𝐼𝑡'𝑠 𝑓𝑢𝑛 𝑡𝑜 𝑙𝑜𝑠𝑒 𝑎𝑛𝑑 𝑡𝑜 𝑝𝑟𝑒𝑡𝑒𝑛𝑑
1994
El grunge se había apoderado de los walkmans, los teléfonos tenían cables y los celulares eran demasiado caros para tener uno, había revueltas en las calles por las crisis internacionales...
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𝕯𝖔𝖓'𝖙 𝖈𝖆𝖑𝖑 𝖒𝖊 𝕿𝖍𝖊 𝖘𝖍𝖆𝖉𝖊𝖘 𝖌𝖔 𝖉𝖔𝖜𝖓
Nueva York, 1994
No se arrepiente de nada, y debería, lo sabe por la manera en que la miran los demás. Como juzgándola, con ese "no debiste hace eso" en sus ojos, pero aún sí, no puede desear que no pasara, porque por más tonto que pueda sonar de su parte, lo que ha hecho le encantó, lo único que lo ha arruinado fue que Rowan los haya visto, pero si no fuera por esto, hubiera sido perfecto, no tiene dudas al respecto.
Si pudiera devolver el tiempo y advertirse a sí misma: "busca un lugar más apartado, porque ahí, están a la vista de muchos", lo haría, pero no para decirse que no lo haga, liberar aquellos sentimientos, de esa manera ha sido lo mejor que ha hecho en toda su puta vida, donde se ha dedicado a no decir nada, no hacer nada, y cuando sentía que no podía oprimir en su pecho más, tomaba un lienzo y pintaba, esta vez, lo ha hecho, ha pintado, pero su lienzo tenía vida, rulos alborotados y pecas preciosas.
Y entiende porqué todo el mundo parece desencajado, de repente, dos personas que en realidad no tenían mucho que ver se besaron de la nada, haciendo que una de sus amigas se sienta mal, para el resto, Millie se besó con Finn porque pareció divertido, porque estaba ebria y porque era lo que prometía en ese momento. No podrían estar más equivocados, lo que ella hizo, lo hizo con todos lo sentimientos del mundo de por medio, mirando los ojos del dueño de las sensaciones más tiernas que ha tenido, con el corazón latiéndole al ritmo de su ilusión, en un ambiente seguro, porque eso fue, Wolfhard, la hizo sentir confiada esa noche, de que podían unir sus labios esa velada y no era nada malo pese a que no iba a significar nada para él y todo para la castaña.
Era difícil de comprender.
Pero no estaba triste, ni deprimida porque ambos desde el instante que sus manos se separaron y cada uno se fue para su dormitorio no volverían a mencionar nada de lo sucedido, de hecho, ese silencio la hacía sentirse más tranquila, realizada, incluso feliz, se había aventurado una noche y besó al chico que le gustaba, no era nada malo, a excepción de una cosa y solo una cosa...
