45. Ya no se quien eres.

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-- te lo vuelvo a pedir por favor. --la tomó de la cintura. -- suel.....

Renata sintió como alguien lo jalo.... Era Fernando.

--¡¿qué te pasa estúpido?! – Dijo empujándolo.

--Fernando -- dijo muy sorprendida de verlo ahí. Fernando soltó un puñetazo en la cara de Alejandro, quien cayó al piso.
Lo levantó del saco y volvió a golpearlo sin darle oportunidad de defenderse.

--¡FERNANDO SUELTALO! – gritaba desesperada, Fernando estaba cegado por la ira y los celos que no hacía caso. Los dos se daban de golpes. --¡FERNANDO TRANQUILIZATE POR FAVOR! – Eran inútiles los gritos de Renata, salió de la oficina y pidió ayuda para poder separarlos.

Entraron los de seguridad.

--¡sepárenlos por favor! -- dijo muy afectada.

--¿QUE PRETENDES CON ESTA ESTUPIDEZ? -- le reprochó a Alejandro. -- Los lograron separar. --¡Primero pones en peligro su vida y la nuestra hija, después la besas! -- la rabia se apoderó otra vez de él y quiso volver a golpearlo, pero los de seguridad lo detuvieron. -- ¿ahora le traes rosas y tratas de besarla otra vez? ¿Qué pretendes? --
Alejandro solo lo miraba apenado y limpiaba la sangre que salía de su nariz.

--Fernando tranquilizante. -- Se puso enfrente de él, pero seguía con el pecho levantado. -- por favor. -- lo miró a los ojos. -- hazlo por mí. -- Se tranquilizó sólo por ella, pero estaba que se lo llevaba el diablo y quería descargar toda su furia en Alejandro. – Suéltenlo. – Le ordeno a los de seguridad.

-- y tu Alejandro. -- giro quedando frente a él. -- No vuelvas aquí te lo dije y te lo vuelvo a repetir, no quiero que vuelvas. –

-- Lo siento. – Bajo la cabeza. – Se que ahora estas con él y que yo ya solo soy pasado, pero entiéndeme para mi todo sigue igual... mi corazon no asimila que pasaron tantos años en lo que tú me creíste muerto, no quiere entender que ya me olvidaste. – sus ojos se cristalizaron, bajo la cabeza y los limpio. – Y se que me pediste que me alejara de ella. – dijo mirando a Fernando. – y ya entendí que es lo mejor. – salió de la oficina.

Renata quedo muy confundida por las palabras de Alejandro. -- ¿Estás bien? – toco el rastro de sangre que había en su labio. Miro a su alrededor y estaba toda la oficina destrozada, papeles por todos lados y cosas rotas. – No debiste golpearlo. – lo llevo al sillón donde ambos se sentaron.

-- Es un estúpido. – Apretó el puño. -- ¿Qué se cree trayéndote flores? – Aún estaba muy alterado.

--No debiste reaccionar asi....

-- ¿Por qué lo defiendes tanto? -- Se levanto furioso.

--No es que lo defienda, pero no es lugar para armar un escandalo como el que hicieron, ¿Ya viste como quedo la oficina? Además, no entiendo ¿qué haces aquí? --

-- ¿Todavía sientes algo por él? –La agarro de los brazos. – Es por eso que lo defiendes tanto... por eso es que dejaste que te besara. ¡Contéstame! -- Renata desconocía al hombre que tenía enfrente no era el que ella había conocido. Fernando comenzaba a apretar a Renata de los brazos.

-- ¡¡Suéltamee!! – Estaba cansada de toda esta situación. – ¡No me vuelvas a agarrar asi! Porque mejor no te pones bien los pantalones y me dices eso que me estas ocultando a lugar de venir y armas escándalos en mi oficina. –

-- Se que lo amaste mucho y que si lo. – rio débilmente. – olvidaste fue por que yo aparecí, pero ahora como ya sabes que esta vivo quieres empezar de nuevo con el... te vas con el por que a el si lo amas y yo solo fui tu ju...

--¿juguete?-- Renata no pudo más y le dio una bofetada. -- ¡NO TE PERMITO QUE ME HABLES ASI! – Le exigió. – No tienes ningún derecho de hablarme asi, ni de insinuar que todo este tiempo te he estado usando ¿Qué te pasa? Tu no eres asi, pero veo que de un tiempo para acá ya no te conozco. – Se lamento, sus ojos comenzaban a llenarse de lágrimas. – Ya no se dónde quedo ese hombre que me prometió hacerme feliz, ese que iba a curar mi dolor ¿Y qué has hecho? Solo causarme más dolor. – Estaba muy alterada que sus gritos se escuchaban hasta afuera. –¿Dónde quedo ese hombre seguro de si? que todos los días tenia una sonrisa, que me hacías olvidar todo ese doloroso pasado, pero principalmente ¿Dónde quedo el hombre que amo? – Renata se dirigió a la puerta, recargo su frente en la puerta y permaneció en silencio. --Sinceramente ya no sé quién eres. – Salió de la oficina muy afectada.

Le indico al chofer que la llevara a su casa, quería estar con Valentina olvidar todo y que ese pedacito de ella le diera por lo menos un poquito de felicidad.

--Hola princesa. – Dijo apenas entro a la habitación de Valentina. – Hola Matilde.

--Hola mi niña. – Noto que sus ojos estaban un poco hinchados y rojos.

--¿Cómo se porto la princesa? – la tomo en brazos.

--Como todo un angelito, es una niña muy bien portada. –

. – Me alegro que sea una beba muy bien portadita y que no le des tanta lata a Matilde. -- Renata sonrió.

--¿Y tú? –

-- ¿yo que? – pregunto confundida.

-- ¿Cómo te sientes? Y no mientas. – Renata trato de negarlo. – Te conozco y se que esos ojitos estuvieron llorando. – La abrazo.

--Pues ya sabes que no estamos bien y a todo eso súmale que hoy Alejandro me llevo flores y trato de besarme. –

--¿Cómo que trato de besarte? – dijo muy sorprendida.

--A si es nana y eso no es lo peor. –

--¿Cómo que no, entonces? –

--Fernando nos vio, se golpearon, terminamos peleando... todo esta mal. – Dijo y con eso las lágrimas salieron.

--Renata tenemos que hablar. – estaba ahí en la puerta. – Por favor. – Suplico. Le entrego la niña a Matilde y salió de la habitación de Valentina y se dirigió a la suya.

Estaba frente a la puerta, tomo aire y entro a la habitación. Fernando solo la miraba sin ser capaz de hablar.

--Ya estoy aquí. – Dijo con indiferencia.

Trajo saliva. -- Te quiero pedir disculpas por lo que paso en tu oficina. – bajo la cabeza. – No se que me paso... me llene de celos al ver que te quería besar y te había llevado flores. – apretó su puño el recordar que había tratado de besarla nuevamente lo llenaba de celos. – Lo siento. --

-- Ya no importa... total eso es lo de menos. – camino hasta la puerta, Recordó algo que había dicho Alejandro, algo que no había entendido y que por el momento tan tenso no le había tomado importancia.

(Y sé que me pediste que me alejara de ella. – dijo mirando a Fernando. – y ya entendí que es lo mejor. –)

--¿A qué se refería Alejandro cuando dijo que le habías dicho que se alejara de mí? Hasta donde yo se ustedes nunca se han visto... es más ni se conocían. -- 

La cara de Fernando se deformo.























MI CAMINO ERES TUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora