Lo recuerdo como si fuese ayer.
Me encontraba tumbado en el sofá, viendo películas y series por Internet, esperando que se hiciese de noche para irme a dormir.
No tenía esperanzas de que aquella tarde se convirtiese en un gran día, no tenía ilusiones de que nada interesante pasase, pero vaya si me equivocaba.
Una luz se encendió en mi bolsillo, procedente de mi móvil; lo encendí pensando en una persona; Ellie, una chica que sabía que era mejor olvidar, pero no podía hacerlo.
Tenía pocas esperanzas de que se tratase de ella, ya que hacía semanas que no hablábamos, hacía mucho tiempo que habíamos perdido la relación tan especial que teníamos. Pero, para mi sorpresa, sí que se trataba de ella.
-Ethan; sé que ésto puede sonar disparatado, ya que no volvimos a hablar desde aquel día; pero necesito que vengas al Roble, aunque sea una última vez. Tenemos que hablar, es muy urgente.- Un mensaje muy conciso; no era propio de ella. Ellie siempre daba mil vueltas hasta llegar a lo que quería contar, olvidándose a veces de lo que se trataba en un principio. Pero esta vez era diferente. No sabía muy bien qué ocurría, pero tenía que ser importante.
-¿Semanas sin hablar y de repente quiere que quedemos, sin avisar ni nada? ¿Que será tan urgente?- Me pregunté, confuso.
Le respondí con un "allí estaré"; me incorporé, apartando el ordenador que tenía sobre las piernas, y me dirigí al vestidor.
Quería prepararme , pero en ese momento no encontraba nada que me quedase bien, nada me convencía. Sabía que ya no importaba, sabía que daba igual, pero mi interior estaba convencido de que aunque ya no fuésemos pareja, tenía que dar mi mejor imagen.
Era estúpido.
Deseaba que me viese bien, que viese que había superado nuestra ruptura; que era el mismo Ethan de siempre, pero no era cierto. La verdad era que cada día que pasaba la echaba más y más de menos. Fue muy difícil para mi afrontar que ya no estaríamos juntos nunca más, para un adolescente de 17 años, las rupturas de relaciones tan largas siempre son muy duras.
Sabía que no podía aferrarme al pasado, tenía que pasar página; pero era demasiado débil. Era un chico muy tímido, muy reservado. Nunca decía lo que pensaba de verdad, siempre intentaba seguir lo que los demás consideraban que era lo mejor, sin conocer mi opinión, sin ni siquiera ser tan valiente como para decirla. Ellie cambió la forma que tenía de ver todo lo que me rodeaba, me convenció de que todos cometemos errores, pero siempre hay solución para ellos.
Poco a poco, fui cambiando. Dando mis propias opiniones, generando mi propia personalidad, siendo yo mismo. Por ese motivo, desde que lo dejamos, un gran vacío se apoderó de mí. Sabía que tenía que ser fuerte, pero no sabía cómo hacerlo sin ella.
Me encerraba en casa, haciendo cualquier tontería para distraerme; aunque Rob insistiese; no tenía fuerzas, no era capaz de verle.
Finalmente, paré de buscar entre montañas de ropa y me hice una pregunta:
- ¿Qué estoy haciendo?-
- Ellie me había pedido que fuese lo más rápido posible y estoy perdiendo el tiempo por algo que ni siquiera tiene importancia.- Me dije.
Cogí lo primero que encontré, me lavé el pelo, los dientes y la cara. Más tarde, antes de irme, le dejé un mensaje a mi madre; ya que ella no estaba en casa, diciéndole que iba al Roble a ver a Ellie y que tardaría. Aunque no sabía muy bien cuánto.
Me despedí de Dexter, nuestra mascota, y puse rumbo al Roble.
Se trataba de un solar donde sólo había un gran árbol y un pequeño parque para niños. Pero para Ellie y para mí significaba mucho más que eso. Allí le dije que me gustaba, allí me dijo que ella también sentía lo mismo; era nuestro sitio especial, aunque ya no volviésemos desde lo que ocurrió.
El Roble se situaba a pocos kilómetros de mi casa, por lo que opté por ir andando; de camino, saludé a un par de vecinos, y, cuando ya podía ver el gran árbol acercarse por el horizonte; me armé de valor y continué.
Allí estaba, sentada en un banco; mirando el móvil. Tan guapa como siempre. Con una larga melena rubia y unos preciosos ojos de color miel. Me acerqué poco a poco, sin que se diese cuenta; hasta quedarme a su lado.
-Ha pasado mucho tiempo, ¿no?- Exclamé, en voz alta.
Rápidamente dejó de mirar la pantalla y, tras quedarse mirándome un par de segundos, se levantó y me dio un abrazo. Un abrazo tan cálido como los de siempre, como los recordaba. Aunque una lágrima empezaba a apreciarse en mi mejilla, ya que me hizo recordar todo lo ocurrido en un abrir y cerrar de ojos.
-Lo siento, Ethan, lo siento mucho. - Me dijo, todavía abrazada a mí.
-No pasa nada, no pasa nada. - Respondí, terminando el abrazo.
Nos miramos y vimos que los dos teníamos lágrimas en los ojos. Nos reímos por ello, como si nada pasase, y nos sentamos.
-¿Que era lo que tenías que contarme?- Le pregunté, intrigado.
Su rostro cambió rápidamente, de una sonrisa a una expresión de pérdida como nunca antes había visto.
- Steve... - Dijo, casi balbuceando.
- ¿Que ocurre?- Pregunté, aún más confundido.
- Creo que ha desaparecido. - Finalizó.
Un mensaje corto, pero que recaía sobre mis hombros con un peso increíble. Steve fue una de las personas más importantes de mi vida y, aún tras todo lo que pasó, le guardaba mucho cariño. No podía creérmelo, no podía ser cierto.
-¿Esto es una broma o algo parecido?- Le pregunté.
-Estoy segura de ello. Hace un par de días, cuándo se despidió en mi casa, puso rumbo a la suya. Era de noche, le dije que podía quedarse a dormir en la mía, pero no me hizo caso. Tenía que ir a un lugar, era muy urgente, aún que no quiso decirme a dónde. Más tarde, su móvil se apagó; no le llegaban mis mensajes ni mis llamadas hasta que, al día siguiente, llamé a su casa, preguntando por él.- Exclamó, dejando claro por su rostro que no se trataba de ninguna broma.
-¿Sus padres no estaban en casa?- Le pregunté, muy intrigado.
-Estaban, pero no quisieron decirme dónde estaba Steve, me evitaban las preguntas, una detrás de otra. Pasaron las semanas; y sigo sin saber nada de él.- Finalizó.
En ese momento me encontraba muy desconcertado, no sabía qué estaba pasando. Sus padres no querían dar datos sobre su hijo, no contesta a los mensajes... Estaba empezando a ponerme un poco nervioso, ya que esto podría ser muy serio.
-¿No has llamado a la policía?- Le pregunté.
-Aún no; no sé que hacer. Estoy completamente perdida. Ethan, se que nuestra relación no acabó muy bien, y sé que quieres apartarte de mí pero... Eres la única persona en la que puedo confiar para esto.-
Estaba asustada, lo notaba en su mirada. Ella no quería que le pasase nada malo a Steve por encima de nada; y yo tampoco lo quería.
-Vamos a su casa, a hablar con sus padres.- Exclamé, dejando ver que sí que la ayudaría.
Su rostro me mostró una pequeña sonrisa, una muy dulce.
-Muchísimas gracias. - Finalizó.
La casa de Steve se encontraba a un par de manzanas del Roble, por lo cual fuimos andando. De camino, estuvimos hablando de nosotros, de cómo nos iba, hasta que, al girar la última esquina que daba paso a la casa, un camión se interpuso entre nosotros.
Un atropello.
Vi que el camión nos iba a alcanzar, vi que nos iba a dar a los dos. Aparté a Ellie como pude y caí contra el suelo, golpeándome todas las extremidades.
No recuerdo qué ocurrió después, no recuerdo cómo me llevaron al hospital, cómo avisaron a mis padres, nada.
Lo único que tenía en claro cuándo desperté, fue que me podía mover. Estaba perfectamente, podía andar, correr, saltar. Pero...
Ese no era mi cuerpo.
![](https://img.wattpad.com/cover/197910246-288-k413227.jpg)