Capítulo 3.

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Naruto caminaba de manera distraída, sobre el verde césped del campo, con dirección al bosque. Llevaba su mirada perdida en la nada, sumergido en sus pensamientos... pensamientos que eran abrazados por la bruma de su cabeza. La reciente charla que había mantenido con su padre le había inquietado en sobremanera, lo cual impidió que tuviese una idea clara de lo que debía hacer.

Minato era un hombre inteligente, siempre preocupándose por su familia, amigos y miembros de la manada.
Ante las recientes amenazas de un posible ataque contra su coalición, decidió preparar un plan de defensa; que consistía  en colocar a sus mejores guerreros para la batalla que se avecinaba, entre ellos, había puesto a sus dos hijos, con el objetivo de que estos colaborasen con las habilidades que poseían.
No obstante, los líderes de las distintas divisiones de Cazadores y Asesinos pertenecientes a su manada habían  propuesto que lo más factible sería adelantarse al ataque, y así obtener más ventaja.

Al hijo menor del Alfa le preocupaba  la situación. Él jamás había peleado contra Lobos, de hecho, nunca había tenido la necesidad de pelear en su vida. Hasta ese entonces, fue su hermana mayor quien se había encargado de protegerlo de todo y de todos.
Pese a que era fuerte, nunca precisó de poner en práctica sus habilidades.

La mirada compasiva de su acompañante se posó sobre él, al par de la mano de ésta, que con delicadeza tocó su hombro, logrando captar su atención.

─No te preocupes, todo estará bien. ─La voz de la rubia salió casi en un murmuro, en un vano intento de tranquilizarlo.

El menor soltó un largo suspiro, y tras detener sus pasos se dio el tiempo de admirar el lugar donde de encontraban. No se había percatado de en qué momento habían llegado allí. La nostalgia apretó su pecho al tener frente a su vista la pequeña cabaña en la que habían vivido desde que eran unos niños.

─A veces me arrepiento de haber abandonado este lugar.  ─La mayor dirigió su azulada mirada hacia la cabaña, y al hacerlo, los recuerdos la golpearon con ímpetu. Las imágenes aquellos días de tranquilidad pasaron con rapidez por su mente, logrando sacarle una diminuta sonrisa.

─Yo también extraño bastante este lugar, la simpleza de esta cabaña me trae una tranquilidad increíble. 

El contrario alcanzó a sentir las lágrimas aproximarse con lentitud, casi quemándole los ojos. Parpadeó un par de veces para permitir que éstas resbalasen por sus mejillas.

Sin previo aviso, Ino lo rodeó con sus brazos, en una intención de darle consuelo. Ciertamente, era una escena bastante triste, sin embargo, no podían dar consentimiento la debilidad. O, tal vez sólo un poco...

La rubia cerró sus ojos, y se dio la libertad de afianzar el agarre, colocando su rostro en el pecho de su hermano. Se sentía bien, protegida en sus brazos. Y Naruto la estrechó contra su cuerpo, mientras que se empeñaba en repartir suaves caricias en su larga cabellera y espalda.

De un momento a otro, la chica fue obligada a abrir los ojos, acto seguido, se separó con brusquedad de los brazos de su hermano. Como si de un efecto en cámara lenta se tratase, presenció que el cuerpo de Naruto salía volando lejos de ella. Automáticamente, su rostro dio un giro en dirección contraria, para encontrarse con el causante de aquel suceso.

Y ahí estaba, Uchiha Itachi. 

Sus ojos brillaban con intensidad, en reflejo de la ira que sentía. Su rostro estaba ardiendo en furia, al punto de asemejar un animal salvaje cercano de devorar a su presa. El enojo había cegado todo su ser. El  lobo en su interior estaba al borde, implorando por ser liberado y poder destrozar el cuerpo del hombre que osó en tocar a su compañera.
La sangre en sus venas fluía como lava, su cuerpo en sí parecía un volcán a punto de hacer erupción. La respiración comenzaba a agitarse, y el corazón golpeaba con frenesí su caja toráxica. Lo único que pasaba por su mente era el deseo insano de matar al humano.

Lazos de Sangre I - El Alfa Y La Bruja [ItaIno] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora