La Resistencia (ParkJimin)

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La mano de mi hermano me tomó el brazo y tiró de mi hasta el pasillo de servicio donde no había nadie y eso hacía que el ruido del desastre de afuera fuera más fuerte aquí dentro por el eco.

—¿Qué está pasando? -pregunté

—No lo sé, creo que es un ataque de la resistencia

—¿Resistencia?

—Un grupo que se esconde en las diferentes ciudades del país y planean cómo matar a Kenneth

—Eso es bueno

—No, los que atrapan, los matan sin piedad

—Ow, eso no es bueno

Corrimos casi hasta la salida de emergencia que había al final del pasillo, pero al parecer más soldados venían hacia acá.

—Escóndete -dijo él

—¿Qué?

—Escóndete y cuando puedas, vete de aquí

—Pero, soy la princesa, no me van a hacer nada

—Prefiero que estes lejos de Kenneth que aquí

—Pero afuera ¿A dónde iré?

—Ve con tus amigos

—Nadie va a querer a alguien más en su familia, ya bastante tenemos todos con el poco dinero que conseguimos

—Vete, Kayla

—¿Y tú?

—Me quedaré

—Vámonos juntos

—No, tengo que ir por papá

Los disparos afuera no paraban e incluso unos pasos comenzaron a acercarse.

—Kenan, te dije que yo me encargaría de eso

—No, yo soy el mayor, yo me encargo de eso

Abrió la puerta de una pequeña bodega y me empujó dentro.

—¡Kenan!

Escuché como arrastraba las cajas y costales que había visto del otro lado del pasillo.

—¡Ken...!

Me quede callada cuando escuche cómo el hablaba con los hombres que habían llegado.

—¿Viste a la princesa? -preguntó uno

—No -contestó mi hermano

—Demonios... esos malditos de la resistencia de la llevaron

—Me pareció verlos por aquí -Kenan los guio a otra lado -creo que salieron por aquí, podemos planear que rodeen el casino, no creo que hayan ido muy lejos

Sabía lo que significaba eso, que tenía que salir de aquí dentro de un rato, hasta que todos se hubieran calmado y asegurado de que no estaba por los alrededores.

Me quedé pegada a la puerta hasta que escuché como se alejaban de aquí. Me quité los tacones y me senté en el suelo.

Lo que menos quería era que Kenan se preocupara por papá, ese era mi trabajo ahora, no el de él.

Cerré los ojos por un momento mientras suspiraba y trataba de enfocarme en lo que ahora importaba. Salir de aquí sin que nadie me viera y... no sé qué más con mi plan de escape.

En el silencio de la bodega y su oscuridad, las cajas que había aquí dentro se cayeron ruidosamente haciéndome tomar uno de mis tacones como si fuera el arma más mortal del mundo. Si era una persona mala, puedo darme por muerta, no sé nada de pelear o defensa, eso es una enorme y mortal desventaja.