PARTE 1 de la Trilogía Familia
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Crecer sin el amor de una madre deja cicatrices que tenemos que sanar, pero en el caso de la pequeña Ari, tuvo a su padre para sentirse completa. Desde que tenía uso de razón, Ariadna quiso saber...
Salimos tomados de la mano y nos encontramos con Ariadna, quien nos esperaba de brazos cruzados.
— ¿Y eso?
— ¿El qué? —dijimos a la vez. Yo más nerviosa de lo que me esperaba.
—Ese "casi" beso... —insistió y miró fijamente a su padre. — ¿Qué habéis estado diciéndoos?
— ¿Que más te da cotilla? —le empujó con un dedo la frente. —Ve para el Meet and Greet, enana.
Ella se apartó y nos fulminó a ambos antes de irse.
— ¿No me lo podrías haber pedido aquí? —le dije en su camerino.
—No. —me contestó quitándose la camisa y quedándose en una de tirantes que me dejaba ver sus brazos tonificados. Le miré muy descaradamente. —Es mejor hacer las cosas cuando uno no se lo espera.
—Pues no me ha parecido oportuno. Estaba bajo presión.
— ¿Te he presionado acaso? —me sonrió en el reflejo del espejo mientras observaba cada uno de sus movimientos.
— ¡Sí! Nos estaban mirando todos y sabes que eso me pone nerviosa. Si te hubiera dicho que "no", a saber que hubieras hecho.
—Sabes que no me ibas a decir que no. —se colocó una sudadera y se giró para acercarse a mí. —Y también sabes que el público no era quien te ponía nerviosa sino yo. —retrocedí un paso. —Pero no estas preparada para admitirlo.
—Eso es mentira.
— ¿Sí? ¿Y por qué retrocedes? —preguntó dando otro paso hacia delante y yo hacia atrás.
—Porque estas invadiendo mi espacio personal.
— ¿Y eso te pone nerviosa?
—No. Es que necesito respirar aire y vos lo contaminas. —le rodeé con rapidez y me acerqué a la puerta. —Venga, que vas a llegar tarde.
Me marché de allí lo más rápido posible y me acerqué a Ariadna para estar con ella en el Meet and Greet. Ambas observamos como los fans pasaban emocionadas delante de Purre y también como alguna que otra se acercaba a nosotras para pedirnos una foto.
—Oigan, no tenemos ninguna foto juntos. —dijo Ari llamando nuestra atención.
—Poneros. Yo os la hago. —Dani agarró mi celular.
Ari se puso en medio de ambos y los tres sonreímos a la cámara.
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— ¡¡Me encanta!! —chilló Ari al ver la foto que nos habían tomado. —La enmarcaré y la colocaré en mi habitación.
Sonreí al escucharla.
—Hasta parecen una familia. —murmuró Tom con un tono suave y yo retiré la mirada incómoda.
