여섯

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Muchos recuerdos de su infancia chocaron contra Jimin apenas cruzó el umbral de la entrada, paredes rojo vino, junto con cuadros adornando la escalera de madera pulida, todo estaba tal cual y como lo recordaba.

—Ya llegamos —sonrió volteando a ver a Jeongukk quien subía las maletas con ayuda de los padres del castaño.

—Oh por dios... —jadeaba la mujer con su vaso de whisky en una mano y una maleta en la otra. —¡Ah, aquí tienes, cariño! —dijo entregando la maleta más pequeña de su hijo.

Se estuvo quejando todo el corto camino hasta el segundo piso de la casa, pero antes de subir, cuando Jeongukk le dijo que él podía subir todas las maletas sin problemas, se negó diciendo que quería consentir a su hijo.

—Gracias mamá —dijo Jimin recibiendo la maleta en sus manos. —Gracias papá.

El hombre también subía algo cansado, pero sin embargo no se quejó, aunque por su expresión todos empezaron a cuestionarse muy seriamente porque aquellas maletas pesaban demasiado.

Luego de dar unos cuantos respiro para regular todos esos jadeos cansados, el pelinegro habló dirigiéndose a los señores Kim. —Gracias por invitarme.

—Oh, no seas tonto, es maravilloso conocerte al fin —le aseguró la mujer. —Aunque técnicamente ni si quiera sabía que existías.

—Vamos Bonnie —habló Namjoon, tomando el brazo de su mujer para dirigirla al primer piso.

—¡Adoro las sorpresas! —dijo sonriendo con un deje algo mordaz.

—¿Donde dormirá Jeongukk? —preguntó el castaño mirando a su progenitora. —Mi madre tiene la regla de las parejas no comparten habitación hasta que estén comprometidos.

—¡Ay, no seas tonto —se burló.

—¿Qué?

—No soy tan pueblerina como mi hijo cree —dijo dirigiéndose a Jeongukk para luego sonreír y seguir a su esposo escaleras abajo mientras reía.

Los ojos de Jimin casi salen de su lugar cuando entendió lo que quizo decir su madre, la idea era dormir en cuartos separados, es por eso que él estaba tan tranquilo, pero ahora todo era muy distinto.

Bueno, no podían quedarse en el pasillo todo el día, tenía que entrar a la habitación quieran o no, así que tomando la manija de plata de aquella blanca puerta de la izquierda Jimin mostró el que era su antiguo cuarto. Con estampados de flores en la pared, en la alfombra, en el cobertor de la cama y por su puesto en los cojines también.

Ambos entraron hasta dejar todas las maletas adentro, mientras que Jimin dejaba su abrigo beige sobre la cama Jeongukk se dedicaba a ver toda la habitación con algo de asombro.

—Lo siento por esto —empezó a hablar el castaño. —Atravesaba una dolorosa fase floral.

A Jeon no era como que le interesara realmente el como hubiera decorado su habitación Jimin cuando era más joven, pero al abrir la puerta del armario para empezar a colocar su ropa y encontrarse con un póster de Air Supply en un sold out de su gira Lost in Love era definitivamente muy gracioso. Y claro, no se aguantó las ganas de burlarse un rato.

—¿Air Supply? —preguntó por aquel dúo de rock soft con ligera guasa.

Y como si algo se hubiera activado en el cerebro de Jimin al oír esas dos palabras volteó rápidamente para dar una explicación mientras el azabache desajustaba su corbata.

—Mi-mis padres tuvieron un estudiante alemán de intercambio hace unos años —dijo acercándose hasta el póster para arrancarlo de ahí. —Debió dejarlo aquí —concluyó ante la sonrisa incrédula del pelinegro para luego arrugar el papel y ponerlo en el basurero del baño. —Todos conocen los grandes éxitos, algunas de sus baladas son sorprendente ente cursis.

【국민】EL DIA DE LA BODADonde viven las historias. Descúbrelo ahora