Capítulo 10

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La risa de Fugaku retumbó en la habitación, provocando que a Ino le recorriese un escalofrío por todo el cuerpo. Su risa era profunda, casi macabra, similar a la de un megalómano con intenciones de dominar el mundo.  El hecho de tener a la bruja finalmente frente a él, le llenaba de satisfacción. La sola idea de acabar con ella provocaba que la adrenalina recorriera su cuerpo.
Estaba sediento de sangre, deseoso de dejar salir a su lobo y que este destrozara a la bruja para luego bañarse en su sangre pútrida. Hacía años que no peleaba con nadie y tener la oportunidad de desollar la indefensa y frágil figura frente a él, llegaba hasta a excitarlo.

La bruja era indiscutiblemente atractiva, Fugaku lo reconocía, hasta se podía decir que se sentía atraído por su juventud y belleza, sin duda alguna disfrutaría este momento de todas las maneras que le fuese posible.

Ino se cubrió como pudo con las sabanas, le resultaba tan repugnante la manera en la que Fugaku posaba su mirada sobre ella, sin disimulo alguno. Dejando en evidencia sus más profundos y retorcidos deseos, no estaba lejos de asemejarse a la mirada de un asesino serial, confesando con detalles como destrozaría su cuerpo antes de acabar con su miseria.

Fugaku avanzó a paso lento, hasta posicionarse al pie de la cama. Su respiración se volvió pesada y la excitación recorrió su cuerpo al punto de dejarle una notoria erección que se abultaba en sus pantalones. Su mente sólo era capaz de imaginar las cosas más obscenas con el cuerpo desnudo de la joven, fantaseaba con ella temblando y sudando bajo su cuerpo, gritando por piedad. Mientras él le hacía todo tipo de cosas frente a los ojos de su hijo y otros lobos que lo acompañaban.

—Muestra tu verdadero rostro  —exigió el Alfa; acercándose de manera peligrosa, amenazando la integridad física de la bruja con una daga que apuntaba hacía ella.

—¿De que demonios está hablando?  —Ino se aseguró a vestir su ropa interior bajo las sabanas, pudo encontrar su top a un lado pero no tuvo la misma suerte con su falda. Sin embargo, si tuviera que luchar o correr, ya no estuviera completamente desnuda. Era consciente de que posiblemente tendría pelear, pero contaba con que podría intimidar al Alfa—.  Le sugiero que guarde eso, no querrá que el legendario lobo dorado desate su furia contra usted por amenazar a su hija.

Fugaku volvió a reír, causando en Ino el mismo efecto que la primera vez. Jamás podría acostumbrarse a eso, era sencillamente escalofriante.

—Tu no eres hija del Namikaze, eres una maldita y asquerosa bruja  —escupió las palabras con odio.

—Esas no pasan de ser habladurías, calumnias que la gente inventa para perjudicar a mi persona. Sino, dígame usted si tiene alguna prueba de mi culpabilidad.  

Ciertamente, no tenían pruebas de que Ino fuese una bruja, si ante los ojos de los lobos ella no pasaba de ser una humana ordinaria. Sin embargo, Fugaku no se quedaría tranquilo luego de haberse tomado la molestia de ir hasta allí. Además, la bruja había provocado su erección y no se iría de allí sin que ella se encargase de aliviarlo.

—Sucia y repugnante sabandija. El sólo hecho de que pertenezcas a la manada rival, provoca que mis ganas de destrozar tu inmundo cuerpo aumenten a niveles que tu diminuto cerebro sería incapaz de comprender. Pero antes, vamos a jugar un poco.  —Fugaku guardó la daga para luego pasar a desabrocharse el pantalón y caminar en dirección a Ino.

Esta por su lado dio un salto, saliendo de la cama. Pero eso no sirvió de mucho, ya que no tenía escapatoria, la salida estaba obstruida por otros tres lobos, que esperaban ansiosos para disfrutar el show. Aunque pudiese escapar de Fugaku, tendría que enfrentarse a ellos, por donde lo viera, no tenía salida.
Se negaba a morir de esta manera, devorada por sus enemigos. No pasó cada maldita cosa en su niñez y adolescencia para terminar destrozada por un Alfa acabado, tres lobos con apariencia de haber salido una película de crepúsculo y su traidor compañero.

Lazos de Sangre I - El Alfa Y La Bruja [ItaIno] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora