Abrí enormemente los ojos y alcé las cejas ¿¡Qué demonios?! ¿¡Cómo podría Clara saberlo?! Llevé mi mirada hacia ella en espera de una respuesta, pero esta se echó a reír.
—¿Qué te sucede, niña?— Preguntó mi madre dirigiéndose a Clara.
—Nada, tía— Respondió sin parar de reírse— Sólo quería disfrutar de la cara de susto que puso Katherine. ¡Sí que hiciste cosas malas, prima! ¡Qué susto te di!
—Eres una tonta, Clara.—Posicioné mis manos en mi cintura y la miré seria. Era hora de ponerse a la defensiva— No he hecho nada malo, sabes bien que yo no soy así.
Clara sólo se limitó a rodear los ojos y retirarse de allí, sabía que no podía enfrentarse a mí. Y eso pasó, no lo hizo. Mi madre soltó un suspiro y cometió la misma acción que mi prima: Retirarse.
Ella era rebelde, bocona y mal vista en el pueblo por su comportamiento liberal. Nunca se callaba, siempre decía la verdad por más cruda y fuerte que sea, no seguía reglas y estaba en contra de todo, hacía lo que quería cuando quería. Su madre nunca paraba de quejarse de ella y reprenderla. Era todo lo que yo habría querido ser y no me atreví; tantas veces silencié mi boca por verme bien, tantas veces fui indebidamente sumisa por parecer perfecta, tantas veces sonreí frente a lo que odiaba por notarme tranquila. Y a pesar de que todos me vieran bien a mí y no a Clara, ella era la realmente feliz.
Respiré profundo. Inhalé, exhalé y repetí esas acciones por minutos. Posé mi espalda en la pared de mi amplia sala de estar y lentamente dejé caer mi cuerpo para acabar sentada en el piso.
—Que noche—Pensé— Que jodida noche.
El recuerdo de Ian rozando tan delicadamente mi piel llegó a mi mente. Cerré los ojos y respiré profundo, un estremecimiento intenso recorrió cada parte de mi cuerpo. Basta, él no es mi novio, él no es James.
Llevaba tres horas intentando dormir. Di una vuelta, di otra, miré el techo y aún así mi mente sólo podía pensar una cosa: Ian. Sentí un leve cosquilleo en mi cintura que causó que mis ojos se abrieran como platos, platos muy grandes. Giré asustada y, en cuanto tomé fuerzas para gritar, puso firmemente sus manos en mi boca.
—Shh—Susurró—Van a escucharnos.
Llevé mi mirada a la enorme ventana de mi habitación. Maldita sea, estaba abierta. Ian había entrado en mi cuarto sin hacer un solo tipo de ruido, ni siquiera pude notar cuando esta se abrió.
Se metió entre mis sábanas y, por algún desconocido motivo, nunca lo paré. Acercó su rostro al mío acariciando mi mejilla, el fuerte estremecimiento volvió a mi cuerpo a tal velocidad que ni siquiera noté que lo estaba hasta que Ian esbozó una sonrisa pícara de su rostro, por ello me besó. Fue un beso lento pero lleno de pasión, sus labios se movían perfectamente con los míos, creí poder saber por un momento qué se sentía levitar. Llevé mi mano a su cabeza y despeiné los cabellos de atrás. Sus manos acariciaron mi cintura con tal delicadeza que parecía que ni siquiera las tocaba, un viento de cosquillas recorrió mi estómago, pecho y puso en mí una sonrisa, esto intensificó nuestros muy peligrosos y apasionados besos. Su mano se metió por debajo de mi vestido y pude sentir mejor sus caricias, el calor de su piel sobre la mía. Un suspiro salió de mi boca y, en seguida, su cuerpo estaba sobre el mío, sus piernas estaban entre las mías y nuestros besos se tornaron rápidos e intensos. Un impulso se apoderó de mí y me obligó a quitarle la playera —O eso quiero decirme a mi misma— llevé mi mirada a sus músculos perfectamente marcados en su cuerpo, mordí mi labio inferior y volví a besarlo, sentí su lengua entrar en mi boca y nunca detuve nada, seguí con sus apasionados besos.
—Katherine—Susurró en mis labios, su voz no era la misma. Era aguda.— ¡Ya levántate!
Ahí fue cuando abrí los ojos exaltada. ¿¡Qué mierda había pasado!? Por un momento Ian estaba sobre mí y ahora estaba… ¿Dónde estaba?
Mi mamá se acercó a mí posando su mano en mi frente.
—¿Estás bien?—Preguntó preocupada. Asentí.— Estás sudando, creo que no tuviste un muy buen sueño.
¿Así que había sido un sueño? Todo lo que acababa de sentir… ¿Era falso? Intenté alegrarme por ello, por el hecho de no haber engañado de nuevo a mi muy perfecto novio. Pero no pude, porque disfrutaba de las manos de Ian con las mías, sus manos, su piel, su respiración, su caliente aliento chocando con el mío, todo acerca de él me volvía loca. Y ya nunca jamás volvería a verlo.
—Levántate. James nos ha invitado a almorzar con sus padres.
Suspiré y levanté mi cuerpo de mi cómoda cama. Abrí mi clóset y saqué una de mis polleras largas hasta la rodilla, ésta era color celeste, tomé una camisa blanca y, aunque no creo que sea necesario decirlo, mi pañuelo azul. Cuando terminé de ponérmelos deslicé mis pies en mis pequeños zapatos que hacían juego con lo que llevaba. Pinté mis labios de un llamativo color rojo. Corrección aquí, corrección allá y unos leves pellizcos en mis pómulos para dar color. Era hora.
—¡Estoy lista!—Grité a mi madre desde las escaleras antes de salir.
Vi a mi prima Clara y a mi madre salir por la puerta. Mi papá estaba ya en nuestro auto y yo apresuré mis pasos para acercarme a ellos. Subí al auto y comenzamos el viaje. En realidad, no fue muy largo ya que James vivía a sólo unas calles de donde lo hacía yo.
Mi papá estacionó el auto y pude ver a James en la entrada saludando con total elegancia, llevaba puesto un traje encajado perfectamente en él. Al ver el auto, se acercó a este y abrió la puerta cortésmente para mí.
—Hola, Kath—Murmuró besándome los labios.
—Hola, James.—Respondí antes de bajar la mirada.
James se veía hermoso, realmente hermoso. Pero aún así no podía dejar de pensar en mi sueño, en ese tan apasionado y excitante sueño, pero sobre todo, no podía dejar de pensar en Ian. En sus labios, su cuerpo, todo acerca de él me hacía querer gritar, porque era perfecto.
Entré en la casa y pude ver a los padres de James completamente sonrientes, alegrados de verme. Se acercaron a mí con amabilidad y me saludaron con un abrazo. Minutos después, pude sentir las manos de James tocarme la cintura deslizándose más abajo, tomé su mano tratando de evitarlo.
—Ven conmigo— Susurró en mi oído.
Sin mirarlo, asentí y tomé su mano dejando que me llevara.
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Do you wanna make a memory? [Cancelada Temporalmente]
Любовные романыNo es sencillo ser una falsa. Sonreír para caerle bien a todo el mundo, sobre todo en esta estúpida época donde lo único que importa es tener un buen marido y un nombre respetado. Pero, lo más difícil, es amar. Sobretodo si ese amor va en contra de...