Capítulo 46

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Narra Ariadna

Abrí los ojos lentamente.

Sentía mi cuerpo muy cansado, como si hubiera dormido desde hace horas.

Cuando conseguí despertar del todo, miré a mi alrededor pero no conseguí ver nada.

Estaba todo a oscuras, no veía ni el principio, ni el final de la habitación.

Me intenté incorporar, pero algo me lo impidió.

Tenía las manos y piernas atadas a la cama donde estaba tumbada.

Me habían secuestrado.

Intenté recordar lo que había ocurrido pero me empezó a doler la cabeza.

Me entró miedo y tragué saliva repetidamente.

¿Hay alguien?-- pregunté pero me contestó el silencio de aquella habitación fría.

Entonces vi de lejos un punto rojo en el techo de la habitación.

¿Aquello era una cámara?

Justo, la puerta se abrió haciendo un crujido y yo cerré los ojos con fuerza.

Al abrir la puerta, la luz de fuera se había colado en aquella habitación, pero yo no quería ver nada.

Tenía demasiado miedo. Solo quería despertar de aquel sueño horrible y volver junto a mis padres.

Unos pasos se acercaban a mi y me tensé.

Entonces oí como subía alguien la persiana.

Abre los ojos.-- dijo una voz muy rara.

Yo negué con la cabeza.

Aquella persona me acarició el pelo y yo empecé a sollozar.

No debería haberme alejado de Sofía. No debería haberme ido de al lado de mis padres. Ahora iba a morir y todo por ser una cabezota.

Aridana abre los ojos por favor.-- dijo susurrando y entonces los abrí.

Aquella persona tenía un pasamontañas negro por lo que solo se le veían los ojos.

Pero aquel pasamontañas era diferente, tenía dibujado una cara que parecía sacada de una película.

De los ojos caían gotas de sangre y donde estaba la boca de aquella persona, tenía la sonrisa diabólica del gato de "Alicia en el país de las maravillas".

No llores.-- dijo secándome las lágrimas-- No te va a pasar nada, te lo prometo.

¿Ya está despierta?-- dijo otra voz femenina

Y apareció otra persona pero con un pasamontañas de color blanco, que tenía dibujado una cara de conejo.

Y justo el conejo de la misma película, también le caían gotas de sangre de los ojos, lo único que cambiaba era la boca que enseñaba los dientes.

Se estaban poniendo las máscaras de los personajes de mi película favorita; el gato, el conejo...

Ya está...nunca más veré esa película.-- pensé.

Buenos días princesa.-- me dijo y empecé a llorar.

No me hagáis nada por favor.-- dije entre sollozos y los dos se miraron.

Iba ha hablar el conejo cuando miró a alguien que estaba detrás mía.

Entonces desde atrás apareció la cara del sombrerero y creo que nunca se me habían calado los huesos como al ver aquella cara.

Papá, ¿Qué Es Pilurre? (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora