Capítulo Veintisiete.

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Llovía, su mirada estaba clavada en la televisión, pero no le prestaba si quiera atención, estaba sumergido en sus pensamientos. De su blanco cabello caían gotas de agua y a su lado tenia una botella de agua casi vacía, las luces del departamento se encendieron, por primera vez en la noche desvió su mirada de aquel programa que se reproducía en la tele abierta. Gon salía del baño, se acaba de duchar, Killua llevaba unos cuantos días desanimado, lo demostraba, era la primera vez que demostraba lo que realmente sentía, pero ¿cómo no hacerlo?, Le habían roto el corazón, debía demostrar algo, aunque fuera estando solo. Estaba destrozado por una mujer que no conocía realmente bien y que probablemente ahora este con su "novio".

—Killua. — Lo llamo su amigo. — a ti... ¿Te gusta Honey? — Se levanto de la cama como un rayo y fue hasta Gon, lo tomo por el brazo y le hizo una llave para tirarlo al suelo, poco después sonrió.

—¡Jamás! — El niño que tenia debajo comenzó a chillar de dolor y quejándose de lo que el albino le hacía, pero aun riendo. —Quiero comer pizza, ¿Pedimos una pizza?, Invítame. — Al final lo soltó y se levantó para ir a ver televisión animadamente, cambio el canal. Gon sobó su hombro adolorido.

—¿Ya te acabaste el dinero que ganamos en el coliseo? — Se quejó, miro a su lado, había un montón de cajas de chocolates.

—Era una oferta maravillosa. — Finalmente Gon se rindió y pidió varias Pizzas para cenar ese día, del cual estaban ellos dos en completa soledad, Leorio no había llegado al departamento para nada. Pronto escucho como salían ruidos extraños de la televisión, al ver que era lo que hacia ese sonido Killua disfrutaba mirando un programa para adultos, el calor subió a sus mejillas al escuchar a las jovencitas de ahí gimiendo con fuerza.

—¡Quita eso! — Exclamó él, pero apropósito el mayor sonrió y subió el volumen, corrió a para intentarle quitar el control fallando muchas veces hasta que al final la recepcionista regaño por el ruido que hacían. Era tarde, muy tarde en la noche, tanto que los males de la sociedad andaban por ahí haciendo cualquier cosa que se les placiera.

No quería aceptarlo así no más, ¿Cuándo se había enamorada de esa idiota de ojos color canela? ¿Desde el primer momento?

Quien sabe.

Claro, le pareció linda, y esa actitud sabelotodo y altamente espontanea le parecía tremendamente atractiva, creo que eso era lo que le atraía más que cualquier otra chica. No saber que hará, no poder predecir incluso que dirá, verla y preguntarse "¿Qué es lo que está pensando esa tarada?"

No se la esperaba para nada caer flechado así, es más, ni siquiera había sentido esa sensación jamás en su vida, indescriptible. Pero claro, ahí va a destrozarle todo lo que su pobre corazón sentía. Incluso, si acaso hay una sola posibilidad, aunque fuera la más mínima la aprovecharía. Llegaría con todo su armamento y atacaría a cualquier posible rival, eran pensamientos de un mocoso enamorado.

Se rendiría, por ahora.

Honey.

─ ¿Por qué carajos me cubren la cabeza? ─Preguntó la rubia, claramente estaba molesta. Ambos muchachos que tenía, probablemente frente a ella charlaban en voz baja.

─Comprendo, nos vemos luego Dancho. ─ Escucho a Shalnark hablar, la verdad es que ninguno sabia por que le habían cubierto la cabeza con ese bolso de marca cara, que podrían estar patrocinándose aquí. ─No podemos negociar correctamente ahora, eres peligrosa para la brigada.

─ ¡Solo les dije que quería protección! ─Rodó los ojos dentro de la bolsa color melón. ─ Ash, ¿Y si me pasan a su líder? ─Ambos hombres se miraron entre sí, Choba estaba detrás tomándose un jugo de caja mientras leía lo que parecía ser un manga. Una pequeña risa se escucho del otro lado de la línea.

"Quiero hablar con ella, Shal" ─Hizo caso a las ordenes de aquel hombre, le quito la bolsa de la cabeza y la lanzo lejos, tomo por fin el teléfono celular y lo puso en su oreja. ─ "Escuche que puedes dejarnos entrar a la subasta".

─Buen oído, Sheepar. ─Escucho otra risa detrás del teléfono, ese hombre era adorable, pero una jodida bestia sin sentimiento alguno por alguien que no sea de su familia. ─Claro que puedo dejarlos entrar a la subasta, supongo que también buscan entrar a la subasta ilegal. ─Chrollo puso toda su atención en la mujer detrás del teléfono, a juzgar por su voz no debía pasar de... ¿Quince años? No lo sabía, era una voz tan infantil, pero a su vez sonaba como una anciana, no sabría como decirlo. ─Solo busco una cosa... Cómo ya te lo dijeron los niños bonitos que tengo enfrente solo quiero aliados. Claro, solo si me apodero de la mafia, puedo hacer la vista gorda en todas las actividades que el Ryodan realice.

"Eso suena bien. Cuenta conmigo." ─Fue más rápido de lo esperado, demasiado... Algo andaba mal.

─Alto ahí, Chrollo Lucilfer. ─Sonrió, no era tonta, bueno, solo un poco ingenua y a veces no procesaba las cosas obvias, pero no ahora. No ofrecería tanto por ellos, era demasiado de lo que merecían. No era de esperar que se supiera su nombre completo, se quedo callado. ─Si me pasa algo, adiós trato, si me traicionas... Ni la ciudad Meteoro querrá tu cadáver. Hay más cosas de las que mi hermano puede hacer. Voy más allá de una simple cara de niña dulce y el puede ir más allá de tu comprensión.

"Entiendo, entiendo, viajera espacial" ─Sus mejillas inmediatamente se tornaron color de rojo. ─ "Nos vemos pronto para negociar nuestro ingreso a la subasta". ─En ese momento la mente de Honey se desconectó un segundo, en su mente pudo preciar cierto color carmesí, debía pedirlos... Debía pedírselos solo para él. Kurapika se lo merecía, es quien más se merece ello. La llamada se colgó.

─Entonces... ¿La llevaremos con nosotros? ─Preguntó Feitan, el rubio asintió.

─Si me vuelven a poner esa bolsa les juró que los mató. ─Los señalo acusadoramente, ¿Dónde quedo la chica que amenazó a su líder? Quien sabe, pero a ambos muchachos le agradaba ese cambio tan brusco de personalidad, era altamente agradable y a veces un fastidio. ─Choba, habrá un poco de diversión.

─ ¿Estamos llegando al arco de...? ─Le preguntó a la chica que tenia enfrente.

─Ya estamos en él, ¿No crees que es el más interesante? Además de que él esta más furioso que nunca. —Ambos "hermanos" compartieron esas extrañas palabras. ¿Quién estaba furioso? Solo ellos ahí lo entendían a la perfección.

—Es una lastima que Togashi muriera antes de terminarlo. —La mirada de la chica se ensombresio, como recordando viejas heridas del pasado y frustración que paso en aquellos momentos.

—¡Hasta el maldito Miura termino Berserk! ¿Por qué él no? —Le respondio, Shal y Feitan se miraron entre sí, confundidos.

—¿Miura? ¿Berserk?, Pero ese aun no lo terminan... —Comento el rubio, la araña era muy... Muy ¿Frikis? —¡¿Acaso en tu mundo ya lo terminaron?! ¡Debes decirme como acaba!

—¡No puedo interferir entre información de mundos! —La tomo por los hombros y la sacudió.

—¡Tienes que decirme!

—¡No te va a decir nada! ¡Suéltala! —Se metió Chona, Honey solo pudo a atinar a reír después de eso, una enorme carcajada. El Gen'ei no debía ser tan malo, esperaba no juzgar antes de tiempo eso.

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—Señor, no hay señales de ella todavía. —Golpeo la mesa con fuerza, había visto todo por las cámaras de seguridad, ya habían pasado tres días desde que la atacaron en el ascensor y desapareció. Su pequeña niña debía estar muy asustada en esos momentos, jamás había pasado algo parecido, ni siquiera la sirvienta Lilya que siempre la acompañaba le respondía el teléfono desde hace meses, no sabía siquiera que pasaba a su alrededor, ese nen era tan... Tan extraño.

¿En que le había dado permiso a su hija para meterse?

Debió quedarse esa tarjeta para siempre y no dársela jamás. No quería que le pasara lo mismo que a su esposa, su esposa Lysa. 

La mujer que murió por culpa de Ging Freecss.  

¿Pertenezco aquí? [Hunter x Hunter] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora