49. Convivir como madre e hija.

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. -- Si lo que tu hoy quieres es que me valla y no vuelva, asi lo hare... y aunque se me parta el corazon, lo aceptare. -- El nudo en su garganta era tan grande que su voz apenas salía, y lo que habían sido unas cuantas lagrimas hace unos momentos, ya parecía una cascada proveniente de sus ojos.

--No quiero. -- dije con apenas un poco de voz. --No. -- Volví a repetir, esta vez con un poco más de voz. -- De verdad eso no es lo que quiero. -- Dije con mas intensidad en mi voz y muy segura de lo que estaba diciendo. - Ya fueron muchos años ¿no?-- Dije con la voz quebrada. --No será fácil, pero... -- Me abrazo sin dejarme terminar de hablar. --De verdad que ya no quiero seguir alejándote de mi vida. --Me apretó tan fuerte, de verdad se sentían tan bien. -- No quiero alejarte de mi y de valentina, tu nieta. - Se separo de mí, con una enorme sonrisa dibujada en su rostro, sus ojos nuevamente se llenaron de lágrimas, esta vez no de dolor sino más bien de alegría. - Ya nos quitaron demasiado tiempo y momentos juntas... aunque no será tan fácil. - reí débilmente.

-- De verdad no sabes la alegría que siento en este momento. -- Su cara seguía mostrando una enorme sonrisa. --Me siento tan feliz, principalmente de tener una hija tan maravillosa, un excelente ser humano, una gran mujer. --Sus palabras me hacían tanto bien.

-- Ni tu...ni yo tenemos culpa alguna que la vida nos allá separado. --

--No fue la vida quien nos separó, fue ese hombre. --Tenía sus manos empuñadas-- ese hombre que tanto daño... -- la interrumpí.

--Paulina no sigas, no sigas guardando ese rencor en tu corazon, finalmente hoy estamos juntas y él está muerto, ya no puede causarnos más daño. --

--Lo sé, pero por culpa de ese amor enfermizo que tenía hacia mi vivimos tantos años lejos. Eso es algo que nunca se va a borrar. No solo te alejo de mí, también por sus golpizas perdi al bebé que esperaba. -- Su voz se quebró. --

-- Tranquila. -- La abrace a mí, en ese momento me sentí tan mal conmigo misma, por que a pesar de todo el daño que ya había pasado durante tantos años yo le hubiera causado aún más dolor con mi rechazo. -- Lo siento. -- Dije apenada bajando la cabeza.

Me miro confundida. --¿Qué? ¿Por qué? -- Dijo sin encender el porqué de mi disculpa.

-- Por ser un motivo más de sufrimiento. -- Levanto mi cabeza con ambas manos.

--No tienes por qué pedirme perdón, tú no tienes la culpa de nada. -- Dijo con una dulce voz.

Tome aire. -- Pasaste por tanto dolor al estar lejos de mí, por la pérdida de tu bebé. -- unas lágrimas cayeron por mis mejillas. Yo al igual que ella había pasado por lo mismo y sabia lo doloroso que eso era. -- sufriste por el maltrato que recibiste de ese hombre y con mi rechazo no hacía más que seguirte causando un gran dolor, solo me importaba lo que yo sentía...mi sufrimiento, minimice todos los esos años que sufriste mi ausencia. Lo siento. --Rompí en llanto.

--Óyeme bien, tú no tienes que pedirme perdón, tu eres una víctima más, eras una bebé cuando te alejaron de mí, ahora eres toda una mujer y entiendo que haya sido muy difícil el entender mis razones del por qué callaba al no decirte que eres mi hija, pero todo eso ya paso y hoy ya nos estamos dando una oportunidad de por fin convivir como lo que somos, madre e hija. --

asentí.-- De verdad eres una gran mujer, admiro la fuerza que tienes. -- Me abrazo nuevamente. -- yo me derrumbe durante tantos años por la perdida de Alejandro y el bebé que lleva en mi vientre... Y tu no lo hiciste, al contrario sacaste nuevas fuerzas para encontrarme, para volver a encontrarnos y eso es algo que te admiro por que nunca te rendiste. --

--La vida nos pone pruebas muy difíciles que quizás en ese momento no lo entendamos y nos haga preguntar ¿por que a mi?
Pero algo bueno salio de todo este sufrimiento ayude a muchísimas mujeres que habian y pasaron por lo mismo que yo, abri una fundación. Tengo la dicha de poder abrazarte...de volver a llamarte hija, llenarme de orgullo por la gran mujer en la que te conversetiste, tuve la suerte de poder vivir el dia a dia de tu embarazo y hoy en dia tener a una pequeña que en unos años me llamara abuela. --

FERNANDO DE LA MORA.

--Lo que sea que vallas hacer lo tienes que hacer ya. --

Tomé aire. -- Lo se Matías.--

--Tienes mi apoyo en cualquier cosa que decidas, siempre he estado y estaré para ti ¿por que somos hermanos, no? --

Asentí, lo abrace algo que solo hacíamos cuando nos sentiamos verdaderamente mal.

--Gracias amigo. -- tome aire. --Necesitaba hablar con alguien, pero solo he hablado de mi y no te he preguntado ¿como vas con Victoria? --

--Muy bien. -- Suspiro. -- De maravilla para serte sincero. --

--Me alegro por ti y también por ella. --

--He estado pensando en pedirle matrimonio, quizás pronto me anime. --

(--yo te he dado las gracias muchas veces por demostrarme lo que es el verdadero amor, por que gracias a ti tengo la ilusión de un futuro, de formar una familia. todo eso lo quiero a tu lado, es por eso que hoy que están todos aqui. -- respiro hondo. -- Renata Sandoval. --me rodillo frente a ella. -- me harías el honor de pasar el resto de mi vida a tu lado, sus ojos se empezaron a llenar de lagrimas. --¿te quieres casar conmigo? --)

--¿Fernando me estas escuchando?--

(-- Entonces es el momento en el que me besas, me abrazas y todos nos felicitan. - señalo a todos, pero aún siguen desconcertados. - es un sí. - todos gritan de emoción.

--Te amo.)

--¡¡Fernando!! -- Dijo sacándome de mis pensamientos.

-- ¿que? -- limpie una lágrima que deslizaba por mi mejilla.-- Lo siento Matías. --

--¿Que pensabas?--

-- El dia en que le pedi a Renata que fuera mi esposa... Matías me va a odiar. -- Me fue inevitable contener las lágrimas

Tomó aire. -- No lo pienses más tu sabes que es lo que tienes que hacer, no le pongas más peros para poder hacerlo. --

"PAULINA VEGA"

--No quisiera irme, pero no quiero quitarte más tiempo. --

--No para nada, no lo haces. --

Sonreí. -- Se que tienes un día muy ocupado, entonces es momento de irme. --

--Es cierto, habia olvidado por completo todos los pendientes que tengo por hacer hoy. --

--Entonces me voy. --

--Esta bien.-- me tomo la mano, sonrei, gire y camine hacia la puerta.

--¡Paulina! -- Me detuve y voltee nuevamente. -- Antes de que te vallas quisiera invitarte hoy a cenar a la casa. -- sonrei y antes de poder contestar continuó hablando. -- asi podemos convivir un poco más y de paso miras a Valentina, no sé qué te parezca la idea. -- dijo un poco nerviosa como si temiera que rechazara su invitación.

--Me encanta. -- Dije con una gran sonrisa a lo que ella también lo hizo, di la vuelta y salí con una hermosa sensación que Nisiquiera podria describir.

Me sentía tan bien de que al fin me aceptara y me diera la oportunidad de estar cerca de ella y de mi nieta, de poder convivir como madre e hija

MI CAMINO ERES TUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora