Capítulo 3

2.5K 198 16
                                    

Narra Purre

Me dolía saber que había vuelto, pero me dolía mucho más reconocer que no estuviera conmigo.

Llevaba nueve años sin saber nada de ella, pero era mi pensamiento de cada día. Pensaba en como estaba, con quién había pasado todo este tiempo, si estaba bien o si había pasado un mal momento y yo no estaba a su lado para ayudarla. Sé que han pasado nueve años y debería superarlo, pero no puedo. No puedo porque no sé qué hice mal. Es decir, algo tuve que hacer para que se marchara de esa forma ¿no?

— ¿Cuándo es el primer concierto? —preguntó Renata sacándome de mis pensamientos.

Tardé un rato en contestar porque no había procesado bien la pregunta.

—Dentro de dos días, acá, en Buenos Aires. Vosotros estáis sentados en primera fila. —dije sonriendo.

—No sé si es bueno ir al concierto por el bebé. Habrá muchos gritos y ruido.... Se pondrá nervioso y quizá comience a dar patadas como loco. —dijo tocándose la barriga de cinco meses.

—Pero si es bueno para vos. Tienes que relajarte mi amor. Además, ya sabemos todos que nuestro hijo saldrá igual de gritón que su madre. —dijo Santi encogiéndose de hombros mientras masticaba un trozo de pan.

Renata le dio un manotazo sobre la mesa mientras lo fulminaba con la mirada.

— ¿Después iréis a Europa? —preguntó Tobías con curiosidad.

—Sí, así es. —le contesté.

— ¿Puedo ir? Me portaré bien, lo prometo. —dijo entre pucheros.

—Me gustaría que vinieras, así Ari no se aburriría tanto. —dije mirando a mi hija.

—Pero no puede porque va a un campamento. Y ahora no me podes decir que no porque estuviste todo el año pidiéndolo. —contestó Rena.

—Es verdad. —dijo frunciendo el ceño y se cruzó de brazos enfurruñado. — ¿No podemos cancelarlo?

— ¿Ahora quieres cancelarlo? —espetó su padre y los tres comenzaron a hablar.

—Papá. —me llamó mi hija fuera de su conversación. — ¿Quedan entradas para el concierto?

—Sí. Aún debe de quedar alguna. ¿Por qué?

—Mmmm.... Porque una amiga quería ir, pero no pudo conseguir entradas. ¿Me puedes conseguir dos? —dijo y yo la miré confundido.

—Nunca quieres darle entradas a nadie de tus amigos. —murmuré. — ¿Por qué ahora de repente sí?

En sus ojos vi que la pregunta la sorprendió.

—Porque quiero darla una sorpresa. ¿Acaso ahora no puedo ser una buena amiga? Vamos, papá. No me dejes mal. —dudé unos momentos, pero al final asentí con la cabeza.

Terminamos de cenar y mientras los niños estaban en el salón, nosotros hablábamos en la cocina.

—Podrías hablar con ella. —me dijo Santi.

—No. —contesté de inmediato. —Si no me dijo en su tiempo que ocurrió, no me lo va a decir ahora.

—Bueno, pero a lo mejor le daba miedo contarlo en ese momento. —intervino Renata.

—No voy a hablar con ella.

—Pero...

— ¿Y por qué vosotros no habláis con ella? —dije harto de que solo fuera yo el que estaba obligado a hablarla.

Papá, ¿Qué Es Pilurre? (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora