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Miraba hacia la parte alta de la alacena, pensaba como rayos podría llegar arriba... ¿¡Por qué todo debía estar en las alturas!? Observó hacia la isla central, ahí se encontraba su solución, tomó uno de los taburetes, lo llevó hacia el lugar que necesitaba y se subió en él. Aún no alcanzaba, se paró en puntas de pies y estirándose por completo con sus brazos alzados apenas rozaba la caja que buscaba con las yemas de los dedos.
Tom iba ingresando a la cocina, cuando la vio. La ira y el temor se hicieron presentes, pero el golpe de adrenalina fue mayor que lo hizo casi materializarse a su lado y alcanzar a agarrarla en el aire, en cuanto vio que el taburete comenzaba a tambalearse y ella perdía el equilibrio. Cayeron juntos al suelo. Sofía estaba encima de Tom, mientras él continuaba aferrándola fuertemente por la cadera y el banquillo había aterrizado en su canilla (parte baja de la pierna) generando gran dolor, pero que en ese momento no lo sintió.
-¿¡Es que tú quieres matarme de un infarto!? ¿¡Pero que mierda estabas haciendo allí arriba!?-Le decía furioso, desde su posición en el suelo aún mientras la tenía encima.
-No es para tanto.- Le restaba importancia al asunto.
-¿¡Como que no es para tanto!? ¡Te caíste y te alcancé a agarrar Sofía! ¡Y si no hubiese llegado quien sabe dónde te habrías golpeado!
-Exageras, además puedo hacer muchas cosas sola.
-Sofía, no exagero... debes ser más cuidadosa ahora, te he dicho que pidas mi ayuda.
-Estoy embarazada no enferma o postrada.
-Justamente, estas embarazada y debes cuidarte más ahora.
-Estaba por alcanzar lo que necesitaba... e insisto estoy embarazada no paralizada.
-Si, pero no llevas a cualquier bebé, llevas a mi bebé, además te atrapé Sofía, si no hubiera llegado....
-Yaaaaaaa... -reclamaba con hartazgo.
-¿Qué necesitabas de ahí arriba?
-Yo... Buscaba los filtros para el café.
-No puedes beber café ni té, ya sabes lo que te dijo el médico.
Se quedó callada, Tom tenía toda la maldita razón del mundo.
Se quedaron otro rato más en el suelo, mientras Tom evitaba quejarse de la banqueta que le había dado en toda la canilla.
Recordó cómo fue esa visita al doc...
Días anteriores Tom notaba que Sofía continuaba con sus migrañas. Estaba con mucho trabajo. Le gustaba estresarse al parecer. Muchas veces Tom la había regañado haciéndole ver que debía aprender a delegar trabajo, para algo estaban esas molestas becarias que únicamente estaban todo el día haciendo nada, pegadas a su celular, moviendo las mandíbulas con su goma de mascar, hablando entre ellas, fumando, bebiendo café y siendo un real dolor en el trasero para todos quienes debían toparse con ellas. Sofía sólo había suspirado fastidiada. Tenía razón... y detestaba cuando la tenía... Y la visita al doctor... claro la visita al doctor... fue con Tom, quería acompañarla, no perderse nada de esta experiencia que estaban viviendo juntos.
-¿Y bien? ¿Cómo te has sentido?- Preguntaba el médico, el mismo que la había visto en el hospital antes de irse de alta.
-Bien- Contestaba Sofía pero no era sincera, Tom la miraba negando.
-No te has sentido bien, no estas siendo sincera- La chica lo miraba con hartazgo. Maldita sea, siempre tenía razón en todo.
-La verdad, porque sé que ella no lo dirá, ha estado con migrañas, trabaja en exceso y no delega, sé que quiere hacer un buen trabajo y de eso no hay duda, es excelente en lo que hace, pero se lleva demasiada presión, no está comiendo como debe y además, el año pasado por esta misma fecha estuvo con una anemia muy grave...Lo lamento Sofi pero son cosas que tu médico debe saber-Se medio disculpaba Tom.
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Los hilos que nos unen.
FanfictionCuenta una leyenda japonesa, que todos estamos unidos por el destino, nos une un hilo rojo, invisible a nuestros ojos. Este hilo, nos une a la persona amada, a quien en algún momento de nuestras vidas, independiente de la circunstancia, encontrarem...