Tornado de Confusión

𝓣𝓪𝓽𝓼𝓾𝓶𝓪𝓴𝓲, 𝓭𝓪𝓽𝓮 𝓬𝓾𝓮𝓷𝓽𝓪...

   Intrigada porque el héroe inmortal no parecía hastiado por tomar el papel de juguete anti- estrés. Le cuestionó

—¿A que estás jugando Zombieman ? ¿ Por qué sigues aquí ?  —preguntó de forma áspera dirigiéndole una mirada feroz,luego de esa terrible experiencia no iba a caer nuevamente en amabilidad falsa.

—La formalidad nunca fue lo mío —aclaró haciendo referencia a la cena que había tenido con la esper,  pero la mirada inquisitiva de la chica demostraba que no había hecho memoria,  decepcionado,  pero sin demostrarlo,  mintió— .Preferí quedarme aquí que asistir a esa reunión.

—Si es así, ¿ Por qué llevas puesto un smoking? No es natural visitar sitios desolados con ropa tan elegante —pronunció,atenta a cada movimiento.

—Me arrepentí a último minuto... —Alargó su mentira, sintiendo como lentamente bajaba sudor de su frente.

   La chica lo analizó de arriba a abajo, sin tragarse del todo la posible mentira,  pero lo que no era falacia era el deteriorado estado de su smoking.

«Me pasé, pero solo un poco...» Reflexionó

—Vámonos —ordenó mientras daba media vuelta y comenzaba a levitar.

Confundido,  su interlocutor alzó una ceja y cuestionó —¿A dónde?

—A devolverte el favor —respondió sin voltear, ya que no quería testigos de su cara completamente enrojecida.

   Era consciente del aura de misterio que rodeaba al héroe que estaba tras ella,  pero también,  de su serenidad y buen criterio para tomar decisiones.

« Tal vez, el sea buena práctica... »  Se convenció a sí misma,no por la dantesca promesa hecha a su hermana...

Sino porque quería desahogarse con alguien...

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   Si alguno le hubiese dicho que terminaría en un parque en horas de la madrugada con el smoking vuelto un asco y la esper que tanto apreciaba a su lado... no se hubiera quejado de su destino.

   Caminando en silencio por aquel extenso lugar,  bajo la luz de los faroles y de las estrellas,  el extraño dúo parecía haberse enfrentado a una legión de matones.  No obstante,  no había nadie cerca para darles esa opinión.

—¿Quieres saber por qué estoy así ? —replicó la psíquica mirando sobre su hombro al contrario,  durante todo el trayecto le picaba la curiosidad,  pero,  temeroso de alejar a la chica de él,  prefirió callarse y dejar que ésta tomara la iniciativa.

   La esper desactivó sus poderes y quitándose los tacones, comenzó a caminar descalza en el césped.

—Escucha bien, porque no pienso repetirlo... —aclaró para comenzar su relato.

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   El azabache sentía como le hervía la sangre por primera vez en mucho tiempo.  Esforzándose para mantenerse sereno aun cuando impotencia había contraatacado.

   Advirtió como unas lágrimas bajaban por las mejillas de Tatsumaki,  más ésta le había prohibido acercarse y peor aún,  tocarla,  a pesar de todo,  su orgullo estaba intacto. (Según él)

   Duraron así unos minutos más, caminando sin rumbo hasta que el sonido de unos gritos lejanos llamaron su atención.

   Ambos dirigieron una rápida mirada hacia el lugar donde provenían,  asimilando de forma automática como señal de auxilio,  pero al observar detenidamente se percataron que eran voces de júbilo,  a unos metros de allí,  se celebrara una estrafalaria fiesta al aire libre,  calmados,  observaban a las personas allí reunidas,  y uno que otro alborozado por el alcohol.

   Al instante unos fuegos artificiales hicieron acto de presencia.

   Absortos en los diversos colores que adornaban la noche, se escuchó una suave melodía dando inicio al baile de salón.

—¿Bailamos? —planteó el inmortal extendiéndole la mano (Cabe decir que tenía los nervios a 1000%) y tratando de disimular su creciente sonrojo.

   La esper se limpiaba sus últimas lágrimas mientras lo miraba con recelo, pero sin "nada más que perder" terminó con su aceptación y un improvisado baile el cual era decorado por los coloridos fuegos artificiales de manera ocasional.

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   Sin saber cuánto tiempo había pasado, ni cuantas canciones transcurrieron, el ambiente era íntimo y agradable , ninguno de los dos quería explotar aquella burbuja que se había formado entre ellos.

  Teniendo más confianza,  la ojos esmeralda procedió a acercarse y apoyar su cabeza en el pecho del azabache,  en un cálido abrazo,  dejando incrédulo por unos segundos al pálido que se encontraba aún más pálido por la sorpresa. Pero que al final,  arriesgándose a morir por séptima vez aquella noche,  rodeó la delicada figura de la psíquica entre sus brazos, conteniendo su emoción al tenerla cerca de él.

Tal era su proximidad, que no pudo evitar escuchar cuando de los delicados labios de la chica, a modo de susurro, dijo:

  —Saitama ...

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:(

A ver, para los machos pecho peludo que tengo como lectores ¿Del 1 al ∞ que tanto dolor sentirían al escuchar a "su" chica pronunciar el nombre de otro?

 Y SOLO POR ESTA OCASIÓN : ¡ Por cada voto estarás colaborando en una recaudación para comprarle un smoking al  zombie ! Ya tiene el corazón roto :( al menos merece un traje en buen estado.

¡ Me despido y hasta la próxima actualización !