-Pero miren si es el traidor Antoine Lamark, el que le dio la espalda a su nación y acogió las costumbres indo-Musulmanas-Dijo el Conde Mark Latour con desdén, lo que causó risas entre la tripulación francesa.
El Almirante hizo oídos sordos ante ante tal comentario, ya que se dijo así mismo que no caería en provocaciones, por el conde Mark LaTour, el segundo hombre que desde que estaba en la corte francesa al servicio del rey Luis IVX, le había hecho la vida imposible siempre despreciándolo recordándole cruelmente que él no tenía sangre azul, incapaz de poseer fortuna alguna, incapaz de ser alguien en la vida en cambio enfocó su vista en el Duke de Orleans .
Al ver al Almirante Antoine Lamark, el Duke Jean Philipe de Orleans tensó su mandíbula, haciendo que su expresión se tornará seria.
- Almirante, veo que ya dejó atrás las vestimentas francesas, así como sus intereses y lealtad a la corona y a su rey. -Dijo el Duke en tono frío
-Alteza, también es un placer verlo después de tanto tiempo- Dijo el almirante en tono sarcástico- verá alteza, después de estar tanto tiempo en este paìs, que es extremadamente caliente a la larga optará por usar prendas más holgadas y cómodas que le permitan mayor libertad de movimiento. y aunque usted no lo crea mi lealtad y mis intereses son y serán siempre por el bienestar de Francia y nuestro querido rey- dijo el almirante conteniendo su molestia.
-Podrás engañar al Rey de Francia con tus mentiras pero a mí nunca, yo sé la clase de persona que realmente eres Almirante, así pues no hagamos esperar más a mi futura esposa y te ordeno que me lleves ante ella- Dijo el duke en tono cortante. mientras tomaba a lune (la perrita frech poodle) de su correa.
Así entonces el almirante Lamark liderò al duke de Orleans y a la tripulación francesa a la recepción en donde el visir Abbud ya los esperaba. El visir hizo una pequeña reverencia y encaminaba a la tripulación francesa a los lugares reservados para ellos, mientras el Almirante Lamark guiaba al duke de Orleans ante la presencia de la sultana Almira.
-Sultana Almira Al-Rashid, traigo ante usted, a su alteza real el príncipe Jean-Philipe, Duke de Orleans.- Dijo el Almirante Antoine Lamark en tono serio mientras hacia una reverencia y se retiraba.
El duke Jean-Philipe de Orleans estaba sorprendido que la mujer que le dijo el día anterior ser la teniente Amir fuera en realidad la Sultana Almira.
-Por favor toma asiento jean Philipe, Duke de Orleans- Dijo la sultana Amira en tono amable. al tiempo que acariciaba a lune de la cabeza.
-Si, si, lune a mi también me da gusto verte- dijo la sultana divertida mientras la perrita le lamia la cara.
-¿Te encuentras bien? tu semblante esta completamente serio- dijo la sultana con preocupación al ver el rostro del duke
-Si claro, solo estoy sorprendido que la teniente Amir y la sultana Almira sean la misma persona- Dijo el duke de Orleans
-¿Estás complacido o decepcionado ante tal revelación? Preguntó la sultana.
-Honestamente complacido -dijo el Duke de Orleans dedicándole una tímida sonrisa a la vez que se sonrojaba, lo que causó que la sultana inevitablemente también sonriera. -Pero sigo sin entender porque no me has dicho quién eras desde el principio- Preguntó el Duke con escepticismo.
-Porque me habían dicho que eras el hombre más guapo de toda Francia y quería comprobarlo con los propios ojos, (dicho comentario hizo que el duke se sonrojara y sonriera) además quería acércame a ti sin que mi presencia te intimidara, y saber de ti sin seguir los protocolos reales, para que así tuvieras más libertad de contarme sobre tus gustos, e intereses aunque tus preguntas fueran enfocadas principalmente a preguntar por la sultana, o sea yo.-Dijo la sultana con autosuficiencia.
- Ahora entiendo, porque eras tan evasiva- dijo el Duke de forma divertida-también he de admitir que se me hizo extraño que una teniente supiera hablar francés, ya que la capacidad de hablar solo se le otorga a los miembros de la realeza y nobleza Indo-Musulmana-Dijo el Duke.
-Vaya que pero que observador eres, ¿y tú como sabes eso?- Preguntó la sultana divertida.
-Cuando el príncipe Ibrain Al-Rashid (el ahora monsieur remy de la court) llegó a la corte del rey Luis IVX, le obsequió un libro que se titula "Vida y costumbres del Imperio Indo-Mususlmàn", y ahí leí ese dato. ya que ese libro me ha servido como guía para conocer el país que se convertirá en mi hogar.-Dijo el Duke
-Ese libro no menciona ni una cuarta parte del esplendor y grandeza del Imperio Indo-Musulmàn, la única forma de conocer a profundidad el paìs en el que vivirás es conociendo a tu pueblo, caminar por sus calles, comprar en sus mercados y visitar sus hospitales, solo así la gente Indo-Musulmana te conocerá y a la larga te querrá. Prometo que eso lo haremos después de que nos casemos.-Dijo la sultana
-Eso me encantaría, ya que en Francia, yo era el comisionado encargado de llevar a cabo las actividades humanitarias y sociales del Rey Luis IXV- Dijo el Duke con melancolía
-Lamento profundamente que añores y anheles lo que para ti es muy querido, para que eches de menos lo que te era conocido, he solicitado se te preparen tus platillos favoritos, también he mandado a colocar un reclinario en tus aposentos porque se que eres un hombre de dios, ya que considero que la religión es lo más sagrado que tiene una persona, así como también mande a colocar estantes con tus autores filosóficos favoritos-Dijo la sultana en tono condescendiente
-Veo que sabes mucho sobre mi-Dijo el duke sorprendido.
-Antes de tu llegada al palacio, le pedí al visir abbud, que investigara tus gustos e intereses, para que te sintieras como en casa- Dijo la sultana dedicándole una tímida sonrisa al duke
En ese preciso momento el duke se dio cuenta que no solo se había enamorado a primera vista de la que seria su esposa por sus hermosos rasgos físicos, sino porque se dio cuenta que también era una persona empatía, comprensiva y compasiva y aunque la admiro por eso se dio cuenta que su estadía en el Imperio Indo-Musulmàn no seria tan mala después de todo (o eso creía).
-Creo que hasta ahora, el Visir Abbud a hecho muy bien su trabajo-Dijo el duke Jean-Philipe lo que causo que ambos soltaran una carcajada.
La sultana se dio cuenta que su plan esta estaba saliendo, tal como estaba previsto, pero estaba consciente que para lograr que el duke se volviera Indo-Musulmàn, y lograr que todas las peticiones impuestas por el rey Luis IVX, establecidas en su bula matrimonial fueran nulas tendría que hacer todo lo posible por complacerlo y agradarlo, sin importar las consecuencias (aunque esa decisión a la larga le costaría muy cara)
-Vamos Jean Philipe, es hora de que conozcas a la nobleza Indo-Musulmana y ellos a su futuro monarca- Dijo la sultana, mientras un grupo de gente hacia fila para presentar sus saludos y respeto ante los futuros monarcas haciendo ligeras inclinaciones de cabeza.
Después de que la nobleza Indo-Musulmana, presentara sus respetos, sirvieron extravagantes y suculentos platillos franceses e Indo-Musulmanes y durante el resto de la velada la sultana y el duke tuvieron una plática amena y compartieron estruendosas carcajadas , mientras lune descansaba entre ellos.
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La sultana Almira Al-Rashid
Ficción históricaEsta será la historia de ella, una historia jamás contada ahora, a través de ella, seremos partícipes y testigos de sus hazañas sacrificios, decepciones y traiciones y aventuras de las que fue parte para poder formar, unir y conquistar el imperio...