Capitulo 6.

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Eso no fue nada. Linda, te enseñaré a divertirte, sobretodo porque sé que no haz parado de pensar en mí.

Sin nombre, pero sabía de quien se trataba por esas palabras arrogantes  y egocéntricas. Estúpido.

Olfatee el papel y pude sentir ese sensual olor a cigarros y menta que me encantaba tanto. Cerré los ojos e imaginé a Ian frente a mí, acercando lentamente sus labios a los mios, suaves y finos; moviéndolos perfectamente a la par de los mios.

Suspiré y guardé su nota en el cajón de mis bragas, dónde nadie podría encontrarlo, nadie debía enterarse de esto.

Me senté en la enorme ventana que tenía mi habitación para tomar aire.  La lógica se había escapado de mi cabeza, porque lo extrañaba. Quería verlo desesperadamente, y a la vez golpearlo por irrumpir en mi casa... Ups, la lógica regresa. El había irrumpido en mi casa ¡Mi jodida casa! ¿Cómo rayos había podido infiltrarse en mi habitación con todas las puertas y ventanas cerradas? Seguramente era un talento de ladrón. ¿Que pasaba por mi cabeza? Estaba pensando en un ladrón, vago y canalla como un hombre sexy, eso ni siquiera era un hombre. Era una rata. Y yo era toda una dama.

Tomé mi bolso blanco y salí de mi casa, era hora de concentrarme en el verdadero hombre que tenía a mi lado. Iría a elegir un vestido de novia.

Caminé por cada calle del centro de mi pueblo y aún así nada llamó mi atención, cada tienda era monótona, aburrida y sin gracia. Yo quería todo lo contrario, algo despampanante, sensual y elegante que dejara a todos boquiabiertos. Un vestido que fuera perfecto como la imagen que le daba a los demás.

—¿Bucando un vestido?— Oí a una masculina vos decir tras mi oído mientras unas grandes manos tapaban mis ojos.— Te daré un buen consejo— Entonces comenzó a susurrar— Quitate el que tienes.

Ian. Su voz, su aliento, su aroma, y sus irrespetuosas palabras. Bastardo.

Me giré bruscamente y golpee con mi bolso su cabeza.

—¿¡Que carajos sucede contigo?!— Gritó enfadado acariciando su cabeza. Tenia los ojos fuertemente cerrados a causa del dolor.

—¿¡Conmigo!?—Respondi histérica —¡Contigo querrás decir!— Señalé firme su rostro con mi dedo índice y puse la otra mano en mi cintura.— Irrumpes en mi casa, dejas notas inapropiadas, me faltas el respeto y te atreves a fanfarronear. Escucha—Entrecerré los ojos demostrándo mi odio—Quiero que me dejes en paz. No me hables, no me toques, no me mires, ni siquiera me pienses. ¿Quedó claro?

 Él sólo soltó una de sus estúpidas risitas y besó mi mejilla. Luego de eso, se fué.  Su beso se sintó como levitar y su partida como una cachetada justo en el alma. Y dolía como la puta madre.

 Corrí hacia él y tomé su muñeca, noté cómo alzaba sus cejas y luego lo metí dentro de un callejón a mitad de cuadra del centro, iba a decirle cosas horribles, pero no quería que nadie escuchara que aquello saliera de mi boca.

 —¿¡Es en serio!?—Susurré, pero era en vano porque de todas formas gritaba— ¿Vas a dejarme una nota como esa y luego sólo vas a irte?

—Sabía que vendrías a mí.—Dijo riendo, acercándose a mi rostro. 

 Quería golpearlo en la cara y decir muchísimas malas palabras. Arrogante de mierda, engreído, estúpido.

—Te odio.—El veneno salía de mi lengua.

—Demuéstralo—dijo posando su frente en la mía—Vete. No volveré a buscarte, no te hablaré, no te miraré, no te pensaré si quiera, pero eso sólo si te vas ahora, princesita.

Do you wanna make a memory? [Cancelada Temporalmente]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora