47. Ya no me alejes más .

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"Renata Sandoval."

Abro los ojos y siento un peso sobre mi pecho, abro bien mis ojos y miro a jerónimo sobre mí, me muevo hasta que logro quitarlo de encima, me quedo unos segundos recordando lo que había pasado, envuelvo mi cuerpo en la sábana y me dirijo al baño. Tomo una ducha y ahí adentro me invaden miles de preguntas sobre Fernando, Paulina, sobre cómo tengo que sentir con todo lo que últimamente ha pasado después de unos minutos salgo del baño, me dirigí al comedor en donde esta Matilde y mi pequeña.

--Buenos días. - digo sin tanto ánimo.

--¡Buenos días mi niña! -- me da un fuerte abrazo. Me lanza una mirada la cual conozco muy bien, antes de que me empiece a interrogar me voy hasta donde está comiendo Valentina.

--Hola princesa. -- Me acerco a ella y le doy un beso en la frente. -

--¿y Fernando, no baja? - dice con ese tono el cual conozco perfectamente. Apenas respondería cuando.

-- Muy buenos días. -- Dice apenas entra al comedor, rodé los ojos.

--buenos días Fernando. -- Había cierta tensión en el ambiente, Matilde me mira y seguido dice. -- los dejo. -- Camina hasta Valentina para llevársela.

--Aquí déjala conmigo. –No quería estar a solas con Fernando, si bien Valentina no habla podía evitar mirarlo o hablarle poniéndole toda mi atención a Valentina.

--Está bien mi niña, los dejo. --

En todo el rato no hablaba ninguno, ambos hacíamos cariños a Valentina, pero entre los dos solo había un silencio. Después de un rato el silencio era muy desagradable.

--Creo que tenemos una plática pendiente. --su cara se desfiguro borrando aquella sonrisa que tenía cuando entro. Me levante de la mesa quedando detrás de la silla donde estaba sentado.

Se levanto --no es el mejor momento. -- se acercó a mí y tomo mi mano. --menos después de lo que pasó anoche, fue maravillo. ...Hoy no. -

Jale mi mano. -- No podemos seguir fingiendo...--

Me interrumpió. --Solo hoy no, dame tiempo. --

-- ¿Más tiempo? ¿No te parece suficiente todo el tiempo que hemos estado mal? ¿Todavía quieres más? -- Me di la vuelta y caminé hasta Valentina. -- Espero que cuando quieras hablar no sea demasiado tarde. -- Sali de la cocina estaba cansada de sentir que Fernando me escondía cosas, de que las cosas no fueran como antes.

..........

Llegue a la empresa, me esperaba un día muy largo el cual apenas empezaba y ya quería que terminara.

--Señorita Renata. – Me dijo Gabriela apenas me vio salir del ascensor.

--¿Qué paso Gabriela, alguna novedad? –

--La señora Vega la espera en su oficina desde hace un rato. – Mi cara de sorpresa no se hizo esperar.

"~ ¿Paulina? ~" Me pregunté. " ~ ¿Qué hace ella aqui? ~ " Estaba muy desconcertada, pero en el fondo sabia a lo que había venido.

--Su papá la hizo pasar a su oficina en lo que usted llegaba. –

--Gracias. -- Camine hasta mi oficina, entre y ahí estaba ella

-- ¿Qué haces aquí? – Voltio,

-- Renata -- Se levantó rápidamente, en sus ojos vi mucha tristeza, pero aun asi mi actitud hacia ella era muy fría. --tenemos que hablar, no podemos seguir asi... tienes que entenderme.... yo tenía demasiado miedo a como fueras a reaccionar.... --

la interrumpí. – Lo que tengas que decir dilo rápido porque hoy tengo un día muy ocupado y no pienso perderlo en tonterías. -– Me dolió decir esas palabras, pero por más que intentaba olvidarlo todo no podía.

--¿Tontearías? -- Dijo molesta. -- ¿Te parece una tontería que por culpa de un infeliz hallas vivido lejos de mi? —Sus lágrimas no tardaron en salir, sus palabras fueron como puñaladas para mí por más dura que quisiera ser con ella no podía y al serlo me lastimaba a mí misma. -- Que durante años sufrí ¿Por no saber si estabas bien, si te trataban bien, si tenías una familia, o si estabas pasando hambre en la calle? No tienes idea del infierno que fueron todos esos años de no saber dónde estabas. – Cada palabra que salía de su boca no reflejaba otra cosa que no fuera mucha tristeza. -- ni lo doloroso que era cada que tenía una pequeña pista para encontrarte se esfumara, se convirtiera en nada o todas las veces que tuve que contratar a un detective para que siguiera buscándote por que se cansaban y decían que tu búsqueda ya era inútil después de tantos años que dejara de gastar mi dinero. – Su voz apenas salía. – Te busque durante tanto y ahora que te encontre. –Me miró fijamente a los ojos. -- me rechazas. – Dijo apenas en un hilo de voz. Me sentía terrible al escucharla esas últimas palabras.

Mis ojos estaban llenos de lágrimas. --Lo siento, no quería decir eso. -- Me sentía mal de verla asi y más por seguir aparentando una mujer dura y fría la cual no era -- Pero también entiéndeme, me engañaste por más de un año ¿Cómo quieres que me sienta? ¿Cómo asimilo que eres...mi mamá? Sabes que para mí fue demasiado doloroso el saber que las personas que me vieron crecer y consideraba mis padres no lo fueran y más aún cuando me enteré que supuestamente me habían abandonado por que era un estorbo en la vida de mis verdaderos padres. –

-- Sé que para ti fue muy doloroso saber que ellos no eran tus padres, pero ni tú, ellos o yo tenemos la culpa que allá sido asi, me separaron de ti de lo que más amo en el mundo, me robaron tantos momentos a tu lado, no te pude ver crecer, no te pude ver caminar, llevarte ese primer día de escuela o estar en tus graduaciones, no fui yo quien te daba un beso antes de dormir. – Tomo aire y con ello varias lagrimas cayeron. – Quien paso todos tus cumpleaños junto a ti. – El llanto le impedía el seguir hablando.

--Entiendo que no fue tu culpa, y de verdad que no te culpo por eso, pero si por ocultarme la verdad y sobre todo el hecho de que me dejaras seguir creyendo que se habían desecho de mi por ser un estorbo. –

--Cada día era más difícil no decirte la verdad, saber que con ello te alejarías de mí – se acercó a mí. – Cuando me dijiste que estabas embarazada y saber que yo fui la primera en saberlo sentí una felicidad enorme, porque sentí que ya me considerabas parte de tu vida... de alguna manera poder vivir con Valentina todo aquello que contigo me arrebataron.... verla crecer seria como una recompensa por todo el tiempo que nos robaron. Saber que iba a ser abuela fue una alegría enorme pero también muy triste porque yo para ti no ocupaba ese lugar en tu vida como tu madre ni mucho menos en la de Valentina como su abuela. –

La mire a los ojos--Te lo juro que trato de acercarme a ti o abrazarte, pero no puedo... no sé por qué. – Di unos pasos hacia ella. – No sé cómo sentirme cada vez que te veo y por más que trato de no ser dura contigo... no puedo...no puedo. – Camine hacia la puerta decidida a salir de la oficina, pero Paulina me detuvo del brazo.

--Te entiendo, por eso no insistí más. -- Voltee a verla. -- te di tu espacio para que pudieras asimilar que... soy tu. – Bajo la mirada. – Eres mi hija. –

-- Paulina de verdad que me duele mucho toda esta situación, pero es que no puedo hacer como si no hubiera pasado nada y asi nomas decirte...mamá. -- Unas cuantas lagrimas cayeron de mis ojos.

--Lo entiendo. -- Lossollozos de paulina llenaban el silencio que había quedado en la oficina. --Seque no pudimos pasar todo eso que una madre y una hija pasan juntas. – Tomo mismanos. -- Pero tampoco te pido que me aceptes asi de la nada, sé que no seríafácil, pero por favor... No me alejes más de tu vida. 












lamento tanto la tardanza 

MI CAMINO ERES TUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora