Cómo sobrevivir a tu familia política volumen II

193 11 77
                                    

Una botella de tequila... por favor.

Nota aclaratoria:

Normal= Inglés

Negrita cursiva= francés

Cursiva= español

....

Despertaron cuando la luz tenue del sol iba colándose por los ventanales. Por mucho que tuvieran encendido el aire acondicionado, ya podía sentirse el calor ascendiendo, sin duda, sería otra a jornada más muy calurosa. Tom rogaba en su interior que no fuera tan infernal como el día anterior.

Para ese día, la pareja había hecho planes. Querían recorrer, conocer los lugares típicos y tal vez hasta perderse para tener más anécdotas que contar. Se alistaron después de comer su desayuno en su hermosa terraza de vista privilegiada y salieron rumbo a su aventura.

Ese día, Rosario Santamaría tenía planes. Necesitaba intentar amarrar al chico inglés con su hija, debía hacerlo, era necesario. Tenía convencer a Sofía a que debían casarse. La idea fue tomando forma mientras lo hablaba con sus hermanas, durante la despedida de soltera de su futura nuera, la manera más rápida de concertar esa unión que tanto prometía era a través de un bebé. Le urgía convencer a su hija, era necesario además, era imperativo tener que presumir al joven inglés frente al resto de la familia, a modo de reivindicar a Sofía. Con paso elegante y altanero se dirigió a la recepción para saber la habitación de Sofía, pero, enorme fue su sorpresa al enterarse de que ella anuló aquella reserva. ¿Dónde se estaría quedando? La llamo mil veces pero jamás le contestó.

¡Ella tenía planes y su hija ya los había arruinado!

Entretanto que Rosario estaba que echaba chispas de furia, la feliz pareja paseaba por Cozumel, recorriendo sitios históricos, comprando recuerdos, sacándose fotos, riendo, bromeando y caminando, abrazados por la calle bajo un fuerte sol, que ni todo el bloqueador solar, gorra de baseball y lentes oscuros podrían hacerle quite. Así es, por muchos cuidados que Tom hubiese tenido para evitar quemarse, no había sido suficiente, tenía sus mejillas y nariz con un tono rojizo, al igual que Sofía.

Ya comenzaban a sentir un poco de hambre, a unas cuadras Sofía divisó unos foodtracks que prometían demasiado. Se acercaron a uno muy bellamente decorado y con un nombre poco habitual «Taquitos Cuchitonene». Tom no tenía idea de que comer, no eran sus elecciones habituales pero si Sofía conocía bastante, aprendió un poco de la gastronomía Mexicana gracias a su roomie en San Diego, Rosa.

Pidió tacos al pastor, Tom confió en su elección, sin embargo para él pidió la opción no picante. La propietaria del foodtruck al notar que el mismísimo Tom Hiddleston estaba en su puesto de tacos, intentó a toda costa que no se notará su faceta de chica fan, aunque su corazón se aceleró y sus manos tiritaban mientras preparaba el pedido. Estaba tan nerviosa, tan nerviosa de tener a uno de sus ídolos tan cerca que sin querer confundió los pedidos, entregó a Tom el taco de Sofía, con extra picante con chile habanero y a Sofía el de Tom, sin nada de picante.

Tom, confiado, dio un enorme mordisco a su taco, mientras que Sofía hacia lo mismo pero más educadamente. Estaba rico, pero Sofía comenzó a notar que su comida no picaba en lo más mínimo, pensó que tal vez era su imaginación y su tolerancia al chile estaba por las nubes, eso sucede cuando amas lo picante y vives con una mexicana. Mientras Sofi comía Tom por su parte se comenzó a poner rojo como un cangrejo, de sus ojos salían gruesas lágrimas, y se notaba que estaba mascando rapidísimo. Con la boca llena de comida, apenas pudo articular

-¡Pica!

Sofía ahí notó que sus tacos estaban cambiados, Tom se estaba comiendo el suyo extra picante.

Los hilos que nos unen.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora