Capítulo 9

8K 377 6
                                    

Camila:

Lo que me había dicho Sophia me tomó por sorpresa dejándome atónita y perpleja. Levanto mi vista de las flores y me encuentro con su mirada azul.

En vez de sonrojarme por su ternura, palidecí.

— Y-yo... —balbuceé al verme enfrentado a sus brillantes ojos azules, ansiosa por mi respuesta.

Pero... ¿qué podría decirle? Mi corazón ya no es mío. Inconcientemente se lo dí a Lauren. Se lo entregué en bandeja de plata, para que lo cuide y ame.

En cambio siento que cada vez rompe una parte de él. Impidiendome amar a otra. Sophia no puede perder su tiempo conmigo, sí es obvio que no podré corresponderle.

Prefiero sufrir yo, a romper la ilusión de un ser inocente como Sophia.

— Mila, ella no te merece. —pronunció con voz suave, como si hubiera adivinado mis pensamientos. —Ayer bebiste hasta la conciencia por que la viste con una zorra, cualquiera pudo aprovecharse de tu estado. Ella no lo vale.

— Y-y t-tú... no mereces luchar p-por a-alguien q-que... —no logré evitar que las ya tan conocidas lágrimas entraran a la escena—, e-en su mente y c-corazón tenga a otra.

— ¿Amigas? — Preguntó con notable tristeza en su voz, mí corazón se achicó y sollocé, sin embargo, asentí.

Sentí unos cálidos brazos rodearme, acepté el abrazo que Sophia me brindaba.

— Sí esa hija de puta te hace algo..., avísame y la obligo a comerse su fea vagina.

Reí y observé a la hermosa pelinegra que me cortejada, quizás soy idiota. Pero soy sincera conmigo misma.

— ¿Quieres...?

— ¿...comerte a ti? Sería un placer...

— No te pases idiota... —vocifero abriendo los estantes—, puré o pasta.

— Pasta.

Cocinó ella ya que soy un puto asco en la cocina —y además mi brazo está enyesado, cortesía de Lauren—. Comimos en la sala y luego ella tuvo que irse, así que la despedí y fui a mí habitación para intentar dormir.

Media hora después, el timbre suena como un loco. A regañadientes me levanto, sólo con mi ropa interior puesta.

Sólo espero que no sea un violador. Estoy tan cansada que no opondría resistencia.

— ¿¡La-Lauren!? —Yo y mi jodida mala costumbre de no usar la mirilla.

Debo estar aún más roja que mi sujetador de Mafalda, rápidamente hago un ademán para que entre, intentando tapar mi abdomen con mis pequeñas manos.

— Ca-Camila... —balbuceó Lauren observándome detenidamente, le doy la espalda y la miro por el rabillo del ojo. —Wow...

Cualquier ápice de vergüenza en ella, desapareció. Fue totalmente una mala idea, me giro enfrentándola, se acerca a mí peligrosamente y me acorrala en el estrecho espacio recibidor/escaleras.

La empujo fuertemente e intento correr escaleras arriba, me toma el brazo y me jala lo que provoca que pierda el equilibrio y caiga golpeándome en el primer/último escalón.

Me ayuda a ponerme de pié. — No te vistas... vamos a jugar. —me susurra al oído haciéndome estremecer, me abraza y suelto un jadeo de dolor.

— Cadera de mierda. — Gruño mentalmente.

— ¿Te duele la cadera, nena? —Comenzó a sobar aquella zona y me estremecí ante su toque—. Vamos, tengo que hablar contigo y no podré si estas semi-desnuda.

En Busca De La Sumisa Perfecta [Camren AU] ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora