Capitulo 7

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—¿Enserio te pidió eso?— Violet sonaba muy sorprendida. Le había contado la conversación que tuve con Ivy.

—Sí, le pedí unos días para pensarlo y no me ha dicho nada más al respecto.

—¿Qué piensas hacer? ¿Aceptar o rechazar?

—No tengo idea, si acepto cabe la posibilidad de que me haga adicto y eso no es del todo malo... supongo. Si no acepto, se ofenderá y probablemente después de unos reproches, se harte y termine yéndose— No era una decisión fácil.

—¿Te arriesgarías a volverte adicto a su sangre para que se quede a tu lado?— Me hace preguntas muy difíciles de responder.

—No quiero que se vaya de mi lado, pero lo que me pide es demasiado. Estoy muy ocupado como para andar de aquí para allá ofreciendo mi nombre a las brujas para hacer tratos y conseguir las almas, sin mencionar que si bebo su sangre y me gusta, estaría un buen rato con ella... Entre ella, el trabajo, mi padre, venir aquí los fines de semana y los tratos; terminaré hecho un desastre.

­—Yo puedo ayudarte— Me tomó por sorpresa que se ofreciera a ayudarme— Ofreceré tu nombre a los hombres y mujeres que quieran hacer el ritual, los guiaré de manera que algunos de ellos no logren cumplir con su parte y tendremos sus almas, las cuales te entregaré cuando estés de visita. Ivy te ayuda con algunos reportes, eso te quitará algo de trabajo y podrías pasar más tiempo con ella. Y si no faltas a las reuniones con nuestro padre, no habrá ningún problema— Sonaba tan fácil que pareciera que algo saldría mal.

—Es un buen plan...

—No suenas convencido.

—No quiero errores. Además ¿Qué le dirás a tu madre?— Violet es una simple aprendiz, no podía atender a nadie sin la supervisión de Diane.

—Le diré que son regalos para ti, para agradarte más y no te preocupes, le pediré que no le diga nada a nuestro padre. Tratándose de ti, accederá— Me sumergí en mis pensamientos, tratando de decidir...

—Está bien. Si algo no sale bien, dímelo y veremos cómo arreglarlo.

—Claro.

Me fui de casa de Violet y Diane, con la esperanza de que todo resulte bien.

Camino a la residencia pensaba en Ivy, en lo que me había pedido... ¿Estará bien que acceda? Por primera vez en mucho tiempo no me siento seguro de algo.

Al llegar a la residencia, lo primero que hice fue ir directamente a mi cama; durante todo el camino no hice más que pensar en qué debería hacer. Ceder a los caprichos de Ivy o mantener las cosas como están...

—Hijo querido— Era mi madre que entraba a mi habitación.

—¿Qué se le ofrece, madre?— No quería más cosas en las cuales pensar, ya tenía suficiente con las que ahora tengo.

—Solo quiero conversar un poco. Casi no nos vemos y me tratas como si no quisieras verme.

—No es eso. Estoy cansado y tengo mucho en que pensar.

—Ese algo, es Ivy... ¿No es así?

—Sí, supongo que le ha contado lo que hablamos hace unos días...

—Así es— Hizo una pausa y se acercó a mi cama para sentarse— Hijo, dale a la chica lo que quiere o se irá de tu lado... Así como yo me alejé de tu padre— Mi cansancio de desvaneció al escucharla hablar de la relación.

—Madre... ¿Qué fue lo que pasó entre ustedes?

—Mi bebé... Tu padre jamás me dio una sola alma; yo anhelaba ser más fuerte para cuando fuera necesario, pero me las negó cuando se las pedí. Cuando le ofrecí mi sangre como muestra de mi compromiso y lealtad; me rechazó. Fue muy duro para mí aceptar que no era digna de que aceptara mis muestras de compromiso— Comenzó a sollozar— Y no quiero que tú cometas los errores de tu padre, Ivy es de mi total confianza y quiero que le des una oportunidad, no hay demonio más apta para estar contigo, es simplemente perfecta para ti— Algo dentro de mí se retorció al ver las lágrimas de sangre salir de sus ojos verdes— Prométeme que no serás como tu padre, dale una sola oportunidad; quiero que tengas a alguien que te haga compañía y te proteja mientras tenga prohibido estar cerca de ti.

—¿De qué habla? ¿Quién le ha prohibido algo así?— Me senté rápidamente junto a ella y la abracé.

—Fue tu padre... Después de la discusión que tuvimos por haber traído a Ivy contigo sin su consentimiento, me prohibió verte.

—Solo está molesto, seguro que después de un tiempo se dará cuenta de que Ivy es una empleada muy dedicada y cambiará su opinión. Verá que tuviste razón todo el tiempo y que tu decisión fue más que acertada.

—Lo sé y es por eso que te pido que hagas lo que ella te pida como si fuera yo quien lo hiciera. Eres mi único hijo y quiero lo mejor para ti, jamás dejaría que alguien te lastimara.

—No se preocupe por ello, seguiré su consejo y cumpliré con lo que deba respecto a Ivy. También hablaré con mi padre para que la deje estar más cerca de mí.

—No lo hagas, dejemos que las acciones hablen por sí mismas. Solo te pido que hagas lo que hagas, no dejes que Ivy se vaya. Mantenla contigo a cualquier costo; promételo.

—Se lo prometo, madre.

La abracé tan fuerte como pude. No creí que mi padre fuera capaz de hacer algo como alejar a mi madre de su casa, de su hijo.

Se despidió dándome un delicado beso en la frente.

Salí de mi habitación y me dirigí con paso firme a los aposentos de Ivy.

Entré sin tocar. Al escuchar que alguien entraba a su habitación, se paró frente a la puerta y me vio. Sin previo aviso caminé hacia ella y la tomé en mis brazos, sin decir nada clavé mis colmillos en su yugular.

Gracias...— Susurró mientras bebía su sangre.

Me rodeó con sus brazos, apretándome. Su sangre es deliciosa, mi garras desgarran su ropa...

Nunca me he sentido cómodo con mi forma de demonio pero la sangre me altera demasiado, haciendo que salga sin poder detenerla.

Este sabor y sus efectos actúan como deberían...

Insomnio [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora