Porque he perdido todo, es por lo que se que hasta el último momento, se puede mantener el camino de la dignidad, la dignidad de ser siempre una persona integra...
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Shi Qing Xuan se despertó, sintiéndose muy cansado. Como si la noche no le hubiera ayudado a descansar. Se desperezó con su brazo bueno, mientras que su otro brazo descansaba inservible sobre la esterilla donde había dormido.
Cerró los ojos, recordando lo sucedido la noche anterior como si tan solo hubiera sido un simple sueño.
Y lo más probable era que así fuera ya que estaba vivo. Miro de un lado a otro, igual que los niños cuando se despiertan en una cama que no es la suya, - oigan chicos, ¿Donde se han metido? - pregunto pero nadie respondió.
Parpadeo un par de veces más antes de posar los ojos sobre la persona que se encontraba dibujada en la manta de la pared detrás del altar.
- El príncipe Heredero, - susurró.
- Sí, aquel que es agradable a Dios.
- Su señoría lluvia Carmesí, no lo vi antes, - dijo Shi Qing Xuan batallando para lograr una posición entre sentado y recostado.
- Acabo de entrar, ¿no escucho la puerta abrirse? - dijo riendo.
- La verdad es que no. Necesita un dispositivo que le avisé que la puerta está siendo abierta, - dijo con tal seriedad que Hua Cheng no pudo tomarlo como una broma.
- ¿Lo cree así? - dijo el Rey fantasma, levantando una ceja.
- Sí, - afirmó Shi Qing Xuan devolviendo una amable sonrisa.
- Lo comentaré con Ge'ge, - Hua Cheng guardo silencio por un momento y después agregó, - Señor del Viento, las aguas oscuras no son tan peligrosas como parecen, pero no intente nadar de nuevo en ellas.
El joven ex Oficial se quedó en blanco, sudor frío bajo por su nuca y asintió repetidamente con la cabeza. Hua Cheng dejo un plato de una sopa olorosa a su lado y salió.
Shi Qing Xuan se quedó pensativo, tomo la cuchara y dejó el bocado a medio camino.
«¿Será que en verdad estuvo aquí anoche?.»
Xie Lian entró poco tiempo después, Shi Qing Xuan miraba hacia la nada sumido en aquel mar oscuro del que Hua Cheng le había hablado.
- Maestro del Viento, sus amigos lo esperan afuera, - dijo con una calida sonrisa y se sentó sobre sus piernas muy cerca del joven.
- ¿Si? gracias, Alteza, no es necesario que me siga llamando así, ya le he dicho que puede llamarme por mi nombre.
- Es imposible mientras me siga llamando Alteza.
Ambos hombres se miraron, cada uno con su aire de niño, tan encantadores que no importaba que trajeran viejas ropas, seguían siendo dos figuras hermosas finamente labradas en alabastro.
- ¡Su Al, te, za!, - dijo una vez más Shi Qing Xuan acentuando cada sílaba, alzando el rostro formando un mohín con los labios. Tras unos segundos ambos se rieron a más no poder.
Xie Lían no lo pudo mirar por largo rato, sentía sus corazón contraído por el destino que ahora se cernía sobre su amigo y pensaba que esa tristeza en sus ojos podía malinterpretarse y parecer que miraba con desdén al su acompañante.
- Quiero pedirle un favor, ¿me puede prestar un cambio de ropa? — Pregunto Shi Qing Xuan.
- Por supuesto, - dijo el joven príncipe, al tiempo que se levantaba. Fue directo hacia un pequeño armario y de ahí saco una túnica de burda tela de algodón. - Esto, lo he comprado siendo una ganga, estaba tan barato que no he podido evitar la tentación, pero realmente no fue de mi talla. He estado esperando una buena ocasión para que usted lo aceptara, por favor hágame esa caridad y reciba esto, - dijo dejando las ropas sobre el regazo del joven.
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Dame una segunda oportunidad. (Tian guan ci fu)
FanfictionTal vez y solo tal vez, las cosas que pasaron ente los dos no tenían porque haber terminado así... Xuan X Xuan. Después de la caída de la Capital Celestial, He Xuan y Shi Qing Xuan tienen un encuentro fortuito que desencadena una serie de eventos in...