❛ O18 # Dudas.

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Dudas.

El sol se estaba ocultando muy rápido. El frío comenzaba a sentirse mucho más que antes, y las personas en las calles eran casi escasas.
Jimin era la excepción allí. No se sentía del todo cómodo para regresar a su hogar, por lo que decidió a último momento recorrer las ya conocidas para sí calles del barrio.

Llegó a las zonas bajas, raramente sin haberse alejado tanto de la casa de Hoseok, tal vez por su velocidad de paso. Los callejones eran muchos a su al rededor, separados por pequeños hoteles, de no más de unos cuatro pisos, o locales de ropa en liquidación; o simplemente otros ya cerrados y en venta.

Un maullido muy agudo rompió el silencio que Jimin tanto había estado analizando. Nuevamente otro se hizo presente; y luego otro, y otro más. Al parecer provenía del mismo animal, y fue así como el rubio, algo curioso decidió buscar de dónde provenía el sonido.

No sé arriesgaría a dejarlo, ¿y si estaba lastimado? ¿o tenía hambre?... amaba tanto a los animales que con la sola idea de dejarlo así le daba tristeza.

Por suerte para Jimin, el pequeño gatito se encontraba detrás de un contenedor de basura en uno de los callejones de ladrillos. Tenía una de sus patas atascadas en la reja que separaba los edificios, y lloraba porque no encontraba manera de poder salir.

El rubio se acercó con cuidado para no espantarlo y ayudó al animal, logrando así que el felino corra a otra dirección.

— Listo, Park. Será lo único bueno que harás el día de hoy. — dijo a sí mismo, incorporándose mientras suspiraba.

En una tranquila idea porque voltear e irse de una vez a su hogar, logra observar como una de las puertas de un local de instrumentos de cocina se abre lentamente, y algo asustado al no poder ver qué o quién estaba allí, decide acercarse.

Pero antes de poder entrar al lugar, otro sale de éste. Ambos chocan el uno con el otro por la rapidez en la que el misterioso chico había querido salir, haciendo que Jimin cayera hacia el suelo sin generar heridas tan graves en sus manos.

Sin decir nada por la sorpresa que se llevó, levanta la vista hacia el muchacho que aún seguía allí parado, mirándole.

— ¿Jungkook? — pregunta, logrando identificar al pelinegro. — ¿Qué haces aquí?...

— ¿Te importa acaso?

Lo miró con el ceño fruncido. Si ya desde antes Jeon se le hacía parecer un tanto sospechoso, ahora lo era más. ¿qué hacía dentro de una tienda de instrumentos de cocina? ¿Estaba acaso robando cuchillos? Todo era muy extraño.
Sin embargo, no quería dejarse llevar por su instinto de investigador fallido.

— Sólo preguntaba... Es muy raro ver personas por aquí a ésta hora, ¿sabes? —

— ¿Y entonces qué haces tú aquí? — abrió una mochila que traía consigo en sus espaldas, y Jimin vio como guardaba unas pequeñas bolsas que al moverlas generaron un sonido metálico.

— Paseo... — replicó — ¿Qué traes ahí, Jungkook? — intentó sacarle otra palabra más de su boca que no sea tan defensiva, aunque parecía ser algo imposible.

— ¡Dije que no te metas, idiota! Ahg. — nuevamente lo empuja hacia atrás, sólo que ésta vez no cae al suelo, sino que su espalda choca fuertemente contra la pared de ladrillos. — Vuelve a entrometerte entre mis cosas o contarle a alguien sobre esto, y juro que me las pagarás, Park. Sé todo sobre ti y todo lo que necesito saber sobre ustedes para acabarlos cuando se me ocurra. — apoya su dedo en el pecho del rubio mientras hablaba. Su aliento sabía a chicle de menta, mezclado con una especie de cigarro.

obsession © kooktaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora