Naruto Daitai Sutōrī - NARUINO, NARUKARIN, NARUYUGI, NARUSHIZU

Capítulo 3: Destino.

Dos rubios, una azabache y un cerdito se encontraban en un apartamento asignado por el Hokage, era donde Vivian los padres de Naruto antes de su nacimiento, aquel sitio le pertenecía a Naruto por herencia pero se le hablaría de ello hasta que fuera lo suficientemente mayor como para habitarlo de manera independiente.

La ojimiel se encontraba en el sofá con Naruto en brazos intentando que el pequeño niño se durmiera.

-No sabía que se le daba bien cuidar bebes Mi Lady-, hablo Shizune atrayendo la mirada de la rubia.

-Naruto me recuerda a mi hermano cuando tenía su edad-, respondió con una sonrisa y con un poco de nostalgia, a lo que la azabache sonrió dirigiendo la mirada hacia el niño que descansaba en los brazos de su maestra.

-tampoco sabía que te gustaran los niños Shizune-, pregunto la Senju.

-Al ver a Naruto siento como si fuera mi hermanito menor-, hablo Shizune sonriente.

-Ya veo, pero recuerda que será solo hasta mañana, tenemos que encargarnos de otros asuntos en la aldea-, dijo Tsunade asiendo que su alumna asintiera algo triste.

Al día siguiente a pedido del Hokage, Tsunade salió a encargarse de unos asuntos en el hospital dejando a Shizune y a cargo de Naruto, no pensó que se tardaría tanto en regresar, después de todo era cierto lo que le comento su sensei sobre la falta de personal médico, en fin, no salió todo como en su mente pero notó que la tarde aún era joven, pensó que todavía le quedaba algo de tiempo para dejar a Naruto con el Hokage. Al llegar al apartamento observo a Naruto jugando con Shizune.

-Buenas tardes Lady Tsunade-, saludo Shizune, a lo que su maestra respondió,- igual mente, ¿cómo ha estado Naruto?-, pregunto la ojimiel.

-Muy bien mi Lady, Tonton y yo hemos estado jugando con él desde hace un rato, su comportamiento es excelente, no pareciera que tuviera menos de dos años-.

La rubia lo observó con asombro, seguidamente Naruto le dirigió la mirada y sonrió al ver ala ojimiel provocando en ella una sonrisa.

-Te alegra ver a Lady Tsunade verdad pequeño-, dijo la azabache, seguidamente le dirigió la mirada a su mentora.

-parece que Naruto la quiere mucho mi Lady, se alegra con tan solo verla-.

-asi parece-, exclamo alegremente con los ojos cerrados en dirección al pequeño.

-parece que ya es hora de dejar a Naruto con el Hokage-, hablo Shizune haciendo que su mentora abriera los ojos.

-supongo que el Hokage estará muy ocupado, no creo que tenga suficiente tiempo como para atender a Naruto-, exclamo la rubia con algo de timidez, sabía que Naruto sería enviado nuevamente al albergue por falta de tiempo, y recordando las palabras de Hiruzen no iba a dejar que el niño regresara a un lugar donde no lo querían, no lo notó pero empezó a preocuparse por el niño como si fuera su propio hijo.

Shizune al darse cuenta de ello solo sonrió, sabría que la presencia de Naruto le haría bien a su mentora después de todo el dolor que pasó años atrás.

Mientras en el despacho del Hokage.

Sarutobi se encontraba frente a la ventana observando la aldea, mientras sonreía de felicidad pensando que su estrategia habría dado buenos resultados, debido a que si todo salía bien el dolor dirigido hacia Naruto y a su alumna al fin terminaría, su expresión cambio a un poco seria al hablar en su mente.

-Espero que todo marche bien-.

Pasaron tres semanas en Konoha y la sanin continuaba excusándose con frases como: