°·.°¯°·. 𝒫𝓇𝒾𝓃𝒸𝒾𝓅𝒾𝒶𝓃𝓉𝑒 °·.°¯°·.

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   Los presentes no saben qué decir ante tal escena, mientras los encargados lloran internamente por tener que limpiar aquel desorden.

   Irritación: esa es la palabra que ronda por la mente de la esper prodigio al retirarse del enorme supermercado, dejando una pila de cartones de huevos vueltos trizas.

   Siendo éstos no las únicas víctimas, cartel de descuento que encuentra, cartel de descuento que destroza en pequeños pedazos.

   La ira de había apoderado de ella, no podía ver esos desagradables objetos sin acordarse de aquél apático calvo que había dejado plantado aquella noche.

   Si bien, al menos había dejado de llorar a mares, el dolor aún seguía allí, pero gracias a su enorme orgullo trataba de simular que todo había pasado como si nada y que tal asunto no le dolía en absoluto.

   Sin contar su inexplicable paciencia, fingiendo que no se percataba del acoso por parte del héroe clase S que ha pasado más de dos horas siguiéndola en la distancia, no obstante, una sonrisa maliciosa se forma en su rostro antes de comenzar a levitar y pensar en el ridículo gesto del inmortal al verla desaparecer entre las nubes.


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   No había nada que pudiera hacer, la chica había desaparecido sin dejar rastro, suspiró hondo y salió de aquella calle oscura donde había presenciado el asesinato de varios carteles de descuento, sino fuera porque conocía un poco al calvo con capa, las acciones de la esper serían un completo misterio para él, tal y como lo era para los civiles que presenciaban aquello.

   ¿Qué hacer? A diferencia de la ojos esmeralda, la paciencia era una virtud en él, no obstante no sabía nada de estos temas, y la sensación en su pecho se volvía más fuerte con el pasar de los días, al punto que sentía que su corazón iba a estallar.

   Sacó un cigarrillo para tranquilizarse, su mente también era un revoltijo sin contar que había comenzado a "vigilar" a la psíquica por puro impulso.

   «Juntarse con Genos trae consecuencias »  pensó al ver las extrañas figuras de humo que salían de su boca, al tiempo que se recostaba en la pared, lugar que tuvo que dejar rápido, ante el inoportuno y extraño comercial donde una pareja se abrazaba y se daban un apasionado beso.


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   Un segundo cigarrillo daba vueltas en el aire, recostado en su sofá, el inmortal no daba descanso a su cabeza, si bien, ahora tenía el camino libre, mas la esper no la estaba pasando de rosa, una de las pocas cosas que sabía era que el despecho no era fácil de superar, tanto para hombres como para mujeres.

   Un largo suspiro interrumpió el silencio de aquella oscura habitación, sin más, se levantó y tomó su abrigo para salir de aquel lugar y cumplir una ronda nocturna con la esperanza de despejarse

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—Así que eso fue lo que pasó... —Soltó con desinterés

   La mayor frunció el ceño entrecerrando sus ojos, para luego dejar el comentario y tomar un sorbo del té que le habían servido.

   La menor sabía que no debía hacerlo, pero al mismo tiempo, sabía que la otra esperaba aquella indignante pregunta.

   Con cautela, apoyó ambos codos en la mesa para decir casi a modo de susurro : —¿Cómo... vas con el despecho?

—¡Estoy excelente! —rugió mientras se cruzaba de brazos —, en primer lugar, nunca necesité nada de él —era notorio el orgullo que se había apoderado nuevamente de ella —, solo te informo de esto por pura consideración, no es que necesite un pañuelo de lágrimas —espetó, ante la mirada interrogativa de su hermana que se limitó a asentir.

   Unos deliciosos postres se hallaban ahora en la mesa, Fubuki tomó el cubierto, impaciente por dar el primer mordisco a su tarta de chocolate ;darse un gusto luego de mucho tiempo era algo sin igual.

   La mayor sintió una ligera emoción al presenciar la pequeña muestra de alegría de la menor, a pesar de su enorme orgullo la quería, a su manera.

   Luego de unos minutos de silencio, y una sensación vacilante, la heroína clase S arrastró sus palabras:

—Fubuki... —La mencionada fijó sus ojos en ella. — ¿Sabes...?

—"¿Sabes?" —repitió ésta con sumo interés

—¿Que significa cuando...alguien te sigue a todas partes?

—Planea matarte.

La prodigio se quedó sin palabras, la líder del grupo Blizzard procedió a corregirse

—Necesito más detalles, hay muchas maneras de interpretar algo así —Volvió a dar otro bocado a su deliciosa tarta

Tatsumaki hizo una mueca, se cruzó de brazos antes de sumergirse en sus pensamientos.

¿Había pasado algo entre ella y Zombieman? Si bien, la última vez que lo vio fue en aquel bar, pero para su desgracia solo recuerda haberle dicho unas palabras, y lo siguiente era un completo misterio.

—¿Me ocultas algo, hermana? — La menor apoyaba ambas manos a los lados de su rostro mientras le dirigía una mirada pícara a la contraria.

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"Mantener la distancia"

   Era la frase que retumbaba en su cabeza, desesperado, el héroe clase S había sucumbido por aquellas revistas juveniles que consideraba una perdida de tiempo, alzó su mirada hacía la oscura noche mientras soltaba un profundo suspiro. Lo que menos quería ahora era alejarse de la chica.

   Masajeó sus sienes mientras procesaba la "valiosa" información. ¿Necesitaba más tiempo?

¿Tal vez un mes?

¿Dos semanas más?

¿Tres días?

   Haciendo cálculos mentales que ni él mismo lograba comprender del todo el inmortal llegó un punto en el que sentía que iba a colapsar.

¿Por qué el amor tenía que ser tan complicado? Cuestionó mientras llevaba una mano a su bolsillo.

Fue en ese momento cuando una súbita idea llegó a su mente. 






Tornado de ConfusiónWhere stories live. Discover now