Auf Wiedersehen

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-¡Sí! ¡Sabía que era cuestión de tiempo!- Muy alegre el chico exclamaba.

-Hola Chris- Tom le saludó casual con una cordial sonrisa.- ¿Qué tal tu fin de semana?

-¡Tommy! ¡Oh, qué buena nueva acabo de presenciar! ¡Mi roomie y la linda chica de los tenis fantásticos!... ¿El fin de semana? tranquilo… no me quejo.

-Señor Evans...- Lo intentó saludar Sofía bastante nerviosa y casi en un susurro.

-¡Oh Soouufie, Sooufie!... no tienes nada que avergonzarte, el amor debe disfrutarse... Hemsworth tenía razón con ustedes tórtolos... entonces... ¿Disfrutaron su fin de semana verdad? Sus rostros me lo dicen todo.- Les hablaba con una enorme sonrisa.

-Podría decirse que sí- Le contestó bastante ruborizada la chica mientras más se aferraba a la mano de su acompañante.

-Excelente respuesta Souufie.- Chris le guiñaba un ojo.

-¿Te diriges al hotel Evans? - Tom cambió ligeramente la conversación.

-Si en realidad... ¿les parece si tomamos un taxi juntos? - se rascó la cabeza el chico Evans- Digo... ahora que ya lo sé todo, ¿no habrá problema con compartir el mismo taxi?

-Supongo que no- Le contestaba Tom muy tranquilo.

-¡Excelente!... ¡Me siento muy emocionado por ustedes chicos!... esto es ¡como en la secundaria!- Les decía con una gran sonrisa.

Lo que ellos desconocían, es que había una apuesta de por medio entre Chris y Robert. Robert le debía a Chris. Evans le había apostado a Robert que antes que terminara el fin de semana los “niños bonitos” estarían juntos.

Tom sacudió la cabeza mientras se reía de la alegría de su compañero, Sofi por su parte estaba algo callada, mordía su labio y trataba de no soltar la mano del inglés, lo apretaba más, tanto que sus nudillos estaban blancos, quería, necesitaba  sentirse segura.

Los tres jóvenes caminaron hacia el sendero de taxis. Chris les dio su espacio, no quería ser el mal tercio y se acomodó en el asiento del copiloto. La plática era amena, en ningún momento Evans preguntó sobre su relación o algo por el estilo, Sofía le daba las gracias a todos los dioses ya que no sabía cómo reaccionar si alguien le preguntara algo que tuviera que ver con el inglés. No todavía, no aún por lo menos. No sabía las respuestas políticamente correctas que todos querrían oír. Y, con total honestidad, quería guardarse esto para ella, para ellos.

Sofía dio la sindicaciones al taxista de a dónde necesitaban llegar, hizo gala de sus conocimientos en alemán. Los chicos quedaron un poco impresionados, no la habían oído hablar este otro idioma con tanta soltura.

Mientras conversaban, la chica estaba por las nubes, mirando por la ventana, observando como poco a poco el sol comenzaba a elevarse. Estaba con sentimientos encontrados. Extrañaba la simpleza, lo cotidiano y hogareño de las cosas, que vivió estando en Londres. Vuelta a la abrupta realidad.

-Llegamos… ¿Sofi? - Tom la sacó de sus pensamientos, movió la cabeza y aterrizó- ¿está todo bien Sofi?

-Si... creo- la chica se mordió el labio y abrió la puerta del coche, salió del taxi. Tom la seguía, mientras Chris le pedía al taxista que esperara un momento.

-Pueden hacer como que no me conocen- Chris los miraba desde la ventana bastante sonriente- O no... Quizás solo mejor me volteo y... - tomó su teléfono, dejándolos solos.

-Necesito que me digas que está ocurriendo por tu cabeza Sofía.- Le decía Tom mientras estaba de pie en la vereda junto a ella.

-Son demasiadas cosas, que no sé ni por donde comenzar... estoy un poco abrumada por lo que vendrá... - la chica susurró - tengo un poco de temor, pero no quiero soltar tu mano.

Los hilos que nos unen.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora