Al fin a mi lado

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~Onew~

Rayos, otra vez el mismo sueño. Y otra vez despertando en el mismo lugar, otra vez el sol me despertaba con su tenue luz a través de las cortinas y otra vez ocurriría lo mismo que todos los días.

Eso sí, nunca me cansaba de ese sueño repetitivo, era algo maravilloso, por eso los llaman sueños ¿no? Son las cosas que quieres alcanzar en tu vida, sea un capricho o una necesidad.

Nunca me cansaba de correr, en el sueño, dentro de un laberinto, tratando de atrapar a esa persona que tanto anhelo ver y amarla hasta el final.

Mi novio, la razón de mis angustias y por sobre todo mis felicidades. Un día se alejó de mí, dijo que debía irse a Estados Unidos. No quería decirme el por qué y lamentablemente, gracias a mí... peleamos.

Discutimos mucho y fue bastante serio, hasta tuvo que golpearme... Bueno, ya me callo, porque odio recordar esas cosas. Lo importante es que lo sigo amando y él también a mí, eso me lo dejó claro en una nota que dejó antes de irse. Pero han pasado dos años y eso es demasiado para mí...

Salí de mi casa, antes de irme me duché, desayuné, me cepillé los dientes y fui directo a mi trabajo.

Soy un maldito jardinero, arreglo los arbustos, podo el pasto y mis malditos clientes me trataban como querían. Genial, me llamaron para ir a una mansión, donde debo arreglar unos arbustos. Me dirigí allí, el cliente era una mujer anciana bastante misteriosa, que sólo me dijo que debía ir al patio trasero.

Fui allí, no eran sólo unos arbustos, era como un montón de maleza que llegaba hasta unos dos o tres metros de altura. Sin quejarme más, me armé de valor para entrar en esos arbustos deformes.

Comencé a podar y a cortar las hojas, seguí y seguí cortando hasta que... ¿me perdí? Así es, el jardinero Lee Jinki se ha perdido en un montón de arbustos.

Espera... ¿qué era eso? Juré haber visto un destello blanco pasar frente a mí, decidí moverme hacia donde había ido ese extraña mancha blanca. Lo vi otra vez, pero más detalladamente... ¿qué? No podía ser él, era realmente imposible, seguramente estaba alucinando o quizás soñando por ver lo que había visto.

Un chico, de tez blanca, delgado, pero con una figura femenina, cabello negro... lo reconocería en cualquier lugar.

- ¿T-Taemin?- dije presenciando su maravillosa silueta al final de ese laberinto.

- Hola, mi Dubu.- dijo tiernamente sonriendo.

Escuchar su voz, verlo frente a mis ojos y sobre todo volver a ver esa sonrisa que hacía que me derritiera de ternura. No esperé más y corrí a sus brazos, soltando algunas lágrimas de felicidad. No lo podía creer.

- Mi Taeminnie, por favor, no me dejes nunca más. Lo que hice estuvo mal, debí haberte comprendido, soy un idiota. Por favor, perdóname, te lo ruego...- me interrumpió con un tierno beso, ese beso que tanto esperaba sentir en mis labios otra vez.

- ¿Qué esperas? Vamos a casa.- esa sonrisa no había desaparecido de su rostro.

Sólo me limité a sonreír ampliamente.

Por fin está a mi lado...

***

~Taemin~

Estaba lavando los platos en la cocina, después de la cena, pero sentí unos brazos rodearme la cintura.

- Te amo.- susurró en mi oído.

- Yo te amo más.

Hizo que me diera la vuelta, mirándolo a los ojos, me acerqué a él y comenzé a besarlo desesperadamente. Me subí en él, poscicionando mis piernas alrededor de su cintura. Me llevó hacia la habitación, pero quedamos en la pared de esta. Sentía su dura erección chocar con la mía.

- Mira como me pones, Taemin.- dijo frotando nuestros miembros más rápido.

- A-Ah, Onew~.

Despojó mi camiseta blanca de mi cuerpo y comenzó a lamer mis pezones. Soltaba pequeños y agudos gemidos de vez en cuando.

Me guió hasta la cama, caímos y yo quedé encima de él. Quité su camisa, besé por todas partes, mientras ya comenzaba a desabrochar su cinturón y por último quitar su pantalón. Giró rápidamente, quedando esta vez yo abajo. Bajó mis pantalones junto con mis boxers, dejando al descubierto mi sexo.

Sin preámbulos, comenzó a lamer mi miembro, haciendo que me estremeciera por completo.

- Ah~ Onew, m-me corro.

- No termines todavía, no aún.- acarició mi mejilla.

Se deshizo de la única prenda que cubría su hombría e introdujo dos dedos en mi entrada. Al principio dolía, ya que después de tanto tiempo me desacostumbré. Abría y cerraba los dedos en mi interior como una tijera. Los sacó y de paso introdujo su miembro lentamente.

- Ah~ ¡Ah!- gemí cuando lo sentí dentro de mí completamente.

- Ah, Taemin. Estás muy estrecho, ah.

Comenzó a moverse dentro de mí, con unas embestidas lentas, pero profundas. De a poco esos movimientos fueron cambiando su velocidad a una más rápida y ágil.

- Me corro, O-Onew.

- Y-Yo también, Tae.

Dicho esto, ambos dejamos salir nuestros fluidos, él en mi interior y yo en nuestros torsos. Salió de mí, sacando un quejido de mi parte y esperamos a nuestras respiraciones se controlaran.

- Te amo, Minnie.- se agachó para besar mis labios dulcemente.

- Yo te amo más, mi Dubu...

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⏰ Última actualización: Oct 22, 2014 ⏰

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