza es algo bueno, ¿no?

-Veamos...-desvió su mirada rápido hacia otro lugar fingiendo pensar en algo -¿Qué tal si hago esto?

Bajó su cabeza para llegar exactamente a mis labios y pasó sus manos por mi cintura. Al sentir sus manos me estremecí, junto a un fuerte escalofrío que recorrió por todo mi cuerpo y me hizo abrazarlo con más fuerza. Nuestros labios se encontraron y se abrazaron con deceo el uno con el otro, como dos amigos que hace años de no verse, para luego pasar a algo nuevo de lo cuál no sabía y era totalmente novata —como en todo esto, claro—, su lengua se abrió paso para explorar el interior de mi boca, hasta que finalmente su traviesa lengua y la mía terminaran en una guerra que ninguno pretendía ganar, era el solo hecho de sentir.

Aquel beso de película se intensificaba cada vez más al igual que una pequeña chispa que había dentro de mí. Nuestros cuerpos pedían estar cada vez más cerca en busca de quién sabe qué, pero sí estaba muy dispuesta a averiguar que me estaba pasando, y esta es la manera.
Sin darme cuenta mis dedos estaban tirando del cabello de Namjoon mientras que este estaba apoyado en una esquina del sofá de la sala en donde lo tenía acorralado.

De un momento a otro ese maravilloso momento se vió interrumpido por el sonido del timbre de la casa. Por un momento pensamos en la posibilidad de ignorarlo y seguir con lo nuestro esperando a que esa persona simplemente se fuera, pero no fué así. El timbre sonaba sin parar y resultaba muy molesto, fuera quien fuera debería ser muy impaciente, e inoportuno.

Nos dejamos de besar y ambos bufamos ante la insistencia de quién tocaba el timbre. Fuí hasta la puerta y abrí de muy mal genio.

Solo que increíblemente y si es que era posible, este se triplicó al ver de quién se trataba.

-¿Steph? -mi ceño se frunció ante aquellos cabellos llamativos y la despampanante chica frente a mí. Miré hacia Nam esperando a que este me dijera algo que explicara su visita pero su rostro expresaba la misma sorpresa, así que volví a mirar al frente.

-Joder, ¿Steph? -preguntó Namjoon minutos después mientras pasaba una mano por su cabello despeinándolo y esta solo ensanchó su sonrisa.

Gracias por leer.❤️

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𝕷 𝖆  𝕻 𝖗 𝖎 𝖓 𝖈 𝖊 𝖘 𝖆  𝖄  é𝖑  𝕾 ú𝖇 𝖉 𝖎 𝖙 𝖔 . {Tn & RM}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora